27 noviembre 2011

"SI NO HAY PAN, QUE COMAN PASTELES"


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Así andamos, desperdigados buscando qué echarnos a la boca. El prado está agotado, apenas queda algo y rebuscamos mientras esperamos cual rebaño de borregos a que el pastor nos dirija, nos lleve a buen recaudo y nos proporcione algo de hierba seca, porque lo que es fresca ya no nos queda.
Ya estamos tranquilos, tenemos al pastor elegido, a pesar de que nada ha cambiado, de que la crisis sigue igual o peor. Pero nos es cómodo aborregarnos, sí, la mayoría somos de aquellos que decimos "dame pan y dime tonto". Porque a esto se reduce al final toda la disquisición. Y es lógico que así sea, a fin de cuentas la masa poco podemos hacer en los grandes temas que nos afectan. Salvo una revolución y cortarle la cabeza a María Antonieta. Una frase, un collar, mil despilfarros y otros tantos devaneos, mientras el pueblo mendigaba. Llevaron a una joven reina de Francia y Navarra, a la guillotina. Lo hizo la masa, comandada por pastores, porque la masa suele ser aborregada y necesita que la dirijan. El prado no tenía hierba y fue fácil convencerla.
Por fortuna son otros tiempos, los mismos problemas, pero otros tiempos. Ya no hay guillotina, aquí nunca la tuvimos, pero sí existió el garrote vil hasta 1978, ahora aplicamos otras penas. Retiramos a las María Antonieta y les damos una buena pensión de por vida, por todo lo que nos han hecho y si no hay pan, comeremos pasteles (la frase del título, cuentan la dijo María Antonieta, pero al parecer no fue cierto). Dicen tanto, sin embargo, qué poco sabemos y más nos vale. Si de verdad supiéramos quizá rodarían cabezas, o mejor dicho, romperíamos algún cuello. Por suerte, para todos, son otros tiempos y a pesar de todo, los prefiero.
Buenas noches golondrineros, sed felices.

22 noviembre 2011

AL PARTIDO POPULAR LE DIGO, TENGA PRESENTE: EL PUEBLO NO ES BOBO

Habló el pueblo. Ese al que muchos mencionan y pocos tienen en cuenta a la hora de tomar decisiones, a pesar de ser el que sufre las consecuencias.

Creen los partidos que se les vota por sus idearios, sus dirigentes o sus programas. Sí hay una parte de votos que los reciben por esos motivos, pero no son los votos que les hacen ganar las elecciones. Lo que hace ganar unas elecciones, salvo dolorosa excepción que confirma la regla, son los resultados de la gestión del gobierno. Si la gestión es buena hay una tendencia natural al voto por la permanencia, incluso teniendo en cuenta que nunca puede ser al gusto de todos y que siempre hay temas en los que el consenso social es difícil de alcanzar si no imposible.

Está claro que el pueblo ha considerado negativa la gestión del gobierno socialista y le ha castigado retirando su apoyo para volver a gobernar.

Pero eso no es ya importante para el partido socialista. A quien debe importar sobremanera es al partido popular que ha recibido la confianza mayoritaria. El partido popular tiene ahora la misión de gobernar España los próximos cuatro años, viene obligado a tener presente en el día a día y en cada una de sus decisiones que, su permanencia en el poder y por consiguiente la renovación de confianza en la siguiente elección, depende única y exclusivamente de una buena gestión. No de sus simpatizantes, ni de sus afiliados.

Hemos asistido durante el tiempo de gobierno socialista y mucho más aun durante la campaña, a una descalificación de los ciudadanos, los han considerado bobos, desprovistos de la más mínima inteligencia para poder valorar su gestión. Han creído que el pueblo era incapaz de entender y comprender sus “grandes decisiones” sus “altas miras”. Lo han intentado amedrentar, han mentido de manera pertinaz y han tratado de vender unas soluciones a los problemas que durante el tiempo que han gobernado no han siquiera planteado. Bien pues, el pueblo no es bobo, no está falto de inteligencia y es capaz de ver y entender incluso a través de la mentira.

Atiendan a ello los dirigentes del partido popular, tomen nota de ello si quieren que su gobierno renueve la confianza que ahora le han dado. Gobiernen como si su casa fuera porque tienen el apoyo necesario. No para despilfarrar lo que no tenemos, no para regalar lo que aquí nos hace falta, no para malversar... porque nada de eso haría una persona de bien en su casa.

Tienen bajo su gobierno casi a toda España, pero eso no debe llevarles a comportarse como reyes absolutos del poder, sean generosos, demuestren nobleza con el resto de partidos y atiendan sus sugerencias cuando sean mejores que lo que ustedes piensan. No traten de imponer su ideario porque no les han votado por ello, no caigan en el error de pretender adoctrinar al pueblo, eso no se perdona en estos tiempos. Tiempos que son difíciles, pero eso ya lo sabe el pueblo mejor aun que ustedes porque lo está sufriendo. No es pues excusa para no intentar hacer bien las cosas y atender a todo con las limitaciones que las circunstancias marquen. Sean austeros con sus propias prebendas, que el pueblo sea conocedor de ello, será la mejor manera de aceptar los recortes que tengan que hacer por causa de la crisis. Y en aquello obligado por el bien general, no duden aunque les digan que no es políticamente correcto y pueda restarles votos, no es cierto, el pueblo lo entenderá porque no es bobo.

España necesita cambiar en muchos aspectos para poder recuperar su dignidad y un nivel razonable de prosperidad y bienestar. Un elemento necesario para comenzar a caminar en esa restauración era el cambio de gobierno. Bien, ya lo tenemos, ahora veremos si quienes asumen la dirección del país son capaces de hacerlo. Yo así lo deseo por el bien de todos.

Buenas noches golondrineros, sed felices.


15 noviembre 2011

20-N REFLEXIONAD CON TIEMPO Y VOTAD

Faltan aún días para que llegue ese tan manoseado “día de reflexión” previo a una votación. Pero no podemos esperar a reflexionar en el último instante. Porque pueden ocurrir acontecimientos que perturben ese necesario meditar antes de depositar nuestro voto en una urna, porque el voto de cada uno es el que decide. Uno o diez millones no son más que una suma de votos individuales e intransferibles. Emitidos de forma libre y responsable.

¿Qué debemos tener en cuenta? No la faz de un candidato, su corbata o el fondo con que se anuncia. No los discursos hilvanados por expertos para convencer. No, ni siquiera los programas que ya veremos si pueden cumplir.

Hay que centrar nuestro pensamiento en lo que vemos y en la memoria histórica. Esta vez soy yo la que hablo de memoria histórica, pero no de hace décadas, de la reciente, los últimos años. De la actual, la que está escribiéndose en el día a día. De esa historia en la que poco participan, pues no tienen oportunidad de hacerlo, cinco millones de españoles parados, a los que hay que sumar todas aquellas personas a las que afecta su situación.

¿Qué tenemos a nuestro alrededor? Escándalos, mala administración, corrupción y malversación de caudales públicos. Sindicatos bien pagados por el gobierno, con un número de liberados que nunca dicen cuantos son, hay quien habla de trescientos mil. Me parecen muchos cobrando sin apenas producir, pero en realidad no sabemos si son tantos, menos o más. Sindicatos que manejan millones dedicados a “cursos de formación”, algunos para los parados. ¿Por qué? No entiendo por qué tiene que dar dinero el gobierno para ese fin a un sindicato. Es más, un sindicato tiene que mantenerse con la cuota de sus afiliados si queremos que sea independiente y defienda a quien representa. Y a quién han representado, a quien les ha pagado, al gobierno, pero no a los parados. Tampoco a los que sí tenían trabajo, han sido incapaces de hacer una reforma laboral necesaria y adaptada a la situación actual.

Mientras millones de personas sufren las consecuencias de una crisis que aumentó su velocidad cuesta abajo, por negarla el gobierno durante tiempo. El gobierno ha seguido con sus subvenciones a organismos o fines solo comprendidos por unos pocos, los que las recibían, y para nada productivas ni paliativas de la problemática existente en nuestra sociedad. Si bien es cierto que estamos en una crisis internacional, no menos cierto es que tardamos en poner en marcha medidas contra ella y con pocos o nulos resultados. Sí dieron dinero para los que agotaban su prestación por desempleo, pero no a los que ya hacía tiempo la habían agotado o no reunían los requisitos. Dinero que hubiese sido más productivo para todos si lo hubiesen dado a los empresarios, pequeños o medianos que creasen un puesto de trabajo. Pero la clave del gobierno era “vencer a los poderosos”. Y la consecuencia ha sido derrotarnos a todos, sobre todo a los menos poderosos, al pueblo llano. Hicieron muchas rotondas casi todos los ayuntamientos, mientras seguían sin pagar las facturas que debían. Pero era necesario dar imagen de cara a la galería, y todos, todos los partidos pasaron por ello. Cuando tendrían que haber hecho un manifiesto público “no queremos rotondas, aunque sean buenas, queremos reducir deudas”. Pero todos se hicieron la foto inaugurando mientras muchos pequeños y medianos empresarios, reducían sus plantillas por no poder atender los pagos, porque mientras la administración no les pagaba, seguía cobrando el IVA y el resto de los impuestos. Una auténtica tropelía.

Podría seguir, pero para qué. Cualquiera que tenga ojos puede ver si mira en su entorno. El despilfarro ha sido mayúsculo y nadie ha puesto coto a ello. Así estamos, más secos que una mojama. Y lo peor es la falta de esperanza en que algo cambie. Por un poco de esperanza, a paso lento, pero algo espero que sea, a eso dedicaré mi voto.

Hay gente a la que no afecta la crisis, eso creen, pero no es así. Seguro que si miran, verán en su entorno un pariente, un amigo, un bar que ya no abre por falta de clientes. Y va en aumento, a menos que algo cambie. Que cada cual emita su voto, suyo, responsable. Pero no por lo que prometan unos y otros, abran los ojos y vean su entorno.

Una amiga me ha dado una botella de limoncello de Sorrento, a cambio de un libro mío. Llaman a eso trueque, lo que hicieron en el “corralito argentino”. Espero no lleguemos a ello. De momento yo salgo ganando, el limoncello es de primera y mi novela puede que no le guste. Claro que le durará más que a mí el contenido de la botella. Ciao golondrineros, sed felices.

09 noviembre 2011

EL DEBATE. UNA CORRIDA QUE GUSTÓ POCO Y COSTÓ MUCHO

Lo más destacado de “El Debate” han sido los 550.000 euros que ha costado, o sea, más de noventa millones de pesetas. Está claro que la crisis es como el frío, no afecta a todos por igual.

No han cobrado los que han intervenido de la Academia de televisión, a pesar de ello la cifra produce bochorno en los tiempos en que estamos. Han puesto algo para picar, nada, unos bocatas de chorizo y la consabida tortilla de patatas, acompañado de cerveza y algún refresco, lo que tocaba para entretener el hambre. Digo yo que eso era lo que tocaba, pero cuando veo que el tentempié ha costado la friolera de 18.000 euros, me ha entrado la duda. Seguro que han añadido algún dulce y una copita de licor, sí, con eso ya me sale la cuenta...

Como la cosa era de mucho rigor, el tiempo era esencial controlarlo y en lugar de poner un reloj de arena, ecológico, o uno de esos que usan los jugadores de ajedrez que son muy precisos. Han contratado dos árbitros de baloncesto y les han dado una paga extra para pasar la Navidad, 1.700 euros. Me alegro por ellos, pero mejor hubiese sido coger a un par de parados que más falta les hace. Y, bueno, está bien que gasten 80.000 euros en el decorado del plató para un rato, porque imagino que habrán pagado algunos jornales y esa gente podrá llegar a fin de mes. Y no me parece despilfarro, no, porque ahora pueden desmontar el asunto y guardarlo en el desván para el próximo debate, vamos que no hay porque tirarlo, luego le pones tres pegatinas o lo pintas de otro color, cambias el año y listo. Es una inversión a largo plazo, por tanto hay que aplaudir que hagan inversiones tan rentables. Lo que no entiendo es por qué han tenido que ir al palacio de Congresos, teniendo buenos espacios en TVE, que es de todos, no hay que alquilar y pagar la friolera de 90.000 euros. Bueno nada, ya me he cansado de echar cuentas.

El caso es que la cifra total se sale de madre, y todo para qué. Para nada o para bien poco.

Vimos una corrida poco lucida, el toro era bravo, con mucho peligro, de nombre España. El primer espada salió al ruedo tocado por los “fuera, fuera” que en los últimos tiempos lleva escuchando. Y pasó por el ruedo con más pena que gloria inventando una faena que nadie creyó, al tiempo insistió con su versión del pasodoble del miedo que de forma machacona impone siempre al respetable. El otro diestro, lidió azuzado por esa música, y aun teniendo al público a su favor le faltó garra como siempre. Dio unos capotazos lucidores, con la muleta estuvo algo mejor, unos pocos pases de pecho y otros tantos derechazos. Y si bien recibió algunos aplausos, ni él ni “El niño del coco” como ya se le conoce al primer espada, mereció la vuelta al ruedo. La corrida que tanta expectación había causado fue en gran parte una decepción.

En la barrera pudimos ver Al Moderado, que no salió al quite en las ocasiones que debió. Pitos.

Buenas noches golondrineros, sed felices.


05 noviembre 2011

A RAJOY Y RUBALCABA, EN UNA MESA CAMILLA TOMANDO CHOCOLATE ¡UNA PASADA!

Tras estos días adornados de cipreses, la lluvia nos sorprende con su insistente presencia a menudo desbordada. Las hojas caen por doquier, desconsoladas por perder su color verde esperanza, vestidas de amarillos marchitos y marrones apagados, son aventadas por el viento que sale a pasear cual dueño y señor; con una fuerza a la que ya no nos tenía acostumbrados. Es un hecho el frío tempranero, hace sacar del fondo de los arcones las mantas y edredones. Pantuflas, calcetines y viejas bufandas, nos ponemos. Retomamos el sabor del té caliente, soplando para beberlo a pequeños sorbos antes de que enfríe y nos destemple más de lo que estamos. La mesa camilla volverá a su función de toda la vida, cobijarnos pies y piernas. A falta de una buena chimenea, una pequeña estufa eléctrica hace las funciones del viejo brasero y nos regala su cálido bienestar a poco que nos acerquemos.
Tendrían que retomar muchos esa costumbre, me refiero a la mesa camilla. Aproxima a las personas, elimina esas distancias que la canícula excesiva provoca. Facilita la conversación, más íntima, cercana. Sin cabeceras que den prestancia, nos hace iguales. Es más profundo lo que a su alrededor pueda comentarse, pues es sabido que bajo una manta uno cuenta mucho más que sentado en una terraza.
Yo sentaría al señor Rajoy y al señor Rubalcaba en una mesa camilla, con un brasero y un buen chocolate a la española. Para mojar unos churros, buñuelos o porras, al gusto de los señores. Segura estoy que sería menos agresiva la contienda dialéctica, más sincera y casi me atrevería a decir que llegarían a un entente que a todos nos beneficiaría. Siempre y cuando no jugasen al parchís, juego de lo más violento, por aquello del afán de matar al contrario y la mala costumbre de algunos empeñados en hacer trampas para vencer.
De lo último, de trampas, andamos sobrados. Aparecen por muchas partes y no estamos en condiciones de seguir soportando a tanto truhán que abusa del cargo. Ni podemos esperar un mínimo respeto por parte de los políticos, menos ahora que andan calentando. Está claro, como se acerca el frío tratan de encender los ánimos. Pero el fuego que encienden no es para dar calor a la gente, sino para seguir arropados mientras los que están tiesos son ya más de cinco millones.
El otoño es tiempo revuelto pero tiene su encanto. Florece la jacaranda, estallan en color violeta sus flores entremezcladas con el verde de las hojas. El colorido fresco y joven nos trae un mensaje de esperanza. Lo cual me lleva a pensar, tras el invierno siempre llega la primavera y con ella las golondrinas que en otoño van a buscar el cobijo en el calor africano.
Pero tranquilos, golondrineros, aunque llegue el invierno, las golondrinas verdes seguirán aquí. Junto a una mesa camilla con brasero y una copa de limoncello. Sed felices. Ciao.