31 mayo 2012

SEÑOR RAJOY ¡¡¡ESTOY HARTO!!!


No sé qué película era, pero iba la cosa de la influencia de los medios de comunicación y lo que pueden llegar a ser consignas, que los oyentes siguen a pie juntillas. La gente empezó a gritar, por lo que fuese cada cual, asomada a ventanas y balcones ¡¡Estoy harto!!
Sí, lo estamos en este país y cada vez más, tanto que ya no nos caben más “primas” ni “chorizos” disfrazados de políticos o jugando a ser banqueros y malos administradores.
La dichosa “prima” no es otra cosa que el negocio del siglo para los grandes inversores y la soga en el cuello para los países con problemas. Dicho esto, que es lo básico, me explico. Toman como referencia la Alemania de la señora Merkel, porque suponen es un país que devolverá sin problemas el dinero prestado y a partir de ahí marcan la diferencia que puede existir en el riesgo de otro país de que devuelva en tiempo y hora lo que le presten. Cuando dicen que la “prima” de España está en 500 puntos básicos, significa que pagaremos por la deuda un 5% más que los alemanes. Consecuencia, los prestamistas (léase inversores) cobrarán muchos más intereses por cada euro que nos presten a España. Funciona el asunto tal cual un banco que presta a sus muy buenos clientes con intereses más bajos y a los pobres desgraciados los hunde en la miseria cobrando tipos más altos y poniendo más trabas a la hora de prestar un céntimo.
Lo malo del problema es que la “prima” la suben y bajan a golpe de titulares de prensa interesados, comentarios políticos, problemática de terceros y en último término la propia situación de España.
Mientras eso ocurre, los políticos europeos pasan el tiempo haciendo declaraciones de si Europa es esto o aquello, aspiran a ser un macro estado y no son capaces de actuar como tal porque a los grandes inversores no les interesa que el BCE, es decir, el que se supone Banco Central de Europa, pueda prestar el dinero directamente a sus accionistas (el gobierno de cada país) y la deuda la tienen que comprar de segunda mano a través de los bancos (inversores). Para ello les presta dinero al 1%, los bancos compran con ese dinero y luego si necesitan liquidez, le dan la deuda, por lo que el gobierno habrá pagado 3, 4 o 5 puntos más. Esta barbaridad que solo sirve para aumentar el problema de los países necesitados, ocurre porque hay una normativa del BCE que prohíbe comprar deuda directamente al gobierno emisor. Norma que han puesto los políticos europeos y ahora no son capaces, dada la situación, de cambiar. Porque responde a intereses económicos de grandes inversores, en especial los “merkelinos” que están llenando el zurrón a base de bien.
Mientras, los españolitos de a pie, los que van en moto o en coche a plazos y esa numerosa clase media, que tiende a desaparecer con esta historia. Nos vemos cada vez más oprimidos por los recortes, necesarios para poder pagar la “prima”. Por los impuestos que han subido y los que van a subir y con el agravante de tener que jubilarnos más tarde mientras nuestros jóvenes no pueden acceder ni a un puesto de barrendero, por más títulos que tengan.
A todo esto hay que añadir:
¡Estoy harto! De pagar jubilaciones mil millonarias a todos esos administradores que no administraron.
¡Estoy harto! De pagar Consejos de Administración de políticos y sindicalistas que no aconsejan bien ni controlan y cobran como si fuesen premios Nobel. Están no solo de sobra, son una sangría para las empresas públicas o pseudopúblicas y por tanto para el país.
¡Estoy harto! De pagar aquellos políticos inoperantes y mal formados. Que abusan de sus prebendas porque no merecen el salario mínimo y cobran como mariscales.
¡Estoy harto! De pagar a los que nos dirigen por triplicado y masificado. Autonomías, gobierno central y europeo. Si sumamos no nos sale a cuenta por su bajo rendimiento, en cualquier empresa ya hubieran hecho un gran ERE.
¡Estoy harto! De pagar organismos que no cumplen con su función. CNMV, Banco de España y demás controladores que no controlan o mal informan de los hechos.
¡Estoy harto! De que tengamos que ser los pobres los que paguemos lo que han malgastado nuestros dirigentes en fiestas, obras fastuosas, sueldos regalados a sus asesores y todo tipo de gastos innecesarios o indebidos.
¡Estoy harto! De pagar a los partidos, empresarios y sindicatos.
¡Estoy harto! De que los políticos no paguen por sus malas actuaciones y sigan en activo como si tal cosa.

¡Esto harto! Pero de nada sirve lo diga alto y claro. Nadie me escucha, no les interesa. Porque los que debieran solucionar todo esto, son los culpables. Los políticos. Y los votamos, aplaudimos y vitoreamos. Creen ser dioses y lo son, convierten el vino en agua putrefacta. Trasforman la esperanza en rabia. Borran la sonrisa mediante decreto. Eliminan la clase media y la cambian por una nueva casta de miseria sin oportunidades.
Todo esto gracias a la democracia por la que tanto hemos luchado. A unas autonomías que deseábamos y a una Unión Europea, sueño de muchos y beneficio de unos pocos.
¡Estoy harto!

1 comentario:

Vania dijo...

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