12 septiembre 2012

RAJOY, SOROS Y EL ESPERANTO


Con todo esto de la crisis, puedes oír aunque no escuches cantidad de tonterías. Algunos intentan hacer frases profundas y apelan a la necesidad de unirnos todos en estos momentos tan críticos porque así saldremos de...
Bla, bla, bla... Palabras y más palabras que a veces quedan escritas y otras grabadas, pero que no dicen nada nuevo. Así fue lo que pudimos oír, incluso escuchar de boca del Presidente de este país que ya casi no es nuestro.
Lástima de tiempo, pena me daban quienes tuvieron la desgracia de hacer la entrevista que no sirvió para nada. El señor Rajoy lo tiene todo muy claro al parecer desde hace tiempo, tan claro que de poco sirve que diga porque siempre dice lo mismo. Usó y abusó de ese saber tan característico de algunos gallegos, es decir: dicen, pero no dicen lo que podrían decir, porque nunca dicen lo que debieran decir, ya que en realidad nunca lo quieren decir.
El caso fue que no valió la pena oír para escuchar lo que no quiso decir. En fin, palabras, ya lo veis, puedes pasar la noche y no decir nada.
Pero entre tanta palabrería he tenido ocasión de leer parte de lo dicho por el señor Soros. Cuando este señor habla, la gente no se limita a oír, escucha. No necesita grandes platós ni flamantes periodistas, abre la boca y todos prestan atención porque es uno de los más ricos del mundo y sabe lo que no está escrito de economía y mercados. Además le da por influir en lo político y apuesta por aquello que le gusta o le interesa, o sea, mueve hilos por todas partes.
Tenía una vaga idea sobre él, lo que acabo de exponer, pero he querido saber algo más antes de escribir. En la wikipedia dicen que es filósofo, estudió filosofía. También hablan de su profesión, especulador financiero. Además de inversor, aunque esto está relacionado con lo anterior, porque si no inviertes no puedes especular. Y activista político. Todo eso y probable mucho más. Cuenta con unos 22.000 millones de dólares. Yo no consigo ahorrar 22 euros al mes, ¿cómo lo hará?
A lo que íbamos, este buen hombre, al parecer en el puesto número siete de los más ricos del mundo y que fue capaz de causar la mayor crisis sufrida por el banco de Inglaterra. Ha hablado de Europa y su crisis, sus palabras han sido lo más sensato que he podido leer desde que empezó esta historia.
Dice George Soros: Alemania, con la señora Merkel a la cabeza, debe liderar la recuperación de Europa y si no está dispuesta a ello, que abandone el euro. Más claro agua, como decía Gil “a la p... calle”. Olé, olé y olé, me sumo a la pepota.
¡Atentos! No tenemos que irnos los pobres del club, sino los más ricos porque son ellos los que están jod... la marrana a todo el personal. Según el señor Soros, no estaríamos en tan mala situación si esto ya fuera un hecho. Pero ahí seguimos, pendientes del tribunal constitucional alemán, que parece un cuadro de la Inquisición.
¡¡Más atentos!! Lo que el señor Rajoy no dice, aunque algo dijo, pero sin llegar a decir. Lo ha dicho claro y no sé si alto, el señor Soros: España no pedirá el rescate mientras no tenga la espalda contra la pared.
Me está cayendo bien a pesar de ser asquerosamente rico, especulador y hablar esperanto. Eso de saber esperanto quizá sea la clave de sus miles, porque ¿quién habla esperanto? Cuatro o poco más, eso le hace diferente al resto de los mortales y puede que por ello sea capaz de saber cómo, cuándo y dónde meter su dinero para multiplicarlo. Dice que ya está bien de recortes, hay que impulsar el crecimiento económico.
Estoy de acuerdo con el señor Soros porque mientras el señor Rajoy no impulse, aunque sea con un buey, el carro de la economía. El dinero seguirá escapando de nuestro país hacia otros, en el primer trimestre de este año más de 90.000 millones y es constante la fuga, así cómo vamos a salir del pozo. Acabo que ya son las tantas y aunque estoy de vacaciones algo tendré que dormir, es gratis.
No sé, golondrineros, quizá nos convenga estudiar esperanto. Sed felices, ciao.