25 abril 2011

A MIS GOLONDRINEROS. FELIZ DÍA DEL LIBRO

Foto de Negro Azabache.net

CON FE

Por dónde ando,

si el rumbo perdí,

ya no sé cuando.

Respondo ante mis quejas,

yo, lo hago yo,

pues nadie más está a mi lado.

Sin embargo suenan voces

a lo largo y ancho,

gentes que mueven los labios,

para decir qué... Nada,

a veces solo agravios.

Y ese mundo que da vueltas,

del que huyo

porque me extraño,

cuenta guerras y tormentas,

habla mal de sus hermanos.

Pregunto, me pregunto,

acaso no son cristianos.

No, aquí ya todos juran en vano,

solo es dios el que alimenta,

aquel que nutre el candil,

y aun esos van acabando.

Ya pues, qué nos queda

si el mundo anda a traspiés.

La Fe, nueva o vieja,

la que tú quieras.

Aquella que te ayude a ver

por dónde poner los pies,

para andar por el camino

que te lleve a comprender

y así llegar al destino.

Aun no sabiendo cuál es.


Bueno, golondrineros, feliz día del libro con retraso. Estoy de crucero por Suecia, aprovechando el superfinde. Sí, en serio, claro que, los que ya me conocéis no os extraña porque yo cada día navego, por el mundo entero. Me encuentro inmersa en conocer a una Reina, que ya tuvo guasa. Para lo poco que suelen cedernos el cetro, va y lo deja sin haber llegado a vieja. Cosas que pasan, ya os contaré si llevo a buen término esta historia que será la de una mujer que fue, no reina sino rey, Rey de Suecia por más señas. Me queda un día para pasear por el Báltico. El tiempo es soleado, porque yo así lo quiero, ventajas de este mi especial crucero. Ciao, sed felices.

23 abril 2011

NUEVO HOSPITAL LA FE DE VALENCIA. DÉCIMA SEMANA, SANTA.


Dibujo del C.F. Granada. Cada cual tiene su cruz, con Fe, vieja o nueva, tenemos que sobrellevarla.

Décima semana y santa. Pues en Semana Santa andamos, por tanto corta para el trabajo. Pero ha sido bien aprovechada, tratando de dejar abastecido el servicio de todo lo necesario, lo hemos conseguido. Ya veremos si al volver andan las cosas manga por hombro o está controlado.

Y si hemos podido dejar en orden lo necesario, es porque la logística ya va funcionando mejor. Tuvieron la feliz idea —dado el caos reinante las primeras semanas— de llamar a un experto, con experiencia incluso en la Vieja Fe, y desde que está al frente se ha notado. Y aquello que solicitamos con pedidos externos, es decir que lo traen de fuera del hospital, también va más rápido. Es más, hasta diría yo que mejor que antes.

Parece que ande yo lavándole la cara sucia al gigante sanitario. No, pero sí. Cuando hay que atizar, se atiza, y si hay que reconocer algo bueno, lo mismo.

He estado leyendo en la prensa que, en una unidad han tenido que comprarse taburetes para poder sentarse. Falta de imaginación y de cierta intrepidez. Si no tienes sillas, las afanas, al igual que hemos hecho con otras cosas ¿Falta una mesa para un ordenador? Por favor, si mesas hay a montones sin utilizar. Poneros manos a la obra y coged lo que os haga falta, o en todo caso recurrid a la Vieja Fe, antes de que la dejen limpia otros que no debieran ni siquiera andar cerca. Y, bueno, ¿qué pasa si le tienes que pedir algo a la vecina? Nada, mañana puede ser ella la que te lo pida a ti.

Nimiedades, hay que tratar de resolver los problemas. Sí, cierto que a veces hay que intervenir en niveles que no podemos hacerlo los de a pie. La semana pasada nuestra jefe de sección compró unas estanterías, pero se las pagarán, ¿cuándo? No se sabe, pero le dieron el permiso y valían más que los taburetes esos.

Lo que quiero decir es que ese tema no es para el titular y pedazo de artículo que hay en la prensa. Chorradas que puedes comentar, tal cual hago yo, en un blog para los amigos y algún que otro que pueda entrar. Pero no son cosas vitales para la sanidad. Claro que la prensa, al igual que muchos de nuestros políticos, pierden el tiempo en fruslerías para no ocuparse de los temas vitales de este país. Cortinas de humo. El otro día comencé a ver una película con ese título “La cortina de humo”con De Niro y Dustin Hoffman como protagonistas. No la acabé, para qué. Nuestros políticos, unos y otros, porque todos son nuestros nos gusten o no. Son muy hábiles en crearnos esas cortinas, las vemos cada día.

Lo que está claro, para mí por lo menos, es que la Nueva Fe hay que ponerla en marcha entre todos. Se equivocaron los que pensaron que eran capaces de hacerlo sin contar con el personal que a diario hace el trabajo. Todos y cada uno de los estamentos, tienen que aportar su grano de arena, a veces sin esperar los permisos, porque siempre tardan y la atención hacia el paciente no puede esperar tanto. Es por ello que hay que echarle imaginación y resolución. Y luego ya se verá si era o no correcto, pero de momento, resuelves.

Otra película que he visto hace poco “Historia de una monja” De esas antiguas, 1959, protagonizada por Audrey Hepburn. Era monja y trabajaba como enfermera. Al final tuvo que dejar de ser monja para poder seguir siendo una buena enfermera capaz de resolver los problemas. Nosotras no somos monjas, así que lo único que podemos intentar es ser unas buenas profesionales capaces de conseguir... unos taburetes o lo que sea, en tal de que el gigante sanitario siga andando por sus inmensos pasillos de la mejor manera posible.

Toca comer torrijas, yo lo hago, aunque no sé si es muy adecuado en la Semana Santa, porque están de pecado. Feliz Pascua, golondrineros. Ciao.


15 abril 2011

NUEVO HOSPITAL LA FE DE VALENCIA. NOVENA SEMANA. BODA DE LUCIA

Bueno, ahí las tenéis, estas chicas son las que no lo consiguieron. (la foto procede de latrola.net)
De esta semana, lo positivo más destacable es la boda de Lucia Igual, nuestra Resi. Hicimos un Ángelus como despedida de soltera y le dimos unas chorraditas. Las estudiantes, futuras auxiliares y enfermeras, trabajaron de lo lindo para llenar la enorme pizarra de la sala de médicos con frases y fotos alusivas al gran acontecimiento que celebrarán mañana. Un alto en el quehacer diario que nos sirvió para reír, relajarnos y completar la formación de las estudiantes. Es importante que aprendan a tener un buen ambiente porque favorece el rendimiento. Desde aquí, el saludo cariñoso y nuestros mejores deseos para Lucia y Danny. Que sean felices y coman muchas perdices.
Soplan mejores vientos por los pasillos de la Nueva Fe, no es que todo vaya bien, pero va mejor y aprovechamos para tratar de solucionar lo que no anda tan bien como quisiéramos. Los pacientes no han sido tan numerosos, pero sí hemos tenido un conglomerado de especialidades, cirugía incluida y, hasta de catorce años han ingresado, cuando la edad máxima no debería superar los cuatro años.
Y es que al gigante sanitario no le importa qué ni dónde. Ingresan en la sala en la que hay sitio. Era de prever que ocurriese, ya que han reducido el número de camas. Eso implica que dan por sentado que todo el mundo es experto en cualquier patología. Me refiero al personal de enfermería, ya que los médicos sólo atienden aquello en lo que son especialistas. Pero las enfermeras y auxiliares son máquinas perfectas, de la más alta cualificación. Lo mismo sirven para un roto que para un descosido. Y es así, pero a costa de un mayor esfuerzo que nada ni nadie compensa.
La reducción de camas era algo que no podíamos comprender y seguimos sin hacerlo. Claro que la natalidad ha disminuido, pero no así la de los inmigrantes. También disminuye la tasa de mortalidad de algunas patología, lo cual supone un mayor tiempo en el uso de las instalaciones hospitalarias.
Y si bien es cierto que todo va encaminado a reducir el tiempo de estancia media, a utilizar más los servicios de las UCSI —cirugía sin ingreso— No menos cierto es que tardaremos aún años en llegar a las cotas deseadas. Pero claro, son previsores, y ya reducen en vistas a ese futuro lejano.
Y para mayor desconcierto de todos, han ubicado despachos en habitaciones de alguna sala. Y es que, por lo visto, no pensaron en hacerlas. Sí, tenemos unos pasillos de carrera de fondo. Espacios amplios con enormes ventanales sin uso ni destino alguno. Inmensos vestíbulos... Pero, faltaban despachos y, para algunos, los han inventado. Otros sin ellos se han quedado.
También siguen faltando algunos muebles y, esta semana la jefa de la sección y una de nuestras auxiliares han ido de compras a un centro comercial y han traído un par de estanterías, que buena falta hacían. Así que montando estanterías hemos estado. Lo que decía, igual valemos para un roto que un descosido.
Hemos acabado la semana con un improvisado hospital de campaña. A una de nuestras enfermeras el cuerpo le ha dado tal malestar que ha sido necesario ponerle un gotero. En la sala de estar, que dicho sea de paso es casi un zulo, la hemos atendido. Con el frasco del gotero pegado con esparadrapo a la pared. Tal cual. El objetivo se ha logrado y la enfermera ha podido seguir trabajando tras el tratamiento. Y es que el esparadrapo sirve para todo, mano de santo en cualquier incidencia.
Sed felices, golondrineros, ciao.

09 abril 2011

NUEVO HOSPITAL LA FE DE VALENCIA. OCTAVA SEMANA.

Y van ocho. Con pocas novedades, bueno sí, hoy hemos hecho un cambio en el mobiliario. Todos a una, como aquellos de Fuenteovejuna, la mejor manera de llevar las cosas a cabo. Sí, cuando las cosas no se han hecho bien por los que dirigen, el pueblo tiene que unirse para actuar y reivindicar que se haga justicia. Eso fue lo que hicieron todos los de Fuenteovejuna ante la tiranía del comendador.

Lo nuestro ha sido solo cambiar unos muebles de lugar, un hecho tan simple nos ha supuesto un alborozo, tal que si hubiésemos conseguido derribar una muralla. Con la sensación de estar saltándonos una norma que de tan absurda rayaba en el ridículo y, sin embargo, hemos respetado hasta el día de hoy. Después de ver que nuestras vecinas ya los habían cambiado de sitio, nos hemos hecho el ánimo. Arrastrando armarios hemos comenzado la mañana, sudando de lo lindo, porque ya nos dijeron que esos muebles no los iban a mover los celadores.

Ni tampoco piensan encargar a los celadores el reparto del correo. Han puesto unos buzones en cada planta, como esos de los apartados de correos, y pretenden que vayamos a recogerlo el personal sanitario, hoy nos han dado la llave. Nada, a unos ciento cincuenta metros de la sala o más. Puede que sea bueno que nos sublevemos porque eso nos une y, el pueblo unido jamás será vencido, así lo cantaban los Quilapayún. Aquí no hay ninguna reivindicación política. Tratamos de hacer el trabajo en condiciones menos adversas porque ello redundará en una mejora en la prestación del servicio. Y de eso se trata.

Hablando de armarios, hemos tenido que descerrajar uno. No teníamos la llave, alguien se la había llevado y era preciso abrirlo. Los técnicos de mantenimiento nos dijeron que: “no están para romper cerraduras”. Así que lo hicimos nosotras, costó Dios y ayuda. No entendemos lo fácil que parece lo tienen los que roban, porque siguen robando. Han tenido que reforzar las puertas de algunas taquillas de los vestuarios porque las abren a dos por tres. Suerte que hay un nutrido grupo de seguridad paseando el hospital.

Una novedad, han puesto una placa con la letra de cada torre a la entrada de los ascensores. Había un papelito, así de cutre era el rótulo. Bien, vamos mejorando. Pero falta, entre lo mucho que queda por hacer: Seguimos sin tener dónde echar los papeles en el exterior, tal cual, en un espacio inmenso no hay ni la más mínima papelera. Estoy segura de que las pondrán, ¿cuándo? Quizá nos las traigan los Reyes Magos, si somos buenas.

Esta semana solo me he perdido tres veces. Una de ellas fue en el edificio que vienen en llamar algunos: “La Moncloa”. Lo tengo poco andado, allí está la administración y los altos mandos. También la sección de informática, a verles fui después de tres días de inútiles intentos de contactar por teléfono, para que nos resolviesen un problemilla. Dos habitaciones habían desaparecido de la pantalla y no había manera de poder solicitar a la cocina el menú. No dejaron de comer los niños por ello, pero tuvimos que hacer malabares para conseguir que sirvieran lo necesario. Hemos mejorado, antes se descolgaba el programa entero.

En fin, es cuestión de tiempo. Cada día que pasa es uno menos para lograr que todo esté en orden.

Y también es uno menos para la boda más sonada de esta primavera. No, no es la del Príncipe Guillermo, para nada. La boda de más tronío es la de Lucia Igual, una de nuestras Resis. Será, Dios mediante, el próximo sábado. Se espera buen tiempo. Soleado y, la temperatura en su punto justo para tan notable acontecimiento. Mi felicitación por adelantado.

Buenas noches, golondrineros, sed felices.

02 abril 2011

NUEVO HOSPITAL LA FE DE VALENCIA. SÉPTIMA SEMANA. CON SABOR VIEJA FE.

“Y al séptimo día descansó...” Porque su obra era buena. Mas no es así en la Nueva Fe a pesar de ser siete las semanas transcurridas y de haber mejorado en algunos aspectos. Es probable que el cambio de hora nos haya afectado y los kilómetros que a diario hacemos —no es un decir, son kilómetros— nos han pesado un poco más. Por fortuna vamos centrándonos en el inmenso espacio y ello hace que el ambiente sea menos tenso. También ha contribuido la celebración de un “Ángelus” para culminar la despedida de doña Juanita. A pesar de que lo hicimos el lunes, día poco apropiado, pero vino bien empezar la semana con dicho evento. Además, nos hemos comprado una pijada de horno que inauguramos el jueves, dando sabor y olor de Vieja Fe, con lo que el personal ha recargado las pilas al ver que podemos mantener alguna de nuestras rancias costumbres a pesar de los pesares. Aunque “El comer y el cagar, con reposo se han de tomar” Aquí reposo hay poco, pero “A todo se acostumbra uno, menos a no comer” De todos es sabido que “Con la barriga vacía ninguno muestra alegría” Así que hemos comido como hemos podido y para bien ha sido. Hay más alegría y energía en la gente. Falta hace que llenemos las alforjas para andar lo que andamos.

Después de este paseo por nuestro refranero para justificar lo bueno que es el “Ángelus” Paso a contaros alguna anécdota ocurrida.

Para empezar, según me han dicho y de ello ha hecho eco la prensa, cayó una parte del techo falso en un pasillo. Sin daños personales, salvo el consiguiente susto. Bueno, nada importante, en la Vieja Fe ocurría de vez en cuando y nadie se rasgaba las vestiduras por ello.

También ha salido en la prensa —lo he corroborado— que en una sala, a falta de interfonos para la comunicación de los pacientes con el personal. Les fueron dados unos “sonajeros” hechos con un bote de los usados para recogida de muestra de orina y dentro unas tapitas metálicas de las botellas de suero. Lo cual demuestra, una vez más, el ingenio del personal de enfermería para paliar los problemas a los que se enfrenta en su quehacer diario. Al tiempo que, habrán provocado la hilaridad de los pacientes. Eso espero.

Aunque la palabra “paciente” ya no está muy de moda, ahora adquiere una mayor dimensión. Sí, el paciente tiene que serlo mucho más que antes. Su paciencia no puede tener límites porque ocasiones para perderla las hay y muchas. Una de las causas que puede provocar la pérdida de la paciencia del sufrido paciente y su acompañante, es la inadecuada señalización del gigante sanitario, tanto dentro como fuera. Los circuitos internos que obligan a un ir y venir sin sentido en muchas ocasiones. La poca o mala información de por dónde deben ir para llegar a su destino.

Caso por ejemplo de que veas atravesar una sala infantil con un adulto encamado, con un par de bombas de perfusión, en busca de la sala de origen. Dando un paseo inmerecido además de inapropiado al más que sufrido paciente.

Otra historia de andar dando tumbos: una joven, arrastrando los pies y encogida por el dolor por el inmenso pasillo de la segunda planta, en busca del servicio de Urgencias. Acompañada de su angustiada madre. Habían entrado al hospital por la planta baja frontal, que son las consultas, y, alguien les había dicho que, subiendo a la segunda planta podían coger un ascensor para bajar de nuevo a la planta baja en su parte posterior y poder así llegar hasta Urgencias. Una locura total, pero no protestaban, solo suplicaban.

Y hay que protestar, los pacientes y los que por allí andamos con demasiada frecuencia dando vueltas. El gigante está mudo, lo poco que dice lo hace en un lenguaje ininteligible. Letras y números. No sé si es un nuevo idioma, un esperanto modificado o sacado de las galaxias. El caso es que no sirve. Hacen falta carteles, grandes en el exterior y bien claros en el interior. Que nos ayuden a todos para hacer el camino.

Todos los caminos conducen a Roma. Tampoco hay problema para llegar a Santiago. Pero en la Nueva Fe puedes perderte antes de entrar, y si entras, es posible que no llegues a donde has de llegar.

Y, hablando de Roma, Concha y Encarni fueron allí y trajeron una botella de limoncello de Sicilia, muy bueno. El chupito que nos tomamos nos vino de maravilla. Por cierto que tendré que hacer el narancello, la receta es la misma que el limoncello, en lugar de corteza de limón la de naranja.

Buenas noches golondrineros, mañana voy a la Nueva Fe, ya debería estar acostada. Ciao.