Silencios
Me duele tu silencio
Me rompe el alma no escuchar tu llanto
cuando sufres
Me quiebro en desesperanza
sin saber si ríes
Me aturde no saber
qué te preocupa
Quisiera saber de tus miedos infundados
y desvelos justificados
Anhelo conocer tus esperanzas e ilusiones
saber qué añoras, qué sueñas
Silencio
Y tu silencio me grita en mis adentros
Ahuyenta mi confianza
Y mata el amor que por ti siento
Hay tanto silencio en tus palabras
Que me hablan, me dicen, me cuentan
Noticias, rumores, historias ajenas
Nada me importan
¿Y de ti? nada
Sólo silencio
Y grito en medio de la nada
Asfixiada por esta vida loca de ruidos
Por miles de discursos que escuchamos
Monólogos que no esperan respuesta
Por no oír lo que sentimos
No hay tiempo para hablar de tus silencios
Ni de los mios
Ni de tantos otros que por no decir
Ya ni piensan
Y grito contra eso
Alzo mi voz contra el silencio
El tuyo, el mío
Y el de tantos otros
Que hablan de continuo
En silencio
Y así es en lo cotidiano, hablamos mucho, tanto que la cabeza se nos llena de mil cosas, pero ¿qué dicen? nada, nada nos dice aquel o aquella, aquellos que nos importan. Hablamos y hablamos pero poco nos comunicamos. Falta tranquilidad, sinceridad y ¿por qué no? amor, para darnos a los demás y al tiempo recibirles. Hay que comentar lo último en política, de sociedad o incluso del Gran Hermano, pero nada nuestro. Sonrisas falsas en nuestras bocas que de tanto hacerlas ya parecen buenas. ¡Qué pena! Sí, pena, porque ¿qué estamos haciendo? vivir las vidas de otros ¿Y las nuestras, dónde quedan? A veces me pregunto si realmente las tenemos, o quizá las hemos prestado. Sí, somos público, espectadores de la nada, del vacío que supone lo externo. Cierra los ojos por un momento y piensa, pero no en nada externo, piensa en ti. En lo que te gusta de verdad, en lo que sientes, en lo que quisieras meditar y no haces. Haz ese ejercicio y verás. Te darás cuenta de cuanto silencio hay en ti, tanto como el que das y recibes de los demás. A mí me gusta hablar, también tengo silencios cuando hablo, pero cada vez menos cuando escribo, pero aún los tengo.
Buenas noches golondrineros, hoy he apurado una copa de Limoncello y otra de Sambuca Amore mio (un licor a base de flor de anís típico de Ischia). Bueno tampoco penséis que las copas son de litro, son chupitos.
Sed felices y dejad vuestros silencios ganaréis en vida, en vivir vuestra vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario