Llegaron tal cual eran,
con la primavera a cuestas. Y con la primavera alzarán el vuelo,
buscando nuevos horizontes que les lleven a cumplir todos o parte de
sus objetivos.
Nos trajeron un haz de
luz y color. Nos impregnaron de su alegría y ganas de vivir. Reímos
con ellas y ellos. Compartimos historias y disfrutamos los Ángelus.
Saboreamos el placer de su compañía durante cuatro años.
Llegó el momento de la
despedida y resulta difícil esbozar una media sonrisa. Quizá porque
fueron muchas las que tuvimos en ese tiempo que permanecerá en
nuestro recuerdo por siempre.
Ojalá tengamos la suerte
de seguir viéndonos por los nuevos y largos pasillos. Pero si no es
así, espero llevéis en vuestro equipaje algo positivo de esta
etapa, aunque no sea para mucho presumir, sí para decir con cierto
orgullo y algo de nostalgia: “Fui Residente del Hospital Infantil
de La Fe”.
Sea cual fuere vuestro
destino, volad alto, aunque sea en sueños. Pues vivir es eso, un
sueño que hay que saber vivirlo.
Brindo por todos vosotros;
con limoncello, por supuesto.
Golondrinas verdes os
acompañen en vuestro caminar por la vida.
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