20 junio 2016

VOTANDO Y LEYENDO: PUÑALADA POR LA ESPALDA, GRATIS El EBOOK

https://www.amazon.es/Pu%C3%B1alada-por-Espalda-VICTORIA-ROCH-ebook/dp/B01H9R7IZ6/ref=sr_1_1?s=digital-text&ie=UTF8&qid=1466442559&sr=1-1&keywords=Pu%C3%B1alada+por+la+espalda

¡Gratis!  El ebook del 22 al 26

Es mi última novela, vale la pena leerla es entretenida y algo más. Tiene un poco de historia, algo más de amor, mucho afecto y amistad. Y más, mucho más de maldad. El malo en esta ocasión es realmente malo y pasa casi toda la vida ganando batallas, aunque al final pierde la guerra. Es una ficción, en la realidad no siempre acaba la cosa así.

Algo de historia hay en la novela, parte de los protagonistas son alemanes que salen de Alemania en plena Segunda Guerra Mundial. Y si hablamos de esa época, resulta casi imposible no mencionar a Hitler y su fulgurante ascenso hasta lo más alto.
Las cosas no iban bien en Alemania y mucha gente votó a quien prometía ser la solución a todos los problemas. Aunque no logró la mayoría de votos necesarios, la política y los políticos hicieron el resto y el «salvapatrias» (vocablo que no recoge el diccionario y no entiendo el porqué, si podemos decir salvavidas). Decía que el «salvapatrias»  que tanto prometió, logró embarcar a casi todo el mundo en la mayor guerra conocida. Aún están contando muertos, tantos millones fueron que casi nadie se pone de acuerdo en la cifra.

La democracia es el gobierno del pueblo... Eso dicen. Según Platón «el gobierno de la multitud» ¿Es lo mismo? También puedes oír que «el pueblo no se equivoca» ¡Ah!
Entonces los que votaron al partido de Hitler ¿no se equivocaron?
El pensamiento o ideario de Hitler estaba escrito mucho antes de las votaciones, más de doce millones de ejemplares se vendieron por entonces. ¿Lo habían leído, sabían lo que votaban?

Viene a cuento todo esto porque estamos en vísperas de votar.
Muchos son los que votan, pero pocos los que se detienen a leer en detalle los programas de cada partido antes de decidir. Luego vienen las sorpresas.
No basta con escuchar las parrafadas que sueltan en las que todos son mejores que los demás. Vamos que como si anunciaran un detergente o algo así.
Hay que meditar bien el voto y no solo echar la papeleta de aquel que sonríe mejor o tiene más o menos gancho, usa o no corbata, o por feo, porque seguro que hay quien vota al más feo, por votar, ¡qué más da si todos son iguales!
No nos equivoquemos, hay que votar con seriedad y rigor. Siendo conscientes de que ese voto puede lograr que haya paz o estalle la guerra.
El pueblo, o sea, entre todos elegimos a quienes podrán gobernar el país. Atendiendo a las reglas mandará el partido que tenga la mayoría necesaria. O logre los acuerdos que le hagan falta para ello, en ese caso, ya aquello de que «es el gobierno de la multitud» se queda en agua de borrajas y será la política y los políticos quienes al final decidan quién mandará y no el pueblo en realidad.
Gane quién gane, esperemos que “el pueblo” no pierda.

Mientras hacen el recuento podéis leer mi novela, por lo menos os distraerá.
Sed felices golondrineros.