06 julio 2009

GORA SAN FERMÍN

Uno de enero, dos de febrero..... siete de julio San Fermín.

Mil recuerdos de tantos y tantos Sanfermines. Y es que entre mi gente hay afición a la fiesta grande de Pamplona. Por no sé qué regla de tres, con determinadas ciudades y sus costumbres, tenemos una especial vinculación, nos sentimos hermanados. Els Paus decidieron un año irse todos a Pamplona y mi madre quedó al cargo de toda la chiquillería, lo pasamos en grande viviendo como si fuésemos una familia numerosa, y comiendo todos los días fideos porque era lo que le gustaba a la mayoría. Recuerdo con repelús y agrado aquel souvenir que trajeron, un esqueleto que tenía una diminuta bombita de aire que al presionarla daba movimiento al muñeco.

Hace ya un siglo que fui a Pamplona por San Fermín, pero no lo he olvidado ni me disminuyó la imagen que tenía de la fiesta y del ambiente; tantas veces visto por televisión, en pijama y conteniendo el aliento durante el encierro. Nuestras tradiciones no siempre son bien entendidas por personas ajenas al país, es natural, cada cual en su tierra tiene unas costumbres y ha crecido con ellas, las tiene asumidas por formar parte de su cultura y entender otras culturas puede resultar difícil. Para los que son más abiertos a lo plural y típico, esta fiesta como otras muchas de España, les atrae y se apasionan participando en la medida de lo posible. Lo que no es de recibo es que los nuestros, los de aquí, intenten acabar con nuestras tradiciones por aquello de la defensa de los animales, cuando los toros de lidia son criados en condiciones realmente envidiables, para su naturaleza, si los comparamos con otros animales que sirven de recreo y compañía a las personas. Por poner un ejemplo: ¿qué tiene de bueno para un pájaro vivir en una jaula? aunque sea de oro. Cierto que no le matamos, simplemente no le dejamos vivir en lo que de suyo es natural.

Polémicas aparte, celebro que algunas de nuestras tradiciones pervivan, para bien o para mal forman parte de nuestra cultura, nos identifican y diferencian. Y en este caso concreto, cada año, va en aumento la afición a nivel internacional. A pesar de la crisis hoy Pamplona ha vibrado con el chupinazo, mañana y los días siguientes correrá el pacharán, la alegría será la nota a destacar. Miles de jóvenes intercambiarán sonrisas o algo más y los toros serán protagonistas, tanto o más que la gente. Porque no se les desprecia, se les respeta y admira su nobleza su bravura, su casta. Y todo ello ha sido cantado y ensalzado en la literatura por nuestros escritores de todos los tiempos y por otros allende los mares, por ejemplo Ernest Hemingway premio Nobel de literatura.

Por todo ello Gora San Fermín y a quien no le guste lo tiene fácil, que no vaya a Pamplona por estas fechas. Felices fiestas a todos los sanfermineros y en especial a mi amiga Blanca que es de Larraga y verá los encierros por la tele como yo.

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