31 enero 2010

NI-NI

Ni estudia Ni trabaja. ¿Cuántos son? Al parecer el cincuenta y cuatro por ciento de los jóvenes comprendidos entre dieciocho ,y, treinta y cuatro años.

Pero, ¿cuántos de estos jóvenes están así porque quieren? Las estadísticas son lo más cercano a la mentira o lo más lejano de la realidad, según estén hechas. La realidad es que aun sin motivación y sin objetivos definidos, una inmensa mayoría de ese enorme porcentaje estaría trabajando o estudiando si la situación fuese otra. Pero no lo es. Y tienen que asumir aquello de “Camina al son que tocan o.... revienta”

Hoy es muy diferente la situación del país, a 1960, (Fecha en la que transcurría la historia del Lute y que dio pie a la película “Camina o revienta”) Pero quizá es peor porque hay que renunciar y entonces era cuestión de aspirar. En aquella época cualquier movimiento hacia adelante era eso: un paso hacia el progreso social, económico, cultural, político; en pocas palabras, la vida mejoraba si te movías. Pero ahora no sólo no puedes moverte, lo peor es que el movimiento no te lleva a ninguna parte porque no hay salida. Estamos en un camino que sólo conduce al derrotismo y a la frustración.

Y hay que renunciar en muchos casos, por la falta de recursos, a gran parte de lo que se supone debe llevarse a cabo en esos años, que son los más libres de responsabilidades y cargas. Tiempo en el que todo, o casi todo, te divierte. En el que, con valores o sin ellos, hay ilusión por hacer, ir o ver.

Mas no son estas horas para casi nada de eso, hoy son muchos los jóvenes que apenas se mueven. Que parte de su conversación es la crisis que les envuelve como una camisa de fuerza que les impide moverse, pensar y soñar. Porque de eso no hablan las estadísticas, de los sueños rotos de la juventud actual. Es muy posible que carezcan de los valores de antaño, cuando la situación política impulsaba a luchar y trabajar por un cambio democrático. Ahora vivimos en “democracia” eso es lo que nos venden a diario; los jóvenes y no tan jóvenes, así nos lo hemos creído. No hay pues que luchar en ese aspecto. Tampoco por tener libertad de expresión, ni por ver una determinada película o leer lo que queramos. Ni por comprar una tele o un coche.

No tienen los jóvenes de ahora los mismos objetivos que antes, porque ese tiempo pasó. Cierto que hay injusticias por las que luchar y no lo hacen, quizá porque no les hemos enseñado. Posible que sea porque se lo hemos puesto muy fácil. Probablemente les hayamos vendido el culto al cuerpo, lo quiero lo tengo.... una calidad de vida que era ficticia, sostenida por créditos, pero eso es lo que han aprendido. Y ahora toca renunciar a una parte de esa calidad de vida y reiniciar el camino con otro rumbo. Seguramente algunos se niegan a ello, pero esos ya existían, siempre han existido los que se han dedicado a vivir como chupópteros.

No frivolicemos lo que es una tragedia en este país, aquí y ahora, son muchos los que Ni estudian Ni trabajan porque no pueden hacer Ni lo uno Ni lo otro. Y precisamente ellos, los más jóvenes, son los que menos han contribuido a que la situación sea la que es.

Cuando el paro de esos mismo jóvenes supera el cuarenta por ciento con creces, llamarles NI-Ni, no sólo es una frivolidad. Es un insulto a la dignidad, un desprecio a su desesperación. Y un abuso de quien, con toda seguridad, goza del privilegio de un trabajo y se mofa del que no lo tiene.

La desvergüenza de nuestros políticos: apoyando el paro, en lugar del trabajo; apoyando a la banca, en lugar de a las empresas; andando en corruptelas, en lugar de controlar el gasto; haciendo obras para la galería, sin pagar lo que deben; queriendo aumentar la edad laboral, desviando la atención del drama nacional que supone más del veinte por ciento de paro.... Todo ello contribuye al desencanto, a la falta de miras, al desprecio hacia lo político. ¿Síndrome Ni-Ni? Si realmente lo hay, ¿Quién lo provoca?

Buenas noches golondrineros, tomad un chupito de limoncello y sed felices. Yo lo intento cada día.

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