16 enero 2012

MANUEL FRAGA. "¡Spain is different!"

Ha muerto Fraga, así, sin el nombre y sin el don. No por falta de respeto, sino porque de esa manera le conocíamos los de mi edad. Antes de nacer yo, él ya era un político. Formaba parte de la fachada gubernamental y más tarde de los entresijos de la política en la transición. También, cómo no, hay que reconocer su logro de aglutinar un gran partido que siendo de derechas, no lo pareciera tanto como para recordar tiempos pasados. Dudo que alguien no le conociera en sus buenos tiempos, era el más famoso por todo. Sus frases, sus gestos y la cantidad ingente de veces que apareció en la televisión. Por entonces nuestro juguete favorito, no había internet.
“Toda mi vida he dicho verdades sin condón y pienso morirme sin ponerme uno”, dijo Fraga tras conocer la postura del Vaticano contraria al uso del preservativo. ¡A buenas horas mangas verdes! Pero la frase resulta castiza, como dicha en la taberna del pueblo y eso casi siempre hace gracia.
No sé si dijo o no la verdad a lo largo de su vida, ni cuando aquello de “La calle es mía” Pero sí nos lo pareció en ese momento.
Hoy hemos podido leer muchas frases de elogio y algunas no tanto. En este país solemos alabar a los muertos con razón o sin ella. Pero yo no lo hago, tampoco lo contrario. Para mí forma parte de la memoria histórica que me ha tocado vivir, pero dentro de esos recuerdos no tengo bastante base para decir mal ni bien. Porque ya entonces, según la persona, Fraga era un demonio o un político con agallas y muy trabajador. Sobre todo, las agallas, por aquel baño en las contaminadas aguas que en su momento no me enteré, pero tantas veces he visto la foto que casi creo haber estado allí. Aunque según cuentan no fue en Palomares la foto, pero eso hicieron creer.

Carrillo, también sin nombre y sin don, ha dicho que era “Muy de derechas, muy autoritario...” y “Fue un hombre con talento y capacidad para adaptarse”. Creo resume lo que acabo de decir.
He visto varias fotos de los dos, juntos, sentados uno al lado del otro y departiendo con una sonrisa. Y esas fotos son lo que quiero resaltar porque es lo único válido en nuestra historia actual, la que vivimos. Dos personas, personajes históricos, hablan como amigos cuando antaño fueron enemigos. Eso es el mejor elogio para Fraga y también para Carrillo. Los dos supieron adaptarse y siguieron escribiendo historia, no en pasado, en presente y para el futuro.
Descanse en paz.

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