Foto de noticialdía
Está claro, para
triunfar en Eurovisión hay que hacer algo más que cantar bien. Y
eso puede ser cualquier cosa que llame la atención de manera
exagerada.
Han presentado a
“Conchita Wurst” como La Mujer Barbuda. Pero ¿es una mujer? O
solo el personaje drag que interpreta Thomas "Tom"
Neuwirth, porque si iba de Tom no lograba su objetivo de triunfar
como cantante o lo que fuera que hiciese. No me importa si lo es o
no.
Cada cual se lo monta
como puede y es de aplaudir lo original de su elección, porque ya
solo con travestirse de mujer no es suficiente, había que hacer
algo más y la barba le ha venido al pelo, nunca mejor dicho, porque
así no tiene que sufrir el afeitado y al tiempo es el complemento
perfecto para destacar en este mundo de disfraces cada vez más
manidos.
Cantar canta, y de qué
manera. Pero no ha ganado la voz de Tom, sino el personaje Conchita
Wurst. Quizá ahora le resulte excesivo el nombre que eligió, que
viene a decir “vaginita salchicha”, suena a mucha guasa para
diario.
Puede que al año que
viene nuestro representante lleve un vestido torero, traje de luces
con un capirote. Bien podría ser la taleguilla y la chaquetilla; sin
camisa, así llevaría buen escote que eso siempre vende bien, aunque los tiempos van cambiando. El
capirote remataría el atuendo, y de paso si la persona no es
agraciada evitamos restar votos por ello.
Cantar tiene que cantar bien,
pero con ese atuendo seguro que algún punto más nos daban. Y de
paso nos serviría para identificar sin error a nuestro
representante, porque ahora con tanto inglés ya no sabes de dónde
es.
En fin, vivir para ver,
que no es lo mismo que ver para vivir.
Buenas noches,
golondrineros, sed felices con barba o sin ella.
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