09 junio 2010

HUELGA DE FUNCIONARIOS

La incidencia es discutida, igual que siempre, cada cual da unas cifras. Por lo que yo he visto, en mi entorno, ha sido poca, pero excesiva. Y lo digo desde el convencimiento de no sentirme representada por dos caciques desvergonzados. Por tanto, cualquier seguimiento a una llamada de estos “señores” me parece un exceso de benevolencia, candidez o estupidez. Aunque, claro está, allá cada cual.

Yo tengo mis razones para pensar así, al igual que otros millones de españoles. Unos por estar parados, otros por tener amigos o familiares en paro. Y no es que me guste que me rebajen el sueldo, para nada.

Pero lo que no es de recibo, es que estos representantes de los trabajadores “subvencionados por el gobierno” incapaces de llegar a un acuerdo en todo un año. Que no han hecho ni una sentada por los casi cinco millones de parados (cuatro y medio porque no cuentan autónomos ni los no inscritos porque, para qué). Vengan ahora a decidir, ellos, que no los funcionarios, que hay que hacer una huelga. Me lo expliquen, porque ya se sale de lo comprensible por una mente que razone. Si los funcionarios fuesen tan nefastos en su labor como estos “señores”, este país, estaría mil veces más hundido de lo que está, que ya es mucho.

No es tiempo de huelgas, sino de negociar de una vez lo que ya debiera estar más que negociado y puesto en marcha. Si hubiesen cumplido con su función, es muy probable que el número de parados no fuera el que es. Y que el gobierno no se hubiese visto obligado a tirar de lo fácil para atender la deuda.

Los dos máximos representantes sindicales merecen el despido, no libre, sino muy justificado. Ellos son los que debieran ir al paro, por incumplimiento de contrato. Porque lo suyo es defender a los trabajadores, el derecho básico y elemental de cualquier trabajador y, que no es otro, que tener un trabajo.

Nadie debiera responder a su llamada, ni votarles ni secundar sus tardías e ineficaces manifestaciones. Porque ellos son de los que cuentan siempre a su favor. Que van cinco de cien, bueno, si tres votan que sí, han ganado por mayoría. Así hacen las cuentas y no les importa que noventa y cinco no quieran saber nada de ellos.

Si tuvieran un mínimo de dignidad, dimitirían. Pero en este país no dimite nadie y, menos, cuando se sigue percibiendo el sueldo tan gratuitamente. Son como esos a los que se les paga por los goles que van a meter y luego no meten por lesión u omisión. Estos “señores” no han metido un gol ni de penalti sin portero en todo este tiempo. Tarjeta roja a los dos, por su chulería y por no cumplir con su labor.

Pero tranquilos, que hoy seguro que lo solucionan. Si no llegan a un acuerdo, lo hará el gobierno, problema solucionado y ellos a cobrar tan ricamente sin dar un palo al agua.

Buenas noches golondrineros, no sufráis que pronto llegará el mundial y los que poco o nada comen se llenarán la boca gritando Goooool. Sed felices pase lo que pase.

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