16 febrero 2013

EL MENÚ DE LOS POLÍTICOS, ES MÁS BARATO.

El liberal escandalizado, bloc muy interesante.
He leído algo de lo que escribe este liberal, y no me extraña que esté escandalizado, también yo lo estoy. Hay tanto y de tantos por lo que escandalizarse hoy en día, que tenemos motivos más que suficientes para decir:
¡BASTA YA, MALDITOS C...!
¿Hasta cuándo y cuánto podremos aguantar?  Al parecer, lo que comen sus "señorías" en el restaurante del Congreso, Senado y Asamblea de Madrid, está en gran parte subvencionado; el menú, con varios platos a elegir, no llega a 4 euros. En cambio, el barrendero de la calle, si ha olvidado el bocata pagará 8 o más. ¡Cómo se atreven! Con la que está cayendo en el país, con miles de personas pasando hambre real y a diario. 
Una cosa es que los empleados, funcionarios o contratados, tengan un precio de menú ajustado, por su condición de trabajadores, y la "empresa" pague el resto si así está acordado. Pero los políticos no están dentro de esa categoría profesional, no son empleados, y sus retribuciones están muy por encima de la media de los trabajadores, puesto que no solo cobran el sueldo como diputados, hay complementos por diversas razones y a eso tenemos que añadir transporte y las dietas. Total, que pueden pagar su comida y deben hacerlo, puesto que cobran la dieta y ya pueden comer bien con ella, sean de Madrid o de Torrejoncillo del Rey. 1800 euros y pico, por alojamiento y manutención, para los que son de fuera de Madrid, permite a cualquier diputado o senador, pagar su comida sin más añadidos. Muchas familias no tienen esos ingresos para su gasto total y de todos sus componentes. A estos señores, "señorías", les pagamos por sentarse a dormitar en el sillón de su escaño, por hacer un trabajo en alguna comisión, por ser portavoces o cualquier otro puesto; por ir y venir dentro del país o fuera les damos ciento y pico euros por día sin descontar lo que cobran por estar en Madrid, es decir, cobran por duplicado la dieta. Por cualquier cosa que suponga muevan el trasero cargados con el Ipad, que también pagamos. Por que hablen con el móvil con su sastre o amante de turno... Como quien dice, pagamos para que respiren, además les damos el aire gratis, un ventilador con mando a distancia y un abanico por si fallan las pilas. Todo para oír cómo se echan la culpa unos a otros y mientras la casa por barrer y la gente cada vez más pobre y desesperada.
Son muchos los recortes hechos, pero muy pocos a los que de verdad debieran y ya es tiempo de empezar a ajustar a toda esa gente que, pelea más por mantener sus privilegiados puestos que por atender el trabajo.
Sigo sin comprender en base a qué norma, cobran trienios como funcionarios, los políticos que están en excedencia de su puesto. Si la hay, esa ley o normativa del funcionario, es injusta e inmoral la mires por dónde la mires. Otro gasto que el estado paga a unas personas, políticos o no, por no hacer NADA. ¡Increíble!
Siento, más que rabia, vergüenza. Por tener a gente tan miserable en nuestras instituciones, bien sea dirigiendo o aspirando al puesto. En tocando al dinero, son todos iguales, y si no lo son, lo parecen puesto que nada hacen por remediar lo que no está bien. No tienen excusa, no precisan de que Bruselas autorice nada. Tampoco hay que reformar la constitución para solucionar eso. Solo hace falta un mínimo de decencia, algo que escasea entre la llamada "clase política".
Cada vez está más claro, no son políticos por dinero, sino por MÁS dinero.

12 febrero 2013

TIEMPO DE SAN VALENTÍN Y EL DESAMOR


-->

Cada vez son más los desamores, la vida moderna no da para más. Las rupturas de las parejas están a la orden del día, ya sean solo pareja o tengan un contrato de matrimonio de por medio. Ya no importa si hay hijos o no, tampoco los años transcurridos ni todos esos momentos felices que seguro vivieron. No se aguantan, para qué luchar por la convivencia. Altibajos en la relación es normal los haya, pero falta motivación para superarlos y sobra a todos orgullo para perdonarlos intentando seguir en ese camino que un día iniciaron con un sin fin de ilusiones y proyectos. Hay quien culpa a la mujer, a su independencia y realización como persona. Otros dicen que los hombres tienen miedo de perder el poder, la capacidad de controlar y dirigir a la mujer, su estatus como macho dominante. Ese miedo lleva incluso a la violencia verbal, emocional o física. A no aceptar que ella tome sus propias decisiones, sea capaz de resolver sus problemas, incluso de marcar la pauta en lo sexual. Y también actúe con violencia en todas sus formas, porque ya no es aquella sumisa que durante siglos vivió sometida al hombre. Tendrán unos y otros razón, pero de lo que no podemos dudar es de la falta de amor. El desamor, por parte de uno o de los dos, enmascarado quizá desde el principio. Los valores por los que debería ir cada día consolidando la relación: intimidad, complicidad, pasión, compromiso. No parecen tener hoy fuerza, posiblemente porque nadie “compra ya algo para toda la vida”. Todo tiene fecha de caducidad, eso llega hasta el amor y hace surgir el desamor a veces de improviso. En ocasiones, ya de entrada estaba destinado a caducar porque adquirieron la condición de enamorados en las rebajas, deprisa, corriendo porque era una gran oportunidad en ese momento. Puede que a uno de los dos le hiciera falta y al otro no, pero los dos cayeron en la trampa. Cuando acuden a las rebajas, compran lo que vale la pena y lo que no. Luego, cuando surge el inconveniente, cuando ven que no es su talla, devuelven la prenda. Así llegan a comportarse con el amor. Puede que la cuestión sea tan simple como eso, y hoy el amor sea de usar y tirar, tal cual cualquier producto que compra la gente en un centro comercial.

Hay alguien de quien no nos podemos separar, nos guste o no. Con nosotros mismos no hay caducidad, no podemos permitirnos el desamor. Es necesario para ser feliz que el amor presida esa relación, es para toda la vida.



Gustavo Adolfo Bécquer

Rima LIII


Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres...
¡esas... no volverán!...

Mas no sufras por ello, porque si eres capaz de recordar, soñar con tus buenos recuerdos y de ilusionarte con proyectos nuevos; podrás seguir sintiendo tanto amor o más por alguien nuevo, por ti y por todo aquello que llegarás a vivir.
Cada amanecer es siempre único y el anochecer te parecerá cada día el más bello.
¿Cómo serán tus noches? Acompañadas o quizá en soledad, mas no sufras pensando en ello, porque seguro las disfrutarás si no reprimes tus sueños y alimentas tus ilusiones; las tuyas, de nadie más.
Las estrellas brillarán y habrán lunas tan llenas que no lo creerás. Iluminarán la noche llenando tu alma de claridad.
Crecerá la hierba y por ella andarás con los pies desnudos, sentirás la paz llenando tu cuerpo de esa húmeda suavidad. Bajarás hasta el mar, verás y olerás la libertad. Navegarás cual velero, rompiendo barreras, eliminando temores. Las olas de tu vida podrás salvar pues ya te habrás curado del mal de amores que tanto te llegó a perturbar.
No hay mayor amor que aquel que te puedas dar a ti, por ti y para ti. Siendo así podrás regalar a los demás, porque te rebosará, lo sentirás en todo tu ser, lo transmitirás en todo aquello que hagas y lo irás sembrando por donde quiera que vayas.
Dejará de importarte no ver aquellas oscuras golondrinas que antaño fueron testigos de tu felicidad. Verás golondrinas verdes revoloteando a tu alrededor, guiando tus pasos en tu nuevo caminar, serás feliz porque te querrás y sabrás que:

¡Esas... las golondrinas verdes, siempre estarán!

Sed felices golondrineros, brindad con limoncello por vuestro amor.


10 febrero 2013

FRENTE A LA CORRUPCIÓN, LA LECTURA.


No tengo la suerte de ser hija de algún político corrupto ni desciendo de familia ilustre o ilustrada. No he salido en la televisión contando amores o desamores más o menos inventados. Tampoco me he desnudado frente a una cámara. No sé cantar ni bailar y no me relaciono con gente de postín o de la farándula. No soy una potentada que pueda hacer una gran promoción de su obra por medio de una editorial de renombre, eso también sirve aunque no te conozca nadie. Poderoso caballero es don dinero, pero no cuento con su favor.
A pesar de todos esos inconvenientes, me ha dado por escribir, y claro, quiero ver mi obra en un libro y no en el gusanillo en el que hasta ahora estaba. He publicado tres novelas, pagando yo por supuesto. Porque no publican nada de alguien que no es nadie. Para ser “alguien” tienes que tener algo de lo dicho al principio. No importa tanto si la obra es buena o no, lo que realmente interesa es poder hacer una promoción gracias a ser “alguien”. Entonces sí te publican y además pagan a cuenta de lo que suponen van a vender. Si la obra es mala de remate, venderán en la medida que el nombre del autor interese y luego todos se olvidarán de ella. Suele ocurrir, pero ya se ha vendido y la editorial se frotará las manos y el autor habrá engordado algo sus bolsillos.
Aconsejan, a los que como yo andamos de principiantes, que nos presentemos a los concursos. No a todos porque los hay que requieren que sea “alguien” para dar el premio, incluso piden que escriba para obtenerlo porque ya han decidido que ese año le toca a fulano. Aun siendo así las cosas, voy mandando alguna, casi es más difícil que la lotería pero no pierdo la esperanza.
Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como. Una vez publicadas con todos los requerimientos legales y recibidas, hay que pasar a la segunda fase, venderlas. Pero, siempre hay peros, sin promoción ni una escoba vendes y menos ahora que anda la gente escasa de recursos; algunos, otros justo lo contrario, pero esos no leen libros. Me he puesto a la tarea de la publicidad y he hecho un cartel que colgaré, si me dejan, en el hospital en el que trabajo. También dejaré en algún que otro quiosco, y a esperar que se vendan para recuperar el dinero y poder seguir editando.
El caso es que quien lee una quiere leer otra, porque gustan aunque no sea una buena escritora, me falta mucho por aprender. Pero, otro pero, para que lean la segunda tienen que haber comprado y leído la primera. En fin, una perogrullada.
Estas son las tres novelas, tres, son tres y quizá ninguna es buena. O puede que sí, a mí me gustan y espero que gusten a quien las pueda leer.



Leer es una lucha silenciosa contra la dictadura de los poderes que quieren amargarnos la vida. No lo conseguirán, seguiremos leyendo y soñando.

¡Que nadie anule tus sueños ni tu sonrisa!


Sed felices, golondrineros, ciao.