22 junio 2014

REY FELIPE VI Y REINA LETIZIA: LO ROMÁNTICO CORONADO


El romanticismo está de moda en España, tenemos a la Reina Letizia que procede del pueblo y parece un cuento de hadas su historia de amor. Aunque os presento mi nueva novela, que es una historia de amor, no hablo de ella sino del Rey Felipe VI.
Toca a cualquier generación vivir hechos históricos más o menos relevantes. Hemos podido presenciar a través de los televisores uno de esos actos que forma ya parte de la historia de nuestro país y que bien pudiera ser el último de la serie. La proclamación del Rey de España, Felipe VI.
Hay quien pide a gritos la República, voces que fueron abortadas en ese día con excusa de la seguridad y más probable por evitar deslucir el evento. No debieron acallar a quienes querían alzar su voz para manifestar su disconformidad. Estamos en un país libre y cada cual tiene derecho a expresar su opinión de forma pacífica. No seré yo la que clame con ellos, pero sí por ellos y por la libertad de expresión que tanto ha costado conseguir.
La monarquía hereditaria está en “teoría” fuera de lugar en una democracia que es el gobierno del pueblo. Ahora bien, en la monarquía parlamentaria en la que hay separación de los poderes: ejecutivo, legislativo y judicial. El monarca no gobierna, no legisla ni juzga. Solo representa al conjunto en su máxima expresión, tal cual pudiera hacerlo el presidente de una república, pero con la ventaja de su neutralidad y estabilidad al no pertenecer a ningún partido político. 
En nuestro caso, Felipe VI está especialmente preparado para esa función representativa al más alto nivel, sería difícil encontrar entre nuestros políticos actuales alguien así. Por otro lado, este Rey sí es constitucional, en su día aceptamos la inmensa mayoría la Monarquía Parlamentaria. Más de quince millones de votantes dijeron SÍ y no llegó al millón y medio el NO.
Los tiempos cambian y quizá podamos hoy pensar que otra cosa sería más acorde, pero tampoco están los tiempos para experimentos. El país necesita estabilidad para salir del bache inmenso. También un impulso joven y fuerte en las relaciones internacionales, y una voz que se haga oír por encima de intereses políticos para tratar de mejorar las relaciones entre los partidos en beneficio del conjunto de España.
Felipe VI tiene mucho trabajo que hacer, está preparado para ello y será su labor la que afiance su reinado. Tendrá que ser firme en no dejarse llevar por corruptelas. No solo tiene que ser honrado, además es imprescindible que lo parezca. Y tiene que tener claro que si no cumple con su función el pueblo alzará la voz y ejercerá el poder de su voto.
No olvide Su Majestad: debe el alto honor de ser hoy Rey de España al pueblo español.
Por su bien y por el nuestro deseo larga vida al Rey.