04 diciembre 2012
RECORTES EN EL PORTAL DE BELÉN
11 noviembre 2012
NO A LA HUELGA, SÍ A LA PROTESTA
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Las condiciones del país son malas, mucho peor de lo que pudimos imaginar algunos cuando comenzó la crisis y ya vimos que iba a ser peliaguda. Ya lo viene siendo hace mucho tiempo y los falsos líderes sindicales callaban porque seguían recibiendo sus subvenciones. Este año les han recortado un porcentaje que se duplica en el próximo. Aunque dada la situación ya no deberían recibir un céntimo de euro. Tampoco los partidos políticos ni por supuesto la patronal. Dinero que en parte dedican a cursos para los trabajadores y en muchos casos no sirven para nada, excepto para que se quede por el camino algún que otro porcentaje, que será legal, pero poco moral.
Puede protestar la gente, YO PROTESTO POR LOS RECORTES QUE NO HACEN, MÁS QUE POR LOS QUE SÍ HAN HECHO. Muchos protestan, lo están haciendo con manifestaciones, escritos, denuncias frente a los organismos... mil formas que no son gravosas para el país ni para las personas.
Hoy en día nadie necesita le digan los motivos de la huelga y todos debemos tener la libertad de hacerla o no. Eso no lo entienden los dictadores. La “pareja feliz”, así parecen ambos líderes, niegan esa libertad porque no les interesa que la gente decida por sí misma. Dado su comportamiento en los últimos años, debieran dejar el cargo a otros líderes menos intransigentes, más realistas y consecuentes. Viven anclados en el pasado pero con sillones de preferencia en el presente. Así se puede resistir y dejar las negociaciones con la reforma laboral sin hacer o decir "No hay prisa". Ellos no están parados sin cobrar nada. Son cerca de dos millones de personas paradas sin prestación.
PROTESTO, alto y claro contra la situación y las decisiones cobardes del gobierno. Pero no quiero una huelga que empobrezca más a la gente, que bloquee puertas y propicie insultos entre las personas. NO a una huelga dictada por dictadores que solo saben defender sus intereses y poco o nada los de los trabajadores.
12 septiembre 2012
RAJOY, SOROS Y EL ESPERANTO
21 agosto 2012
FEDERICO GARCÍA LORCA, POETA DE ESPAÑA.
Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.
El aire es inmortal. La piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.
Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.
Llena, pues, de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.
31 mayo 2012
SEÑOR RAJOY ¡¡¡ESTOY HARTO!!!
11 mayo 2012
MI ADIÓS: A LOS R-4 DEL HOSPITAL INFANTIL DE LA FE
04 mayo 2012
LA VIEJA FE SIN ALMA
16 abril 2012
MAJESTAD, ANNUS HORRIBILIS.
Annus horribilis. En efecto, así parece que está ocurriendo con respecto a la Casa Real Española. Para España, el país y sus gentes, es algo más de un año, bastante más, yo diría que demasiado.
Y con lo que está cayendo en nuestro país, nuestro Rey, va de cacería allá donde Cristo perdió el gorro. Caza mayor, digna de reyes, como corresponde a su real rango. ¿Y qué?
Han llovido las críticas, algunas pocas defensas y mucho oportunista reclamando la abdicación o la república. También aquellos que quieren que la actividad del Monarca sea pública minuto a minuto, otros no llegan a tanto, pero se ha insistido en conocer su agenda aun en el aspecto privado. Y por supuesto todo el mundo está interesado en el vulgar detalle del coste de dicha cacería.
Que si patatín que si patatán. Como si con cacería o sin ella el Rey pudiera solucionar la crisis de este país, que es lo realmente importante. Lo que nos afecta a muchos, más a los de abajo por supuesto y algo de refilón a los de arriba, aunque no a todos.
Aunque su Majestad no salga de palacio salvo para actos públicos. Yo no cobraré los doscientos euros que me están descontando mensuales por causa de la crisis. Eso es lo que me importa, junto con el céntimo sanitario, los parados de mi familia, el precio de la luz y gasolina, el coste de la cesta de la compra y la falta de perspectiva a corto plazo de que esta situación mejore.
Me preocupa y mucho, que el gobierno de la Comunidad Valenciana, considere que los problemas de caja tenemos que resolverlos los empleados públicos, porque al parecer tenemos un rango muy superior al resto de ciudadanos de la comunidad. Vamos que hemos hecho cacerías de elefantes todos los años con cargo a las arcas públicas y hora es que devolvamos lo que nos hemos llevado por el morro. Alguno hay, desde luego, que ha ido de viaje, se ha comprado el tabaco, ha pagado los masajes, ha salido en la foto a un precio desorbitado, ha construido obras faraónicas... Con todo ello han dejado la caja vacía. Pero no hemos sido los de a pie y sin embargo es a nosotros a los que nos cobran por ello.
El Rey está en su derecho, quien puede lo gasta, de ir unos días de fiesta o lo que sea. Ahora bien, ha tenido la mala pata, o mejor la mala cadera de sufrir un percance y eso sí nos afecta, puesto que ahora tendrá un tiempo de baja en sus funciones. Pero bueno, lo mismo podría haber ocurrido en palacio y los recortes en el personal no afectan en este caso. Ahí está el Príncipe asumiendo su representación y al tiempo haciendo práctica para cuando le toque. Y ello no nos va a costar un céntimo más a los españoles, porque la Casa Real tiene un presupuesto para apañar lo que sea y ya se apañará el Rey en darle un extra si es necesario a su hijo. Así que, no hay motivo para tanto alboroto. Porque en este país hay mucha gente pasándolas canutas; pero también los hay que viven como reyes, aunque no vayan a cazar elefantes y sin embargo nadie se rasga las vestiduras. Hablo de sindicalistas, políticos con varios cargos o expresidentes del gobierno central o autonómico. Con prebendas de por vida no incompatibles con nada, que ya es chollo y lujo desmedido más que ir a cazar elefantes, por cuatro o diez años de estar en el cargo.
Seguimos pagando sueldos más altos que el que tiene asignado el Rey o el Presidente del Gobierno a personas que se limitan a “aconsejar” en los consejos de administración y no les pedimos responsabilidades y justificación alguna cuando las empresas hay que rescatarlas o mal venderlas.
Me preocupa más que la hipócrita moral de nuestros políticos, recorte nuestros sueldos mientras permiten que el negocio ilegal de la prostitución en España mueva miles de millones. Solo con legalizar la prostitución recaudarían mucho más de lo que nos descuentan y las personas que en ello trabajan tendrían seguridad social y cobrarían una pensión de jubilación. Además de aflorar una economía sumergida que supondría la creación de puestos de trabajo en múltiples sectores al tener que habilitar locales para su ubicación.
Me parece más perjudicial para el país el exceso de políticos en todas las administraciones, con todos los sueldos y extras que suponen. Y el poco control en el gasto que hay.
Y la última noticia, protagonizada por la presidenta patotera, arramblando con Repsol por el morro. Érasmos pocos y nos parió la abuela. Solo nos faltaban problemas con terceros.
Así que con todo lo dicho. Me importa un bledo que el Rey vaya de viaje, a cazar elefantes o matar moscas con escopeta de perdigones. Aun teniendo en cuenta que no es lo mejor que ha podido hacer ahora y con la compañía, al parecer, de la tal princesa Corina. Que ya tiene bemoles el asunto, con razón doña Sofía ha hecho solo una visita de mera cortesía, por el cargo, no por familia.
Buenas noches golondrineros, sed felices y no matéis elefantes.
28 marzo 2012
LA ESTRELLA DE TU JARDÍN
“¿Por qué a mí, se me ha caído una estrella en el jardín?”
Así decía una canción de Mari Trini, en la que hablaba de un amor que llegó del cielo y ella le dio todo su calor.
La vida es un regalo de tiempo limitado, tan breve como una flor. A veces tan frágil y bella como la flor del almendro. En ese escaso tiempo podemos sufrir y gozar. Cada minuto feliz vale por cientos de aquellos que no lo son, esos son los que alimentan el corazón y dan la fuerza para soportar el dolor y seguir viviendo.
¿Por qué cae esa estrella en tu jardín? Poniendo a prueba tu valor, tu resistencia frente a la adversidad. No lo sé, ni comprendo a qué viene sea todo tan cruel. A veces pienso que “alguien” está jugando con nosotros. Somos marionetas del gran teatro de la vida; como tales, no sé quién, mueve los hilos y danzamos con alegría, felices. Pero en ocasiones lo hacemos al son de una trágica melodía. Y no podemos bajarnos del escenario, tenemos que seguir danzando y en la medida que somos capaces de no perder el ritmo sin romper el hilo, suene lo que suene, ganamos la partida. Solo es un juego, para “alguien”.
Admiro y respeto. A todas aquellas personas que no pierden el ritmo aunque anden a tropezones y son capaces de seguir sonriendo, porque el cielo les mandó una estrella a su jardín, tan frágil como la flor del almendro.
Esther, mamá de Héctor. Golondrinas verdes te acompañen en tu danzar por la vida.
NO A LA HUELGA
Son variadas las razones por las que la gente acudirá a la manifestación o seguirá la huelga. Cada una de ellas muy respetable. Salvo, cuando la decisión es tomada por coacción del entorno, miedo o engaño.
Habrán trabajadores, pequeños comerciantes o autónomos. Que se verán obligados por circunstancias diversas y harán huelga. No por su decisión libre, sino por temor. Eso no debería ocurrir a estas alturas de la democracia, pero hay piquetes "informativos" que con su actitud y modales, obligan a ello.
Yo estoy a favor de la reforma laboral. No porque crea es una panacea, sino por ser inicio de un camino que debemos andar para salir de la crisis. Un impulso que tiene defectos pero puede servir para poner la rueda de la economía en marcha junto con otras medidas. No me importa si el gobierno que la ha hecho se llama pepe o pepote. Es necesaria y ahora la tenemos aunque no sea del gusto de todos o con defectos.
Los Sindicatos UGT y CCOO, junto con la patronal. No han sido capaces de llegar a un acuerdo para elaborarla como era su obligación. Tiempo han tenido y la necesidad del país ha sido y es más que evidente. Ahora protestan los sindicatos y están en su "derecho". Sí, la ley ampara su protesta, pero moralmente no deberían abrir la boca y menos para decir lo que dicen. Usan el miedo como bandera. En realidad es su miedo el que les impulsa. Miedo a perder tantos privilegios como han tenido. Privilegios de los que no hemos disfrutado los trabajadores, sino unos cuantos altos representantes sindicales. Mientras han estado tranquilos, bien arropados de subvenciones, no les ha importado la situación de los parados ni los contratos basura. Así que ahora digo aquello "Por qué no te callas".
Porque vivo y sufro esta crisis, yo digo NO A LA HUELGA.
19 marzo 2012
ANA SIEMPRE ESTARÁ CON NOSOTROS
Ana se fue. A ese lugar del que nunca puedes regresar. Su cuerpo es el que quedará allá, pero no ella. Ana seguirá entre nosotros, junto a su familia, en la memoria de sus amigos.
No puedes ni siquiera preguntar ¿por qué? No hay otra respuesta, es la vida. Una vida que se nos presta y cuando decide ¿? Reclama lo suyo y te quedas sin ella.
Apenas ha podido disfrutarla, en plena adolescencia le vino la enfermedad y junto a ella el dolor, la angustia. Un sufrimiento inmenso para todos, más para ella. Junto a eso llegó la esperanza, con más dolor y angustia pero paliando la desesperación. Había alguna oportunidad de poder seguir con ese préstamo de vida y se hizo todo lo posible hasta agotar los recursos y con ellos la esperanza.
Unos tres años mal vividos, con pequeños intervalos de luz que se han apagado como una llama, poco a poco, resistiendo su rescoldo hasta el final, ya previsto. Porque fue anunciada casi la fecha y todos nos revolvimos contra quien hizo el dictamen por su crudeza que rayó en la impiedad. Pero estaba en lo cierto y quizá fue bueno a pesar de todo, porque este último tramo han sido todos más conscientes de la cruel realidad. No es que no lo fueran, no querían aceptarlo porque es general esa creencia de que la vida tiene un curso y no es la adolescencia el momento de finalizar. Consideramos lo natural que los abuelos precedan en su marcha a los padres y a los nietos, no al revés. Cuando ese turno se altera nos desconcierta y nos parece antinatural.
Pero estamos equivocados, la vida es algo personalizado y tal cual su tiempo. Tan natural es la marcha del anciano como la del recién nacido o el adolescente.
Eso nos lleva a preguntarnos ¿quién decide? Y ¿para qué?
El porqué toma esas decisiones la naturaleza, el macrocosmos o Dios, con el nombre que sea. No podemos comprenderlo, escapa a nuestras mentes la resolución de ese análisis. Es así porque nos negamos de buenas a primeras a sacar la primera conclusión básica. Al nacer ya tenemos la fecha de caducidad, personal e intransferible.
Cerramos nuestra mente porque lo que supone nos causa dolor inmenso. Cómo aceptar una madre o un padre, la marcha de su niña. La crearon para vivir, no para esto. Pero no decidimos nosotros.
Necesitamos apoyarnos en algo para seguir con la vida que nos toca sin caer en la desesperación cuando perdemos a alguien. Eso quizá lo encontremos en todos esos momentos felices que pudimos compartir, en el recuerdo exento del dolor. Para ello hace falta tiempo y serenidad hasta llegar a ver su rostro sin la huella del sufrimiento. No solo los que quedan necesitan tiempo, también el alma. Para acoplarse a su nueva situación, porque ahora todo es distinto, pero no así su esencia, su sentir.
El alma es inmortal, si tenemos la capacidad de aceptar eso, el dolor será menor y la comunicación mayor. Podremos seguir hablando, contando pequeñas cosas y hasta percibir sus respuestas. No hace falta ser creyente de religión alguna, basta pensar que cada cual somos algo más que un cuerpo efímero. Nuestro pensamiento, voluntad, sentimientos. Eso es nuestra alma y vive con el cuerpo, pero no acaba con él. Seguimos viviendo junto a los que amamos.
Ana sigue con nosotros.
04 marzo 2012
LA PRIMAVERA ESTALLA EN VALENCIA
Entre bromas y veras, los versos críticos, satíricos o de alabanza; hablarán de todo cuanto acontece en nuestro país. Los monumentos mostrarán a través de los “ninots” lo que la palabra expresa. Será un nuevo estallido, tal cual una traca enlazarán los acontecimientos que hemos disfrutado o padecido a lo largo del año con sus formas grotescas plenas de chispa. Porque eso son las fallas, explosiones de ingenio y arte que muestran al mundo el sentir de un pueblo y su opinión.
En la noche de San José, acompañados de una buena ración pirotécnica, lo quemaremos todo. La primavera será nueva y limpia, tendremos por delante un año para acumular menos cosas malas para quemar en el siguiente. Una ocasión que no debemos desaprovechar, porque ya es demasiado lo que nos duele y nos cuesta.
Tantos casos de mala administración, descontrol absoluto sobre el gasto. Malversación del dinero público, abuso y uso indebido de todo aquello que tienen los cargos a su disposición. Coches, viajes, cenas... Que no eran necesarias tantas ni de tan gran coste, para el ejercicio de la función pública. Hay un refrán en valenciano que dice “El que no fot ni roba, es perqué no pot ni troba” Su traducción: “El que no jod... ni roba, es porque no puede ni encuentra”.
Lo han hecho suyo muchos políticos, han buscado y encontrado cómo robar o medrar utilizando lo que no era suyo y tenían obligación de bien administrar. No son todos, por supuesto, pero sí demasiados y de todos los colores del arco iris político.
Recuerdo cuentos de príncipes y princesas. Parece ser que no vienen a cuento en estos tiempos de ideología de género. Pero uno que yo tengo en la memoria hablaba de una rana que se convertía en príncipe por el amor de una princesa. En efecto, ahora no viene a cuento porque es justo lo contrario. El amor de una princesa elevó a príncipe a la rana y pasados unos pocos años, acabó convertido en sapo por su ambición, desprecio a lo establecido y sobre todo a la princesa. En cuanto a ella, sin comentarios, ya se verá. Solo decir, aunque el amor sea ciego, no lo es con el dinero...
No son menos culpables aquellos que le bailaron el agua. Nunca mejor dicho, buen Sancho, porque en este caso pagaron con miles de escudos de oro lo que no valía un vellón de pobre cobre. Solo por esperar salir en la foto junto a tan “noble duque”. Los dineros de la hacienda pública tirados cual traca, pero sin goce ni divertimiento para el pueblo. Son culpables de abuso y mala administración. Quizá en lo legal no sea así, puede que ni siquiera les imputen en nada, pero en lo moral, lo son. No me atengo a la presunción de inocencia, porque está claro, tan claro como el agua, que un “foro” no vale un millón de euros.
Será menos trascendente en lo económico, pero no así en lo moral, el caso del Muy Honorable señor Camps. ¡Qué vergüenza! No digo el hecho de recibir uno o veinte trajes, como si de una amante se tratase. No, siento vergüenza ajena por su falta de compostura durante el juicio y sí, también por no respetar el cargo de Presidente, manteniendo relaciones con amistades muy peligrosas. El poder exige soledad y respeto al cargo, para poder ejercer sin influencias que desvíen la atención o requieran prebendas por favores pasados o futuros.
No saben dónde están, creen estar ungidos por la gracia divina y ello les concede una bula para todo. ¡Ignorantes desvergonzados!
Quemaremos en las fallas todas esas historias innobles y esperemos que la luz de la primavera ilumine a los legisladores para que hagan las leyes necesarias que frenen esta escalada de ladrones y malos administradores.
A quien pueda parecer que en tiempos de crisis no debiéramos quemar nada, estas son buenas razones que justifican las fallas. Además de ser fuente de ingresos durante todo el año para miles de valencianos. Sin las fallas tendríamos más parados, ya son demasiados y en parte por todas estas cuestiones, porque mientras solazaban con el duque, no pagaban a los proveedores.
Ciao golondrineros, sed felices, oled la primavera valenciana. Huele a pólvora festiva, a música y alegría.
27 febrero 2012
LA REFORMA LABORAL. 2ª PARTE
Dicen, hay que aumentar la formación, el tiempo de paro debe aprovecharse para mejorar en conocimientos. Siguen en eso de que somos un país poco formado y es causa de paro y en parte de la crisis. Insisten en que la gente no busca trabajo o si le ofrecen trasladarse de ciudad, no acepta porque son muy cómodos y no quieren enterarse de que la dinámica del mercado de trabajo requiere movilidad. Esos comentarios suelen salir de los empresarios y algunos economistas.
Ya comenté que el servicio de empleo no llama ni para dar los buenos días. Al parecer, solo el cuatro por ciento de contratos son gracias a su intervención. El resto lo manejan las empresas de colocación y ahí están registrados millones, no en una sino en varias. Las ofertas llegan por correo electrónico para cualquier punto de España, las hay, no podemos decir no sea así, son numerosas. Aparte de buscar por tu cuenta y mandar el currículum vítae a cualquier empresa que lo admita. Pero si vives en Valencia y ofrecen un puesto en Madrid o Barcelona de becario sin sueldo, por 300 a media jornada, 600 o incluso 800 euros a jornada completa en el mejor de los casos, los menos; con contrato temporal por supuesto ¿qué posibilidad tienes? Alojamiento, aunque sea miserable, más transporte, más comida. Imposible de responder a esas ofertas, solo puedes acceder si está más o menos en tu provincia y puedes seguir viviendo con tu familia y contribuir al gasto con un sueldo por pequeño que sea, pero no para mantenerte en otra ciudad. No da para cubrir los gastos más elementales salvo si consigues compartir vivienda con alguien y si el puesto es por un mes o poco más, no da tiempo a ello. No se trata de no querer viajar o no vivir en otro sitio. Si tienes que sufrir la miseria y estás cerca de los tuyos siempre pueden echarte una mano.
Prueba de que la gente acepta lo que sea en tal de ganar algo, pongo por ejemplo el abuso "moral" de un empresario que sí está funcionando y pagaba 1200 al mismo empleado, informático, al que con un nuevo contrato paga 800. Si quieres lo coges y si no lo dejas, hay miles para el puesto. Por supuesto que se tragó el orgullo y volvió a trabajar en el mismo sitio, haciendo lo mismo, sin ser empresa en crisis... por 400 euros menos al mes. Y de esto hace más de un año. Antes de la Reforma. Es legal y según dicen la reforma provocará contratos nuevos por otros viejos con menor sueldo. Eso ya es una realidad, ¿no lo sabían?
Otro ejemplo, esta vez sin contrato, en negro. Sí, ese tan cacareado mercado negro que dicen es otra causa de que la gente esté en el paro, porque así ganan más y no pagan impuestos. Habrá gente que estará haciendo el agosto, no lo pongo en duda, pero otros solo es la p... necesidad lo que les lleva a aceptar ser explotados y trabajar en ilegalidad. Por 500 euros, tras regateo porque solo ofrecían 400 y como querían que empezara esa misma noche aceptaron pagar algo más. El trabajo, guarda en una obra por la noche, los fines de semana, incluido viernes, un mes. Es decir, doce noches de doce horas. ¿A cuánto sale la hora? No llega a tres euros y medio, (3,47) por hora nocturna. Y daba saltos de alegría el muchacho de veintisiete años, Técnico Superior en Automatismos Eléctricos, con experiencia. Es decir, con formación cualificada al igual que en el anterior caso. Por supuesto no cobra ninguna prestación por desempleo ni de otro tipo. Su último contrato en el mantenimiento de una empresa, por apenas cuatro meses, renovado el contrato cada mes, sin aviso previo del despido ni indemnización porque ya va incluido en el sueldo; fue hace más de dos años. Antes de la Reforma. Y dicen que con la reforma ocurrirá esto, nada nuevo bajo el sol, ya hace tiempo es una realidad, ¿no lo sabían?
Autónomos que viven a costa de su familia, sin darse de baja esperando les salga algo que cubra sus pagos. O se dan de baja porque nadie les puede ayudar y tratan de buscar una chapuza que les permita comer. Y si hay tantos autónomos no es porque sea un país de independientes, es porque Antes de la Reforma, hace ya muchos años, las empresas, sobre todo las grandes, comenzaron a contratar autónomos y no tener plantillas numerosas; les salían mejor las cuentas. La mayoría no iban por ahí haciendo trabajos por libre, nada de eso, trabajaban de fijo para las empresas, pero como autónomos, sobre todo en la construcción y todo lo relacionado con ella. A esos no les van a despedir con 20 días de indemnización, ya no trabajan y sin paro, ni cuentan en las estadísticas de parados. Otra realidad que parecen ignorar los críticos de la Reforma.
Pequeños empresarios, con un comercio, no cobran un sueldo, solo lo que pueden porque apenas ingresan para pagar al contado a los proveedores porque no hay crédito como antes y cada vez tienen menos productos a la venta con lo cual aún merman más sus posibilidades, pero tratan de mantener su negocio a base de apoyarse en los ahorros o en la familia esperando pase la crisis. Nadie los tiene en cuenta.
Empresas con empleados que ahora disfrutan de vacaciones cada mes, es decir, han llegado al acuerdo de reducir los ingresos y las horas de trabajo a cambio de no despedir a nadie. Con el riesgo de que incluso así, pueden ir a la calle porque quizá llegará el momento en que ni siquiera con esa medida podrán aguantar. De nada sirve el convenio, cuando las cosas van mal solo el acuerdo entre los interesados puede resolver los problemas y ello, Antes de la Reforma. Que según parece también contemplará estos casos, ¿no lo sabían? Vaya, ¡qué ignorantes de la vida!
No vale la pena seguir, podría porque los hay a montones y sería interminable.
Pero de todo eso no quieren saber los sindicatos ni la oposición que poco se ocupó cuando estaba gobernando y ahora tilda de inconstitucional la reforma y puede sea así, no lo sé. En todo caso, no les importa lo que millones de muchachos y personas de toda edad necesitan. No solo no les importa la gente, tampoco el país y menos la constitución, aunque la saquen a relucir cuando les interesa. Ellos tienen sus cuentas bien saneadas, pase lo que pase, no pasarán hambre. Hay que crear tensión y si es posible que corra algo de sangre porque eso siempre es bueno para los titulares de prensa.
Porque me toca de cerca lo vivo y lo sufro. Puedo gritar bien alto contra ellos y lo hago. No han hecho nada, salvo lo obligado por terceros, por paliar la miseria en la que está hundiéndose el país y con él la gente. Los dos máximos dirigentes de los más grandes sindicatos de España, si tuvieran un mínimo de dignidad, lo cual no parece sepan qué es. Dimitirían y dejarían a otros ocupar sus puestos, quizá el consenso con los empresarios o el gobierno fuera posible con gente menos anclada en viejos clichés, más al día de cuál es la realidad y menos subvenciones. En cualquier empresa les hubieran despedido, antes y después de la reforma, con despido procedente por su incapacidad para el puesto dada su inoperancia y falta de interés. Al señor Rubalcaba. Vicepresidente en el anterior gobierno, nada le digo. Los votos, “la empresa” ya despidió a ese gobierno. Despido procedente pero con algo más de 20 días por año. Son puestos privilegiados que requieren una "muy especial cualificación". Él, el señor Rubalcaba, tenía todas las respuestas, sabía lo que había que hacer para acabar con la crisis. No se cansó de decirlo durante la campaña. Con recordar eso basta, sobran las palabras.
Lo que digan en contra de la Reforma, sin dar tiempo a ver si hay o no resultados, cuando antes no hicieron nada. Merece el más fuerte de los reproches por su cinismo.
Si alguien hace algo con intención de que esto mejore, aunque sea poco o no todo lo bien que pudiera hacerse. Lo único que puedo decir es ¡ya era hora! Y a esperar que vaya en el buen camino. Si no es así, “la empresa” hará un despido procedente, en tiempo y hora. La Reforma Laboral, así lo permite.
25 febrero 2012
LA REFORMA LABORAL
Porque me toca muy de cerca, vivo y sufro esta crisis con el dolor y la angustia de ver a nuestros jóvenes parados quemar el tiempo sin esperanza. Faltos de ilusión y con todas las noticias que van apareciendo de corrupción y mala administración, tienen que hacer un sobre esfuerzo para controlar su indignación y rabia. Porque mientras a ellos se les niega una mínima oportunidad de trabajar y ganar unos pocos euros, otros que sí tienen trabajo y buenos sueldos, se dedican a robar y vivir a lo grande con el dinero ajeno.
Los sindicatos mayoritarios no han tenido prisa por hacer una reforma que paliara la situación de los parados, no los representan, no cuentan para ellos por más que digan. Poco bueno dicen, hablan de los derechos que se pierden sin tener en cuenta que el primer derecho de un trabajador es el trabajo. Ya nos acercamos a los seis millones de personas que carecen de ese derecho, sí, no son cinco, sino seis la cifra más aproximada porque hay que contar a todos los autónomos, que nunca los tienen en la lista. Pero ellos se enzarzan en discutir por los despidos, si serán más o menos exprés. Ajenos a la realidad, porque eso ya hace tiempo lo es para todos los temporales y para muchos con el ERE. Y si los convenios tienen que ser “palabra de Dios” o no, caiga quien caiga. Viven en otra galaxia, no aquí ni ahora. Cuando cualquier chaval, aunque ronde la treintena o más, salta de alegría si alguien le ofrece un empleo con el sueldo base y lo que menos le preocupa es si lo despedirán de la noche a la mañana, porque si no está trabajando difícilmente le pueden despedir.
Es aberrante esa intransigente posición después de demostrar su incapacidad para negociar mientras el país se iba a pique. Puede, seguro no es la reforma ideal, pero sí es un paso hacia adelante para intentar salir de este pozo y debieran apoyarla con petición de algún retoque, pero haciendo fuerza para que esto se ponga en marcha de una vez y no al contrario. Aunque sea a paso lento y con retrocesos en algunos aspectos, las circunstancias mandan. Cuando falta para pan uno acepta lo que sea en tal de tenerlo, ya vendrán tiempos en los que podremos pedir el jamón. Quizá el problema radique en que estos señores pueden permitirse comer jamón de jabugo y les cuesta ponerse al lado de los que no tienen ni pan.
No es menos bochornosa la actitud de los señores de los anillos, los empresarios. Tampoco por su parte ha existido una voluntad clara de consensuar. Aquí cada uno iba a lo suyo y la casa por barrer. Su obsesión, la misma pero al contrario, abaratar el despido. Anular o reducir al mínimo los convenios... En fin, imposible ponerse de acuerdo cuando cada uno tiraba para un lado. Con la diferencia de que los empresarios sí quieren avanzar porque eso significa negocio y con ello ganancias y si son más mejor. Para ello es necesario abaratar los costes y eso pasa por bajar sueldos y reducir plantillas obsoletas y costosas. Para renovarlas con otros empleados menos caros.
En parte tienen razón, no voy a negarlo puesto que en el resto de Europa soplan otros vientos en cuanto a despidos y contratos. Pero también hay mejores coberturas y eso es un coste para todos, incluidos ellos. Está claro que para una eficaz y eficiente operatividad en la empresa es necesario menos rigidez en cuanto a la plantilla y en tiempos de crisis más aún. Pero eso tiene que compensarse con los tiempos de bonanza y hacer partícipes a los trabajadores de una parte de los beneficios. No parecen muy dispuestos a ello. Cierto que nadie va a invertir si no ve buena rentabilidad, por lo tanto no crearán trabajo, pero no hay que ser tan ambiciosos y sí más inteligentes. Rinde más un trabajador satisfecho y bien pagado que diez descontentos y con bajo sueldo.
Dice el señor Rosell que los parados encuentran empleo “milagrosamente” justo antes de agotar la prestación, más o menos. Bueno, tendrá datos supongo, yo no los tengo. Es posible sea así en algunos casos, incluso en muchos. Pero, ¿por qué esos mismos puestos que rechazan los que sí cobran no los ofrecen a los que no reciben ningún tipo de prestación? Si son tantos los que hacen eso, serían muchos los que pasarían a trabajar, cotizar y dejar de sumar paro. Puesto que los que no cobran no rechazarían el puesto. De cajón ¿no? Lo que este señor ha dicho, equivale a que los parados lo están porque no quieren trabajar porque les pagan la prestación. Vamos que, el paro no es real, hay trabajo pero la gente no lo quiere. ¡Qué estupidez!
La realidad es que no hay ofertas, puedes llevar uno, dos años o más tiempo y no tener una miserable oferta del servicio de empleo. Por lo menos en lo que afecta a todos aquellos que no tienen prestación. En cuanto a los cursos con paga ni se sabe. Y a los otros, de risa la mayoría. No forman ni entretienen, por lo general solo sirven para cabrear más si cabe al personal, si tienes la “gran suerte que te den uno”.
Con todo eso, llega el gobierno y con más o menos acierto, hace una reforma que trata de dar por un lado para que creen puestos de trabajo con cierta estabilidad. Un año lo es, sobre todo para los que están acostumbrados a trabajar un mes o tres y a la calle, o hace dos o más que no trabajan. Por otro favorece la flexibilidad de las plantillas y evita despidos. También, por supuesto, reduce el coste de la reducción de plantilla.
He leído la reforma y algunas cosas no me gustan, es mejorable, pero como vivo y sufro esta crisis. La acepto como buena aunque no lo sea del todo, porque la gente tiene que comer y puede que algunos consigan un trabajo gracias a ella. Y es una manera de poner la rueda de la economía en marcha hacia adelante. La persona que logre un puesto, aunque sean seiscientos euros, podrá comprar pan o pagar algo, lo que hoy no puede. Tendrá un mínimo de esperanza y de ilusión. Para mí eso es positivo y para mis parados, que los tengo, también.
16 febrero 2012
¿CUENTO O PESADILLA?
Érase una vez... en un lugar de España, del cual no quisiera acordarme.
Así podría comenzar el cuento de mi vida. Porque de verdad lo que he vivido ha sido un cuento, no de cuento, sino que fue cuento y no real por más que lo fuese; pues nada de lo vivido se acercó ni remotamente a lo que soñé que viviría, si es que en algún momento tuve tiempo de soñar, o quizá no supe hacerlo.
Mis padres tuvieron la gracia de ponerme el nombre de una tía solterona, no digo soltera porque eso solo significa no estar casada. Mi tía Angustias era solterona desde que nació. Fea como si la hubiesen hecho de prototipo para una feria. Coja de la pierna derecha, es peor que serlo de la izquierda; porque si tienes que levantarte con el pie derecho para que las cosas te vayan bien y, resulta justo es el que te funciona mal, podéis imaginar le fue fatal en algunos aspectos. Vivía sola desde siempre y eso para mí ya era algo rematadamente malo.
Además, el hecho de ser coja ya se sabe que imprime carácter. Sí, un carácter de mil diablos que causaba pavor, unido a su fea cara le hacían merecedora por doblete del mote con que la conocían en los alrededores, “La Mala Jeta”.
Era alta y hombruna toda ella. Sus manos más bien eran como rastrillos, arrastraban al intentar acariciarte como si quisiese arrancarte la piel ¿Acariciar? Es un decir, porque fue algo que no supo hacer jamás. La voz, tal que sacada del fondo de una tinaja, fosca y fuerte. Daba como eco al elevarla, cosa que hizo casi siempre. Porque eso sí, gustaba imponer su opinión y la daba incluso a quienes no querían escucharla. Tampoco era agradable oírla reír, por fortuna no lo hacía a menudo, porque atronaba y te dejaba con dolor de cabeza para una semana. Aparte, al hacerlo abría la boca y podías ver con toda claridad hasta la campanilla pues le faltaban varios dientes.
Puede parecer que describo a una mujer monstruosa, pues sí, siempre me lo pareció en la distancia y más cuando íbamos a visitarla. Si tenía alguna duda de que fuese cierto, se disipó en los años que tuve que convivir con ella. Y es que mis padres pensaron que lo mejor para mí era vivir con mi tía Angustias. No tenía hijos, cómo, si no hubo nadie que se le acercase. Soltera de por vida, tendría que haber sido uno ciego y sordo para andar cerca de ella.
Era rica, para aquel entonces, poseía tierras y una granja de cerdos; una buena herencia. Y de eso se trataba, que yo heredase no solo el nombre, también la hacienda. Por supuesto no me preguntaron si ese era mi deseo, mi sueño o mi empeño. Nada, un día al levantarme me llevaron a su casa. La verdad, en la mía éramos muchos, seis hijos tenían cuando llegué yo; la número siete y claro, descansaron de mí regalándome a la tía Angustias.
En su casa comencé a vivir el cuento de mi vida, ¿dije cuento? Más bien fue pesadilla, en realidad no sé qué fue. Ah, por cierto, todo el mundo me llama Angus, para no confundirme con mi tía Angustias. Como si eso fuese posible, nadie puede parecerse a la tía Angustias, gracias a Dios.
La casa era grande y mucho más teniendo en cuenta que solo la ocupábamos ella y yo. Mi habitación estaba en el lado que daba a la pocilga. Si abría la ventana el perfume de los cochinos me anestesiaba, si no lo hacía en verano me asaba de calor; daba a poniente y toda la tarde pegaba el sol. En invierno me helaba porque ni una mala estufa tenía. Tampoco había agua caliente, ducha sí, pero con agua fría. Me acostumbré, qué remedio. La tía Angustias decía que era muy sano lavarse con agua fría, los piojos nunca acudían. No creo que ningún piojo se acercase a ella, no son tan tontos.
Una gracia tenía la tía Angustias, era muy trabajadora. Pero lo que en ella era gracia fue para mí desgracia. Quiso que yo fuese como ella. Me hizo levantar con el alba y ayudar en todo lo que suponía la atención a los cerdos. Es decir, desde ponerles el pienso a quitar el estiércol. Ella hacía de todo, incluido llevar el tractor y trabajar la tierra. Yo también aprendí, no por ganas, pero lo hice. Y no solo eso, limpiaba la casa y llevaba a un bar del pueblo todos los días los huevos de las varias docenas de gallinas que tenía.
El pueblo estaba a casi cinco kilómetros, al ir llevaba en la carretilla los huevos, al volver la compra que me mandaba hacer. Por supuesto no tenía televisión, una radio vieja, pero ni eso me apetecía oír por la noche; caía reventada en la cama. Siempre he sido delgada, pero en el primer año perdí lo poco que me adornaba. Me iba pareciendo a la tía Angustias y eso me trastornaba.
De cuando en cuando contrataba a unos hombres, para las tareas más acuciantes del campo. Como sembrar o recoger la cosecha, pero fuera de esos trabajos no llamaba a ninguno a menos que fuese muy obligado. Siempre decía que a ella le sobraban ganas y fuerza para ocuparse de todo. Yo no contestaba, pero sí pensaba que si tanta energía tenía para qué me quería a mí. Estaba claro, iba a ser su heredera y tenía que ganármelo.
A mi familia la veía en las fiestas de guardar, o bien venían ellos o iba yo a mi casa. Fuera de eso, no descansaba nunca un día entero. En vista de que no me dejaba un rato libre, dije que yo era de cumplir con la iglesia los domingos. Mentira y gorda, porque desde la comunión no había pisado la iglesia más que en alguna boda o en los entierros; en mi pueblo si se muere alguien vamos todos. El caso es que me sirvió, para que luego digan que con la verdad se va a todas partes. A partir de entonces fui a misa todos los domingos, después de dar de comer a los cerdos y aprovechando el viaje para llevar los huevos.
Lo de ir a misa es un decir, iba, entraba de las primeras para que me vieran bien, me sentaba de las últimas y cuando me parecía salía de allí al trote. Daba un garbeo por la plaza y con las cien pesetas que me daba para echar al cestillo de la iglesia, me tomaba una coca cola y me compraba tres cigarrillos y aún me sobraba algo. Los vendían sueltos en un quiosco. Lo que me quedaba lo iba guardando y cuando tenía suficiente compraba un paquete.
Porque eso sí lo tenía la tía Angustias, sabía llevar las cuentas mejor que un contable de banco. Si necesitaba comprar algo me daba el dinero, pero luego me pedía la factura de la tienda y no podía sisar nada. Nadie pedía factura en el pueblo, pero yo sí y no me ponían mala cara ni nada, estaban acostumbrados. La tía Angustias tenía un pilón de cajas lleno de facturas y unos libros de cuentas que ni el ministro de la hacienda de España. Del primero al último céntimo estaba anotado. Cuando iba a ver a mis padres me daba lo justo para la ida y vuelta del autobús, más cien pesetas de extra, con la coletilla “esto por si tienes necesidad de algo”. Tenía fama de avara, yo no diría tanto, pero bueno, bastante roñica sí era. Claro que gracias a eso tenía tan buena hacienda, de las mejores de la comarca.
Pasé mi adolescencia con ella, cuando cumplí los diecisiete ya llevaba tres años viviendo allí. Empecé a dar la vara, cuando tenía oportunidad, para que me dejase ir a una autoescuela y poder tener el carné de conducir. Casi el año me costó que accediera, pero al final aceptó con una condición, tenía que aprobar a la primera. Me quedé más espárrago que estaba, hasta las bragas me caían, pero aprobé, ya lo creo. Luego vino el convencerla de lo rentable que podría ser tener un coche. La rentabilidad de las cosas era muy importante para ella. Seis meses me costó lograrlo, pero lo compró y nuevo.
Con el coche la cosa cambió, porque ya desde el primer día me puse de acuerdo con el chico de la gasolinera para que me diese un recibo por algo más de lo que ponía de gasolina. Por fin pude hacer sisa, claro que una parte se la daba al Pelao; así lo llamaban todos. Pasaron los años y a pesar del coche y mis escapadas dominicales, ningún mozo se acercaba a mí. Nada, como si fuese mi tía. Y eso que yo no estoy nada mal, algo esquelética sí, pero bueno, otras estaban igual y con novio iban. Cumplí veinticinco y mi vida siguió siendo la misma. Ya me había acostumbrado, incluso tenía el ánimo hecho de no tener novio mientras mi tía estuviese viva. A veces me daban ganas de tirarla al pozo, porque las fuerzas le iban menguando y por tanto, a mí me aumentaba las tareas con lo que cada vez tenía menos ganas de nada. La idea de pasar la vida esperando la herencia sin poder disfrutar nada mientras, me cabreaba, sí, comencé a tener mal carácter. Ya se habían casado cuatro de mis hermanos, bueno, dos chicas y dos chicos y yo sin olerlo. Porque los domingos ya ni iba a “misa”. Como mucho entraba en el bar cuando llevaba los huevos y me tomaba una cerveza. Nadie se acercaba y eso me tenía mosca. Un día pregunté al Pelao, si sabía por qué los chicos no se acercaban a mí.
—Natural, uno que se acercó a tu tía murió en el acto.
—¿Qué dices? Mi tía no ha tenido novio nunca.
—Ya, novio no fue, pero murió en el acto.
—Pero, ¿de qué murió, enfermó? Ella no le pudo contagiar, tiene una salud de hierro.
—Murió en el acto.
—Oye, Pelao, pareces tonto. Uno se muere de algo, bien puede sea de repente, pero de algo.
—Pues eso es lo que digo. Murió en el acto, eso fue. La tonta eres tú, ¿no sabes lo que es el acto? Pues eso, en ese momento murió, tal cual. Debajo de ella, porque era ella la que estaba encima. ¿Lo has entendido ya?
Sí, por fin lo entendí, estaba claro, nadie se acercaría a mí con ese antecedente familiar. Pensé en dejarlo todo y marcharme, pero mi padre me convenció o más bien yo misma. Sí, no me atreví a salir de allí. Con la poca escuela que tenía y sin más experiencia que los cerdos y el campo ¿adónde podría ir? Allí seguí tres años más.
Un día la tía Angustias no volvió del campo, ya era noche cerrada y salí a buscarla. El tractor había volcado y ella estaba debajo, reventada. Solo un tractor pudo acabar con ella.
Vino mi familia para el entierro, la mar de contentos porque yo heredaba. A esas alturas a mí ya no me importaba la herencia, todo lo veía negro. A pesar de todo me había acostumbrado a la tía Angustias y me dio por llorar a moco tendido durante una semana.
Al cabo de la cual, escoltada por mi padre, fui al notario para ver el testamento y poner en orden las cosas. ¿En orden? Sí, en orden nos pusieron a los dos. No era la heredera. La tía Angustias tenía un hijo, de aquel que murió en el “acto”. Al parecer lo parió sola y lo llevó a un convento, allí lo criaron y le hicieron cura. El cura era el heredero de todo, a mí no me dejó nada. Solo tenía unas veinte mil pesetas de lo que pude sisar con la gasolina.
Con ese dinero fui a Barcelona y tras dar algunos tumbos acabé trabajando haciendo el “acto” y cobrando por ello. Así acabó mi pesadilla, cuento o lo que fuese que viví durante aquel tiempo, aún no sé lo que fue. Tampoco sé si sigo en ello.