17 abril 2009

FEDERICO JIMÉNEZ LOSANTOS

Hoy he visto el programa de Federico "LHDF" en la cadena Libertad Digital TV, por primera vez, he puesto un chisme de esos, que al parecer van a sernos imprescindibles para ver la televisión (TDT) y ahora tengo más cadenas, no mucho mejor, pero más cadenas. El programa ya estaba iniciado y al parecer trataban de analizar (él y unos invitados o colaboradores) el neogobierno, recién estrenado, que tenemos. No tengo suficientes datos para poder contrastar lo que han dicho, pero si es medianamente cierto, estamos listos. Yo a Federico le conozco, más que nada, por referencias. En la radio nunca le he escuchado, sí le he visto en alguna ocasión en televisión. Pero personas cercanas a mí le escuchan a diario y me decían Federico ha dicho... Federico dice... Federico tiene razón en... Y yo pensaba que era alguien del pueblo, un conocido metido a dar su opinión sobre la política y los políticos, tal era la familiaridad con la que le mentaban. Hasta que un día pregunté ¿Pero ese Federico, quién es? y entonces me enteré de que era Jiménez Losantos. Acabáramos, me pareció increíble que personas de más de setenta años y otras cuarentonas, estuviesen enganchadas a las seis o las siete de la mañana, escuchando a "Federico" y que sus opiniones las expresasen como dichas por alguien de la familia o como mínimo un vecino cercano. Increíble pero cierto.
Lo escuchado en el programa de hoy puede ser discutido o discutible. Ahora bien, a mí, lo que me ha llamado la atención especialmente es verle. Le recordaba con el pelo más largo y más oscuro. Efectivamente ha aparecido también con ese aspecto en, lo que supongo, una grabación anterior. Su rostro rebosa, paz, sí, esa es la palabra. Puede estar diciendo algo grave, pero él transmite paz con su expresión, sonríe y su faz está relajada, también los que le acompañaban lo estaban. Hablaban sin interrumpirse, con claridad meridiana en cuanto a lo expresado, no tanto, esos motes o expresiones peyorativas de alguno/a de los mencionados que me ha costado reconocer y que creo desmerecen su labor periodística. Su fina ironía a menudo mordaz, raya en un punzante sarcasmo, en contraste con la expresión de su rostro.
Sobran en la política, en políticos y críticos de la política los malos gestos, las expresiones malsonantes, y sin embargo, hoy, (viendo a
Federico "El Grande" diría yo, por la cantidad de público que le sigue) he tenido más miedo que cuando escucho a otros de esos que vociferan o exaltan en demasía. Porque Federico llega a mucha gente, su voz penetra con facilidad, se le entiende, y puede, si se lo propone (y al parecer lo hace a menudo) crispar los ánimos; ya sobradamente crispados. Se define, Federico, como liberal, cosa que nos suponemos muchos. Aunque no tengamos tanta evolución política, como al parecer ha tenido él. Dicen que tiene tantos admiradores como detractores. No soy lo uno ni lo otro. Pero viéndole hoy y escuchándole, me ha dado miedo. Porque aparenta ser feliz diseccionando, a todo aquel que le viene en gana, amparado en la libertad de expresión. Y puede hacerlo señor Jiménez Losantos, y debe hacerlo, pero tendremos que tener cuidado con Ud porque es muy fuerte sonreír firmando una sentencia de muerte. Y ese ha sido mi miedo, le he imaginado con su expresión, firmando una sentencia y mandando a alguien al paredón. Utilice su poder, que lo tiene, para influir en la gente con menos sarcasmo, con menos motes denigrantes (no los necesita) inyecte libertad con sus palabras a tanta gente que le escucha cada mañana, pero no añada más acidez de la necesaria. Le escucharán lo mismo, o quizá más, y Ud será más "Grande" si cabe. Mis saludos, Federico, intentaré ver su programa la próxima semana.
Hoy levanto mi copa de
limoncello por todos aquellos que libremente expresan su opinión, tratando de aportar algo positivo, a esta nuestra España.

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