04 marzo 2012

LA PRIMAVERA ESTALLA EN VALENCIA

A pesar de la crisis, en Valencia ya ha estallado el principio de la primavera. Llega como siempre, tronando con las mascletás al mediodía. Luce sol, aunque al igual que otros años, ya anuncian algo de lluvia. Falta hace y este mes de marzo será como todos, “Marzo marcero, o tan frío como enero, o tan falso como febrero”. Pero tranquilos porque “De marzo a la mitad, la golondrina viene y el tordo se va”. Y para entonces es cuando plantaremos las fallas y espero podamos quemar en ellas todo lo innoble que tenemos. El fuego es purificador y al igual que la lluvia, falta nos hace.
Entre bromas y veras, los versos críticos, satíricos o de alabanza; hablarán de todo cuanto acontece en nuestro país. Los monumentos mostrarán a través de los “ninots” lo que la palabra expresa. Será un nuevo estallido, tal cual una traca enlazarán los acontecimientos que hemos disfrutado o padecido a lo largo del año con sus formas grotescas plenas de chispa. Porque eso son las fallas, explosiones de ingenio y arte que muestran al mundo el sentir de un pueblo y su opinión.
En la noche de San José, acompañados de una buena ración pirotécnica, lo quemaremos todo. La primavera será nueva y limpia, tendremos por delante un año para acumular menos cosas malas para quemar en el siguiente. Una ocasión que no debemos desaprovechar, porque ya es demasiado lo que nos duele y nos cuesta.
Tantos casos de mala administración, descontrol absoluto sobre el gasto. Malversación del dinero público, abuso y uso indebido de todo aquello que tienen los cargos a su disposición. Coches, viajes, cenas... Que no eran necesarias tantas ni de tan gran coste, para el ejercicio de la función pública. Hay un refrán en valenciano que dice “El que no fot ni roba, es perqué no pot ni troba” Su traducción: “El que no jod... ni roba, es porque no puede ni encuentra”.
Lo han hecho suyo muchos políticos, han buscado y encontrado cómo robar o medrar utilizando lo que no era suyo y tenían obligación de bien administrar. No son todos, por supuesto, pero sí demasiados y de todos los colores del arco iris político.
Recuerdo cuentos de príncipes y princesas. Parece ser que no vienen a cuento en estos tiempos de ideología de género. Pero uno que yo tengo en la memoria hablaba de una rana que se convertía en príncipe por el amor de una princesa. En efecto, ahora no viene a cuento porque es justo lo contrario. El amor de una princesa elevó a príncipe a la rana y pasados unos pocos años, acabó convertido en sapo por su ambición, desprecio a lo establecido y sobre todo a la princesa. En cuanto a ella, sin comentarios, ya se verá. Solo decir, aunque el amor sea ciego, no lo es con el dinero...
No son menos culpables aquellos que le bailaron el agua. Nunca mejor dicho, buen Sancho, porque en este caso pagaron con miles de escudos de oro lo que no valía un vellón de pobre cobre. Solo por esperar salir en la foto junto a tan “noble duque”. Los dineros de la hacienda pública tirados cual traca, pero sin goce ni divertimiento para el pueblo. Son culpables de abuso y mala administración. Quizá en lo legal no sea así, puede que ni siquiera les imputen en nada, pero en lo moral, lo son. No me atengo a la presunción de inocencia, porque está claro, tan claro como el agua, que un “foro” no vale un millón de euros.
Será menos trascendente en lo económico, pero no así en lo moral, el caso del Muy Honorable señor Camps. ¡Qué vergüenza! No digo el hecho de recibir uno o veinte trajes, como si de una amante se tratase. No, siento vergüenza ajena por su falta de compostura durante el juicio y sí, también por no respetar el cargo de Presidente, manteniendo relaciones con amistades muy peligrosas. El poder exige soledad y respeto al cargo, para poder ejercer sin influencias que desvíen la atención o requieran prebendas por favores pasados o futuros.
No saben dónde están, creen estar ungidos por la gracia divina y ello les concede una bula para todo. ¡Ignorantes desvergonzados!
Quemaremos en las fallas todas esas historias innobles y esperemos que la luz de la primavera ilumine a los legisladores para que hagan las leyes necesarias que frenen esta escalada de ladrones y malos administradores.
A quien pueda parecer que en tiempos de crisis no debiéramos quemar nada, estas son buenas razones que justifican las fallas. Además de ser fuente de ingresos durante todo el año para miles de valencianos. Sin las fallas tendríamos más parados, ya son demasiados y en parte por todas estas cuestiones, porque mientras solazaban con el duque, no pagaban a los proveedores.
Ciao golondrineros, sed felices, oled la primavera valenciana. Huele a pólvora festiva, a música y alegría.

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