21 diciembre 2013

"ÁBRETE, SÉSAMO" Y ACABA CON MÁS DE CUARENTA LADRONES

Ya estamos en navidades, en las fiestas que cierran el año. Un año más de la crisis, aunque ahora ya algunos se atreven a mencionar la salida. Pero solo es un pequeño atisbo de luz al final del túnel, porque ahí seguiremos durante tiempo. En la oscuridad que provoca una situación dura y en exceso prolongada por políticas interesadas, inapropiadas y que coartan la libertad del mercado favoreciendo a unos pocos en detrimento de la mayoría.
Es difícil entender que mientras gran parte de la ciudadanía media pierde su condición y pasa a engrosar el número de las clases más bajas al empobrecerse. Otros, unos pocos aunque demasiados, aumentan sus fortunas de forma espectacular y son mucho más ricos que antes de la crisis.
Salvaron a los bancos a costa de  la clase media. Usaron y siguen usando los fondos destinados a los bancos para reforzar la economía, y por tanto a la creación de trabajo, para salvar el trasero del gobierno puesto al descubierto por tanto despilfarro y enriquecimiento ilícito de muchos que desde sus cargos han hecho de este país la cueva sin fondo de Alí Babá y los Cuarenta Ladrones.
Aquí son más de cuarenta los ladrones y aún no tenemos un Alí Babá que sea capaz de abrir la cueva y sacar el tesoro para crear empleo y que la gente pueda trabajar y volver a cierta normalidad.
Era al parecer excesivo el bienestar de la clase media, esa mayoría que nutre las arcas del estado. Pero al cebarse en su exterminio acabaron con la vaca que les daba la leche y las arcas quedaron desnutridas y famélicas. Para suplir sus carencias recurrieron al aumento de impuestos, a la rebaja de salarios, a la expropiación ilegal e inmoral de pagas; a los recortes de todo tipo, sobre todo sociales y, a lo ya dicho, a que los bancos abrieran sus grifos de dinero solo para el gobierno dejando mermado, casi seco o sin el casi, el flujo del dinero necesario para seguir la pequeña y mediana empresa trabajando.
La inmensa mayoría de los puestos de trabajo los crea la pequeña y mediana empresa. Pero ¿qué han hecho? Hundirla en la miseria al negarle la financiación. Se han cargado a la gallina de los huevos de oro y con ella a sus polluelos, los trabajadores que pagaban impuestos y gastaban su dinero comprando lo que se producía en esas empresas.
Demasiadas empresas buscaron aumentar sus ganancias en nuevos mercados, pero no mercados para vender su producto, sino para obtener mano de obra más barata. Con salarios ínfimos, con un trato a sus empleados que raya en la esclavitud y menos impuestos. Luego vendiendo el producto a precio europeo por toda Europa, lograron así grandes ganancias que no han repercutido en las economías de los países que consumen sus productos, solo en sus bolsillos que con frecuencia están alojados en paraísos fiscales. Los gobernantes lo han permitido y los consumidores también porque es muy complicado a veces encontrar el producto fabricado en España. El resultado es la escasez de la producción, por lo menos aquí en España.
El mercado es libre y global, pero si han sido capaces de crear normas y manejar el dinero para salvar al estado. También podrán grabar a esas empresas que producen a coste de céntimo en otros países explotando a los trabajadores, y luego venden a decenas de euro lo producido. Que no les resulte tan rentable producir fuera lo que tenemos que consumir dentro.
La crisis tiene una salida fácil. Basta con crear empleo, la gente si gana gasta, consume lo que se vende. El estado se nutre con sus impuestos y la rueda de la economía se pone en marcha. Para ello hay que facilitar la financiación a pequeñas y medianas empresas, sin agobios excesivos de normas que impidan su creación y desarrollo.
Al tiempo, la supresión de ayudas a partidos, sindicatos, fundaciones y organizaciones de todo tipo que solo dan pie a corruptelas. El ahorro para el estado sería considerable.
Los sueldos de todos los cargos deben estar estipulados por norma y no depender de quien los tenga que percibir. No permitir que la carrera política sea un medio de enriquecerse, perseguir la corrupción.
Hay mucho por hacer, pero el 2014 puede ser el año en que salgamos de la crisis si hay alguien capaz de decir “Ábrete, Sésamo”. Alguien que consiga sacar de la cueva el tesoro y ponerlo en manos de quienes creen empleo que impida que nuestros jóvenes con estudios tengan que emigrar. Nos ha costado dinero su formación y ahora la regalamos a otros países por no darles la oportunidad de trabajar aquí, aunque sea con salarios menores. A cambio, recurriremos a mano de obra de menos calidad de fuera, que sacaran lo que puedan de aquí hacia sus países. ¿Dónde está la ventaja?
Sed felices, golondrineros, la esperanza es lo último que se pierde y no nos cobran por tenerla.

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