03 septiembre 2011

VERANO CALIENTE

Todos los veranos tenemos noticias más o menos “calientes”. Este año no iba a ser menos, quizá ha sido más. A pleno sol, en lo alto de una torre real del castillo de Olite, hemos podido ver a una pareja (hombre y mujer) practicando sexo. También a pleno sol, en una playa, otra pareja (hombre y hombre) en un acto sexual. En otra playa, otra pareja (mujer y mujer) sin llegar al extremo de las anteriores, exhibiendo su relación. Ha faltado algún acto de bestialismo, tiempo al tiempo.
¿Qué mueve a la gente a comportarse de esa manera en lugares públicos? ¿El amor, el deseo?
Yo diría que la mala educación y la redomada estupidez.
En todos los casos ha existido alguien, ajeno o no a la pareja, que ha actuado de voyeur. Suena fino así, en francés, pero es solo un mirón con interés más o menos económico o de cualquier otro tipo, que va más allá del morbo que cualquiera podamos tener. Pero no matemos al correo porque no nos guste el mensaje. Si pudo ver lo que vio fue porque lo estaban haciendo. Quien debe cuidar lo que hace no es él, sino la pareja en cuestión. Aunque, la buena educación le pudo impulsar a mirar en otra dirección.
La primera pareja no era nacional ni conocida aquí, pero sí en su país, y al parecer ocurrió hace algunos años. ¿Por qué lo publican ahora? Está claro que no por algo noble.
De la segunda pareja, más vale no hablar, está muy claro, estupidez y puede que algo más contante y sonante.
Y de la tercera, exhibicionismo en el momento más álgido de notoriedad de una de las protagonistas. Dando muestra de una memez superior.
No menciono los nombres porque no importan y, además, a estas alturas ya son más que sabidos. Lo que sí me mueve tocar el tema es el porqué de esas actitudes. No puedo entender que la gente pierda el norte de esa manera ¿placer? Poco es el que puede apreciarse en la pareja del castillo. ¿Experiencias nuevas? Eso sí, no todos los días uno tiene a mano una torre real para esos actos. La playa siempre está a mano, pero claro, con público la cosa debe tener su aquel.
En fin, sin entrar a valorar en lo moral, allá cada cual. Si bien es cierto que el delito de escándalo ya no lo es en nuestro país, sí mantiene el código penal como delito la exhibición de lo obsceno. Es decir, además de mala educación, estupidez y memez. Estas personas han cometido un delito. Que como tantos otros, no tendrá sanción alguna, salvo la reprobación por parte de algunos o la hilaridad y cachondeo por muchos.
A pesar de todo, nos viene bien hablar de esto en vacaciones, en lugar de la hambruna, la crisis o las guerras. Como que no quedan bien esos temas con una cerveza en la mano y unas gambas a la plancha, en cualquier chiringuito playero.
Buenas noches golondrineros.

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