16 julio 2008

LA GRADUACIÓN

Y pensar que nació con un montón de problemas, pequeña como ella sola, sufriendo por agarrarse a la vida. Volviendo hacer parir a su madre de tanto dolor como le producía verla; amargando la sonrisa siempre afable del padre. Y lo logró, logró salir adelante, ahí ya demostró su fuerza. La misma que la ha ido acompañando a lo largo de su vida. Y hoy por fin se gradúa, vestida de gala para la ocasión, con el orgullo maquillando su hermosura, sin alardes; con paso firme a la par con sencillez y elegancia, como caminan los grandes, así va ella. ¡Y cómo están sus padres! conteniendo la respiración, aguantando los dos la emoción que amenaza con desbordarse por los ojos. Pero no, no toca llorar ahora, él porque hay que mantener las formas, cómo no; ella por no echar a correr el rimel estropeando sus, hoy más que nunca, bien pintados ojos. Pero cuando extraños no perturben su intimidad llorarán, de felicidad, de orgullo, de tranquilidad por haber obtenido el premio a su labor, a su buen hacer de formación y cuidados. El que siembra recoge, aunque no siempre es así, lo es en este caso afortunadamente. Y está bien que vayan recogiendo la cosecha, han pasado la vida dándose plenamente; tratando de inculcar sus valores de dignidad, de nobleza en las acciones; enseñando a razonar razonando; de mostrar el camino dando ejemplo al andarlo. La prudencia, la discreción, el cumplir con lo debido respetando. Todo ello han ido sembrando a lo largo de los años y, por fin, ven culminada la etapa más importante de esa maravillosa cosecha que es su hija. Que no es que acabe ahí, pues la labor como padres no acaba nunca, siempre estará el consejo o el consuelo si en algún momento lo necesita. Han tenido buena alumna, excelente en todos los sentidos y esa es la suerte; el resto ha sido trabajo, tesón por parte de ella y por ellos que, además, lo han acompañado de lo más importante en una relación de padres e hijos (en cualquier relación lo es) de amor, de amor inmenso por su hija. Han deseado y han luchado por hacer de ella una mujer libre en el pensamiento, firme en sus convicciones y fuerte para enfrentarse a la vida. Y lo han logrado. Ellos pueden estar orgullosos por el resultado y ella también debe estarlo de tener los padres que le han tocado. Brindo por todos vosotros deseando que el resto de vuestras vidas sigan siendo tan dichosos, como lo es y deseo que sea este día. Felicidades.

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