21 julio 2009

LEY DEL MENOR INJUSTA

Hace poco hablaba del caso Maores, pues bien, al parecer con la canícula surgen los instintos más bajos, en pocos días tenemos noticia de dos violaciones a dos niñas (doce y trece años) protagonizadas, al parecer, en cuadrilla y cuyos componentes son a su vez menores de dieciocho años, incluso menos de catorce.
¿Qué está pasando? Aparte de que es muy posible que sólo sea un divertido juego para ellos, lo que ocurre es que ya saben muchos que no les pasará nada o poco si cometen un acto aberrante. Porque aunque la sociedad lo considere delito para la justicia no es imputable si quien lo comete tiene menos de catorce años, y saldrá de rositas de la situación. Y aun en el caso de que se le impute, como menor que es tendrá una reclusión en un reformatorio por un breve tiempo.
Con esta ley actual, que protege al que delinque, si es menor, y deja sin amparo a la víctima, vamos abocados sin remedio a sufrir las consecuencias de la depravación total de aquellos que el calor, el capricho o su perversidad les impulse a golpear, violar, quemar o matar de la manera que más le divierta.
Si un menor, sea cual sea su edad, es capaz de hacer cualquiera de esos actos debe tener un correctivo adecuado al daño, que nunca lo será pues no hablo de la ley de Talión. Sino de una adecuada condena que le lleve a un centro donde pueda reeducarse para ser una persona respetuosa con sus semejantes y con las leyes. Pueden preguntar a cualquier niño de doce o trece años si sabe qué ha ocurrido y su significado, seguro que les dirán que sí. Y siendo así, siendo todos conscientes de que los "niños" delincuentes o no de este país saben lo que hacen ¿Qué hacen para solucionarlo? NADA, NADA, NADA, señores leguisladores. Y hay que decirles a Uds, que son culpables de mirar hacia otro lado, de insistir en esa falsa protección al menor que delinque. No les están protegiendo les están empujando al delito. Ellos saben que hacen mal y Uds prefieren ignorarlo. Con los adultos es más difícil incluso con mucha frecuencia imposible la corrección, pero con los menores, aún están a tiempo. ¿A qué esperan, a que alguien se tome la justicia por su mano? Y luego qué, ¿meterán en la cárcel a ese padre o madre? Naturalmente, es lo legal. Y legal es la aplicación de la ley del menor en estos casos, pero es inmoral, injusta y aterradora por las consecuencias que trae. ¿Cuántos de nuestros menores tienen que sufrir palizas, violaciones o muerte para que atiendan esta cuestión?
Uno, solamente uno, debiera ser motivo suficiente.

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