Con todo esto de la
crisis, puedes oír aunque no escuches cantidad de tonterías.
Algunos intentan hacer frases profundas y apelan a la necesidad de
unirnos todos en estos momentos tan críticos porque así saldremos
de...
Bla, bla, bla... Palabras
y más palabras que a veces quedan escritas y otras grabadas, pero
que no dicen nada nuevo. Así fue lo que pudimos oír, incluso
escuchar de boca del Presidente de este país que ya casi no es
nuestro.
Lástima de tiempo, pena
me daban quienes tuvieron la desgracia de hacer la entrevista que no
sirvió para nada. El señor Rajoy lo tiene todo muy claro al parecer
desde hace tiempo, tan claro que de poco sirve que diga porque
siempre dice lo mismo. Usó y abusó de ese saber tan característico
de algunos gallegos, es decir: dicen, pero no dicen lo que podrían
decir, porque nunca dicen lo que debieran decir, ya que en realidad
nunca lo quieren decir.
El caso fue que no valió
la pena oír para escuchar lo que no quiso decir. En fin, palabras,
ya lo veis, puedes pasar la noche y no decir nada.
Pero entre tanta
palabrería he tenido ocasión de leer parte de lo dicho por el señor
Soros. Cuando este señor habla, la gente no se limita a oír,
escucha. No necesita grandes platós ni flamantes periodistas, abre
la boca y todos prestan atención porque es uno de los más ricos
del mundo y sabe lo que no está escrito de economía y mercados.
Además le da por influir en lo político y apuesta por aquello que
le gusta o le interesa, o sea, mueve hilos por todas partes.
Tenía una vaga idea
sobre él, lo que acabo de exponer, pero he querido saber algo más
antes de escribir. En la wikipedia dicen que es filósofo, estudió
filosofía. También hablan de su profesión, especulador financiero.
Además de inversor, aunque esto está relacionado con lo anterior,
porque si no inviertes no puedes especular. Y activista político.
Todo eso y probable mucho más. Cuenta con unos 22.000 millones de
dólares. Yo no consigo ahorrar 22 euros al mes, ¿cómo lo hará?
A lo que íbamos, este
buen hombre, al parecer en el puesto número siete de los más ricos
del mundo y que fue capaz de causar la mayor crisis sufrida por el
banco de Inglaterra. Ha hablado de Europa y su crisis, sus palabras
han sido lo más sensato que he podido leer desde que empezó esta
historia.
Dice George Soros:
Alemania, con la señora Merkel a la cabeza, debe liderar la
recuperación de Europa y si no está dispuesta a ello, que abandone
el euro. Más claro agua, como decía Gil “a la p... calle”. Olé, olé y
olé, me sumo a la pepota.
¡Atentos! No tenemos que
irnos los pobres del club, sino los más ricos porque son ellos los
que están jod... la marrana a todo el personal. Según el señor
Soros, no estaríamos en tan mala situación si esto ya fuera un
hecho. Pero ahí seguimos, pendientes del tribunal constitucional
alemán, que parece un cuadro de la Inquisición.
¡¡Más atentos!! Lo que
el señor Rajoy no dice, aunque algo dijo, pero sin llegar a decir.
Lo ha dicho claro y no sé si alto, el señor Soros: España no
pedirá el rescate mientras no tenga la espalda contra la pared.
Me está cayendo bien a
pesar de ser asquerosamente rico, especulador y hablar esperanto. Eso
de saber esperanto quizá sea la clave de sus miles, porque ¿quién
habla esperanto? Cuatro o poco más, eso le hace diferente al resto
de los mortales y puede que por ello sea capaz de saber cómo, cuándo
y dónde meter su dinero para multiplicarlo. Dice que ya está bien
de recortes, hay que impulsar el crecimiento económico.
Estoy de acuerdo con el
señor Soros porque mientras el señor Rajoy no impulse, aunque sea
con un buey, el carro de la economía. El dinero seguirá escapando
de nuestro país hacia otros, en el primer trimestre de este año más
de 90.000 millones y es constante la fuga, así cómo vamos a salir
del pozo. Acabo que ya son las tantas y aunque estoy de vacaciones
algo tendré que dormir, es gratis.
No sé, golondrineros,
quizá nos convenga estudiar esperanto. Sed felices, ciao.
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