27 agosto 2010

CUANDO NO HAY JUSTICIA

Porque el hecho de que exista una sentencia con arreglo a ley, no significa que sea justa.
Son demasiadas las veces en que ocurren hechos de este tipo y no debiéremos permitirlo. (
clic en el título) Cuando los derechos de los agresores están por encima de los agredidos, algo no funciona ni es correcto. Y ese algo, aquí y ahora, es la ley del menor. Esa ley supuestamente protectora de los menores y que sirve, por desgracia, para librar del castigo justo y proporcionado al delito, a muchos jóvenes delicuentes o asesinos.
Ya he comentado en otras ocasiones sobre el tema y, si sigo en ello cada vez que alguna noticia me revuelve es por esa necesidad de justicia que tenemos. Porque es evidente que no la hay, no lo suficiente. Solo existe una versión descafeinada de la misma. Y bien que algunos de esos delincuentes han crecido al margen de la sociedad, que sus familias no son lo más deseable, que carecen de formación... todo lo que digan puede ser cierto. Pero no menos cierto es que saben,
perfectamente, lo que hacen. Distinguen mejor que muchos el delito, pues se mueven en él de continuo y ello les hace expertos.
Decía
Ulpiano, jurista romano, "La justicia es la perpetua constante voluntad de dar a cada uno su derecho".
Esos jóvenes delincuentes o asesinos, tienen derecho a una mejor formación y a disfrutar igual que otros de su juventud. Pero también, llegado el caso de infringir la ley, tienen derecho a cumplir condenas más acordes con sus delitos para que esa formación de la cual carecen les pueda ser dada y, con ello, un disfrute de su juventud con más respeto por las normas que rigen en nuestra sociedad.
Sandra Palo, no era una delincuente, no infringió ninguna norma. Pero la "justicia" que tenemos la condenó a no resarcirla de su derecho a la vida tan brutalmente arrebatado. No hay justicia cuando falta la voluntad de dar a cada uno su derecho. Las víctimas, aquí y ahora, tienen menos derecho que los delincuentes. Algo no estamos haciendo bien y todos somos culpables de ello.
He leído la sentencia del caso
Sandra Palo y me reafirmo en el título que he puesto a este comentario: "No hay justicia"

19 agosto 2010

AZNAR DE PASEO POR MELILLA

No puedo comprender a toda esta gente. A los unos ni a los otros. Pero mucho menos al ex presidente. ¿Qué hace ahí? La foto no tiene desperdicio (clic en el título) porque los que están en el fondo hacen lo mismo que él, nada, pasaban por allí y ¡mira qué suerte! Les hacen una foto y salen en la prensa cual estrellas, estrelladas claro.
Está, el chaval, que al parecer venía de compras. Que ya es suerte en los tiempos que corren ir de compras, pues bien, el chico con sus bolsas y, todo sonrisas encantado de la vida porque va a salir en la foto. La señora que está a su lado, más puesta, da la impresión de salir a ver lo que pasa y gustosa de posar.
Las dos amigas, cogidas del brazo, tal que si fuesen de paseo y que están partiéndose de la risa, felices por formar parte igual que meninas.
Hay un pie con sandalia que, como la mano de La última cena, da la impresión de no pertenecer a nadie. Lo más interesante de la foto sin lugar a dudas.
Porque "la estrella" pretende
serlo pero ya no lo es. Da pena. Sí, qué queréis que os diga, a mí me ha dado pena ver a este señor con ese fondo, ese marco insuperable en ridiculez. Porque, ¿a qué viene esa foto? Puesta, porque los han puesto. Es evidente que no están forzados, divertidos sí, pero nadie les fuerza. Y él, si ha ido a salvar el territorio con su presencia, poco dice en su favor posar ante el casino militar con unos que pasaban por allí.
Sí, es apropiada porque lo del casino viene a cuento, ya que pudiera ser lógica la foto después de unas copas. Le faltan las pistolas, la pose de los dedos es total.
Bromas aparte, no me ha gustado. No procede ni era el momento de esa visita y mucho menos de la foto. Perdemos el norte, la brújula se
descontrola y andamos dando bandazos.
Marruecos, va y viene, de cuando en cuando da su toque. Y, nosotros, ni siquiera somos capaces de actuar unidos en temas de estado. Atascados de sangría o de tinto de verano, no sabemos mesurar los actos. Ni las subvenciones a ese país, a veces amigo y otras... no sé o no quiero saber.
Porque leyendo estos días lo que nuestro gobierno aporta, generoso con los dineros de todos en plena crisis. Me pregunto ¿Por qué no da a su pueblo esas ayudas el rey de Marruecos? Una de las grandes fortunas,
según Forbes.
Nada que ni en agosto podemos dejar de
cabrearnos con lo que mueven nuestros políticos. Unos y otros.
Seguid disfrutando de las vacaciones,
golondrineros, que ya queda poco. Ciao.

14 agosto 2010

"LILIANA Y DA VINCI" ES UNA BUENA NOVELA

He vuelto a corregir mi novela Liliana y Da Vinci porque la he puesto también en E-book y era necesario hacer una revisión antes. Es curioso, lo haces veinte veces y crees que ya está todo correcto y, ¡zas! Vuelves a leer y siempre encuentras algún fallo. Es bastante molesto, decepcionante en parte aunque comprensible, casi te la sabes de memoria y la vista va por delante de la lectura impidiéndote ver alguna falta o ese acento incorrecto.

Están todas mis novelas por corregir en profundidad, porque siempre me entra la prisa al terminar de escribir. Quiero ver el libro, tenerlo entre las manos, saborear de alguna manera lo realizado. Es un placer, casi un vicio, que te satisface y enorgullece. Los libros tienen ese algo superior, irreal o fuera de lo cotidiano. Que tú seas capaz de crear es mágico, no te lo terminas de creer y, ver tu nombre en una portada te llena y te impulsa a continuar en ese camino. Por el que no sabes si andas bien o mal, pero te seduce de tal manera que no puedes dejar de hacerlo.

Liliana y Da Vinci me ha vuelto a encantar. Tiene de bueno mucho. No está bien que sea yo la que lo diga, pero ya que no tengo a ningún crítico que se ocupe de ello; me tomo, no la molestia, sino el placer de decirlo. A lo largo de la novela está Da Vinci, con lo poco que conocemos de su vida y, mucho de su obra, sus inventos y, sobre todo de algunas de sus pinturas. Me he recreado en comentarios que pueden no ser muy técnicos pero seguro son del agrado de quien pueda leerlos. He visto algunas de sus pinturas con detalle y me han encantado las conclusiones a las que he llegado, o mejor dicho, a las que han llegado los protagonistas de la novela, pues son ellos, no yo, quienes los hacen. Resulta muy interesante descubrir facetas que para muchos pueden ser desconocidas del genial Leonardo.

La idea de introducirlo en la novela ha sido original, uno de los protagonista está estudiando todo lo que encuentra de él y a lo largo de la novela va desgranando lo que descubre. Le ayudan parte del resto de los que intervienen en la historia, eso propicia comentarios y discusiones bastante entretenidas, por supuesto, enriquecedoras.

A la par se desarrolla la novela en la que, por supuesto, hay más de una historia de amor que nunca puede faltar porque forma parte de la vida. También un canto a la amistad, al buen rollo de gente que vive sin egoísmos, con la naturalidad que da la juventud y el aire toscano de Florencia. Pero no falta una pizca de maldad, intriga y, de sentido de la justicia en su resolución. Los buenos vencen, los malos purgan sus culpas.

Liliana y Da Vinci está escrita con fluida sencillez, aun siendo amplio su contenido, no tanto en número de páginas sino en todo lo que expone. En realidad solo le falta una firma, un autor conocido. Es el único gran defecto que tiene la historia. Que es algo más que buena, no voy a decir excelente porque no soy “aún” una buena escritora, pero todo se andará porque lo que sí sé es contar historias y esta es de las que entretienen de verdad.

Os la recomiendo como lectura de verano y de invierno, porque seguro que si llegáis a leerla ahora, la volveréis a leer en el invierno. Un consejo, no la empecéis sino tenéis tiempo, porque engancha y os fastidiará tener que dejarla a un lado para atender cualquier cosa. Eso les ha pasado a quienes la han leído y, por cierto, a todos ha gustado.

No os olvidéis de poneros una copa de limoncello con mucho hielo para acompañar la lectura, es el complemento perfecto.

Buenas noches, golondrineros, sed felices. Ciao.

06 agosto 2010

PARA ANÓNIMO QUE VA A LA TOSCANA

Hola, Anónimo/a. Te felicito si has elegido la Toscana como destino de tus vacaciones, no lo dudes, te será corto el viaje. No corras en ver, más bien, anda despacio y recréate en contemplar y saborear todo lo que puedas encontrar. Y no pasa nada si crees ver poco, porque volverás, seguro.
Hace mil años que fui físicamente, aunque por internet allí estoy con mucha frecuencia. Y te puedo decir que no me enteré de casi nada porque quisimos ver mucho y en poco tiempo. No es para eso la Toscana, requiere tiempo, cualquier rincón es bueno para... no perder el tiempo, sino para ganarlo disfrutando del placer de vivir, porque es un lugar para sentir la vida. Los dioses se recrearon en pintar paisajes y los hombres hicieron maravillas que perduran. Una mezcla perfecta para disfrutar con tranquilidad. Yo disfruto en cualquier sitio que visito, aun siendo por internet. Así que envidio tu suerte y te deseo un feliz viaje. Haz clic en el título y date un paseo antes de ir como aperitivo.
Por cierto, ¿cuál es el pedazo de libro?
Felices vacaciones y, gracias, por acordarte de mí.

05 agosto 2010

VIAJES PARA TODOS LOS GUSTOS

Agosto inicia reventón de viajes para algunos. La señora Obama ya ha llegado a Benahavís, a pesar de algunos detractores que han querido comparar la expectación que esta visita causa con aquella, más que buena película “Bienvenido, Míster Marshall” de Berlanga. Pero no ha pasado de largo, llenando de polvo vacío a quienes esperaban ilusionados, nada de eso. Los Obama saben vender bien su producto y, Michelle, ha sonreído, saludado y paseado por Marbella.

No ha podido ver la pancarta de bienvenida porque han tenido que retirarla por orden del ayuntamiento, algunos han calificado el saludo de bienvenida a la familia Obama, propio de “catetos y horteras”. Los tiempos han cambiado, ya no se llevan los buenos gestos. Que por otro lado, aunque no ha llegado a verlo personalmente la señora Obama, sí lo ha visto el mundo entero. Y más catetada ha sido retirarlo que ponerlo. Porque, no nos engañemos, a más de uno le dará una lumbalgia si llega a acercarse a la señora Obama. Porque sí, somos así. Y si perdemos el norte recibiendo a cualquier mediocre estrellita de la pequeña pantalla, ya me diréis lo que puede pasar con esta señora. Hay quien recomendaba que fuese a visitar las Hurdes... Bueno, ni mentarlos a todos esos. Ya lo dije, pero lo repito: Bienvenida, señora Obama y, vuelva Ud cuando quiera, estaremos esperándola.

Peor elección que la señora Obama ha tenido mi primo Vicente, México. Y no lo digo por el país, sino por los miles de muertos que tienen fruto del barbarismo criminal que sufren. Y al que estos días se añade el luctuoso suceso de la muerte de cuatro jóvenes españoles. Otra vez la imprudencia y el afán desmedido de vivir experiencias nuevas ha acabado con la muerte.

Mejor les hubiese ido, seguramente, hacer senderismo por los alrededores del monasterio de Boltaña y contemplar el paso del río Ara. Un monasterio, de los de toda la vida, convertido en hotel de lujo. Nada que envidiar al que se aloja la señora Obama, diferente y único. (hacer clic en el título si os apetece verlo) Allí ha ido mi amiga Blanca y promete volver.

Y Carolina, veintitrés años, ha alzado el vuelo directa a Londres. Piensa patear la ciudad y volverse loca comprando ropa usada.

Unas cuantas Resis, van para Formentera. Está de moda este verano. Seguro que lo pasarán en grande y harán miles de fotos que colgarán en Facebook.

Viajes para todos los gustos, parece que no hay crisis, mejor así.

Yo sigo en mi vuelo privado, navego por el mundo, vía internet. Italia es mi lugar preferido, os la recomienda toda. Y si no os es posible, haced lo mismo que yo y tomaros un limoncello, pero que sea italiano, sabe mejor.

Buenas noches golondrineros. Ciao.

03 agosto 2010

INDIFERENCIA

Oí pronunciar mi nombre y no me extrañé, a menudo lo escuchaba en ese mismo lugar, de voces familiares de conocidos o no tanto, coincidentes en el sitio y hora. Era bastante habitual detenerse a charlar unos minutos. Sin embargo, sí fue extraño ver a quien me había llamado, por el mucho tiempo transcurrido. Pero no me sorprendí, tampoco tuve ninguna emoción especial. Y mientras hablábamos de las cosas que suele la gente hablar cuando no tiene de qué. Me estaba preguntando por qué no tenía ninguna reacción, positiva o negativa, a ese encuentro tan fortuito como inesperado. No sé si me comporté de forma adecuada o no dada la amistad que habíamos tenido. Porque mi reacción fue la misma que con otras personas a las que no me une más relación que la de verte por los pasillos en el centro de trabajo, o poco más.

Las personas te sorprenden con sus palabras, gestos o acciones. Es algo normal que suceda porque nunca llegamos a conocernos ni sabemos de sus ocultos motivos. Pero si eres tú la que suscitas en ti misma la sorpresa, te encuentras preguntándote ¿qué ocurre? Y lo más seguro es que a lo pronto no sepas responderte. Quizá porque aun no te conoces lo suficiente o no te paras a pensar.

He tratado de saber qué motivó mi no reacción. Podía haber sentido alegría o pena, incluso las dos sensaciones recordando otros tiempos, pero no, ni lo uno ni lo otro. Indiferencia. Eso me ha preocupado en principio, pensando que es un estado de ánimo desprovisto de vida, falto de sentimiento, incluso diría que es casi irracional. Y, en este caso concreto, no debiera darse. Pero sí, está justificado y puedo dar explicación de ello.

He recordado aquello que dicen del “Asno de Buridán” que siendo indiferente a tomar decisión por comer o beber, acabó muerto. Pudiera ser que la indiferencia, no reaccionar ni en positivo o negativo, fuese consecuencia de un estado de vacío, de muerte emocional, por así decirlo.

Pero yo no estoy muerta, todo lo contrario. En algunos aspectos estoy más viva que nunca. Siendo así, mi indiferencia no es fruto más que de mi propio equilibrio. La ausencia de turbación, la sensación de indiferencia o ataraxia. Viene dada por mi tranquilidad, el equilibrio que he logrado entre mi alma y mi razón. Esa sensación de paz conmigo misma y mis sentimientos que son la base de la felicidad. Ya que si no estás bien contigo será difícil que lo estés con los demás.

Hay que ir descartando aquello que no te es controlable: lo que piensen, hagan o sientan los demás, por ejemplo. Si tienes que estar pendiente de ello para sentirte bien, nunca lo lograrás.

Me falta mucho por andar en ese camino en el que ya avanzo, en busca de mí misma y mi felicidad. Me he turbado ante mí, antes de meditar mi reacción de indiferencia en ese encuentro. No tengo duda, ya no, voy haciendo camino al andar.

Amigos golondrineros, supongo que algunos estáis de vacaciones, disfrutad y tomad una buena copa de limoncello con mucho hielo. Tengo que reconocer que no me es indiferente el limoncello, claro que, solo depende de mí tomar o no una copa. Ciao.