05 septiembre 2011

SÍ A LA REFORMA CONSTITUCIONAL

Ahora resulta que hasta somos un ejemplo a seguir para el señor Sarkozy, incluso puede que para otros. Mientras, aquí, en nuestro país, algunos siguen en sus trece de querer barrer para su casa particular e intereses concretos de sus autonomías. Y han tratado de vender su voto a cambio de prebendas, o cuestionar lo que no venía al caso. Algo a lo que están demasiado acostumbrados. No les importa España, para nada, puede que en algún momento fuese así, pero desde luego hace tiempo que no lo es. Solo su plato de lentejas les vale la pena para dar su apoyo.

Por suerte, y por esta vez, los partidos de mayor representación han tenido a bien hacer prevalecer la razón de estado, frente a la que pudieran sentir como partidos, y se han unido. Para llevar a cabo algo que, a fin de cuentas, nos viene obligado por la dichosa deuda. Pero que sin ninguna duda era necesario haber hecho ya hace tiempo, quizá las cosas no estarían como están.

Y pregonan algunos a los cuatro vientos que esto menoscaba la Constitución y el consenso con el que se creó. A ningún derecho o pilar fundamental de la Carta Magna, afecta, ¿dónde está el daño? En cuanto al consenso, ¿cuál? Quizá el que manipulan los nacionalistas, y otros, dando su voto cuando quieren, siempre a cambio de algo.

Hora era que demostraran a los ciudadanos su apoyo para crear una mejor opinión de nuestro país, frente a terceros y ante el resto de españoles. Pero no ha sido así, y una vez más han puesto de manifiesto su egoísmo. También, claro está, su temor. Ante lo que pudiera ser un primer paso en la relación en temas fundamentales entre los dos grandes. Si ello siguiese así, las minorías tendrían voz, pero no podrían mercadear con su voto, como han venido haciendo.

También hay voces que piden un referéndum, ¿por qué? Ya está previsto en la ley ese tipo de reformas y para ello tenemos al pueblo representado en el Parlamento y en el Congreso, es su trabajo, por ello cobran. El coste de un referéndum no es algo para usar a la ligera, hay que utilizarlo cuando la ley lo exija, no es el caso. Y, por otro lado, los que han decidido la reforma representan a más del noventa por ciento de la población, suficiente mayoría para una reforma que todos, mande quien mande, deberán respetar. No es un beneficio para un partido o gobierno concreto. No debiera ser necesario, pero a la vista está que lo es. Tendrían que ser capaces los que gobiernan, en cualquier institución, de llevar las cuentas en orden. Controlando el gasto sin despilfarros y atendiendo a lo más necesario de forma razonable. Buscando el bien de la mayoría y atendiendo a los más desfavorecidos.

Los sindicatos amenazan con movilizaciones contra la reforma. ¿Hablamos de un tema laboral? ¿Están quizá buscando la salida a cinco millones de parados? ¿Son ellos los que tienen que decir cuándo puede reformarse la Constitución? ¿...? Puede que sea más sencillo de entender todo, si pensamos que, cuando los gastos no pueden dispararse, los sindicatos quizá no perciban tantos millones fuera de presupuesto. En base a... ni se sabe, porque a estas alturas aún desconocemos cuántos liberados hay y cómo gastan lo que ingresan. Tendrán sus cuentas claras, no voy a ponerlo en duda, pero las desconocemos. Ahí también debiera haber un tope, o por lo menos, una cuenta de resultados. Y en este caso, no son los sindicatos minoritarios los que hacen oposición, son los grandes y alguno más. Casualidad, los grandes son los que más ingresos tienen del estado.

Con la que nos está cayendo, esta algarabía no es más que eso. Falta de seriedad y rigor. Que a alguien de este país le preocupe que exista una norma que limite el gasto de la Administración Pública a lo que su presupuesto le permita, en relación a los ingresos, es tanto como no querer enterarse de la realidad de nuestro país. Y pensar que la Administración es un pozo sin fondo, del cual puede sacarse todo lo que uno quiere. Cuando lo cierto, lo triste, lo muy grave es, que estamos en un pozo y sin fondos. Y alguna medida hay que ir tomando para cambiar eso.

Buenas noches golondrineros.

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