Los abusos a mujeres en las lavanderias Magdalena son ya públicos, pero aún no hay nadie condenado por ellos. Celebremos el mes del libro con algo serio, porque una novela además de distraer o entretener también sirve para alzar la voz y denunciar delitos soterrados.
Las lavanderías Magdalena existieron en algunos conventos hasta la última década del siglo pasado, en ellas muchas mujeres sufrieron vejaciones. Llegaron incluso en casos al abuso sexual mientras trabajaban en condiciones de esclavitud viviendo como reclusas.
Irlanda fue el lugar perfecto para que pudieran existir dada la gran influencia que la iglesia y sus rigurosas normas tenían en la sociedad.
Mucho se ha hablado de la Mafia y se sigue hablando, pero las actitudes mafiosas las podemos ver por todas partes y no siempre son censuradas, a veces elogiadas, aquellos que triunfan son admirados olvidando la manera en que llegan a enriquecerse o mantenerse en los cargos.
De todo ello trata esta historia, la protagonista pasa largo tiempo encerrada en una de esas lavanderías, al salir busca a su familia y sus raíces intentando normalizar su vida. En el camino encontrará el amor y la incomprensión. Ella es muestra de la fuerza de la tierra, los orígenes de cada cual no siempre pueden ignorarse cuando se llevan en la sangre, aunque el tiempo y la distancia no hagan propicio que se mantengan.
Justicia Maggie es una novela fruto de la imaginación, inspirada en ciertos hechos reales. Es para leer sin prisas desde el prólogo porque en él se dan los detalles en los que se basa la historia de la protagonista. Resulta difícil creer lo sucedido en las lavanderías, pero ya no hay dudas al respeto. Tanto la iglesia como el gobierno de Irlanda han pedido perdón por los hechos y quizá con el tiempo la justicia exija algo más, el caso está abierto y el horror vivido puesto de manifiesto.
No he querido hacer una versión novelada de lo sucedido. Personas con más preparación y con información más precisa podrán dar detalle de todo. Pero sí por medio de esta novela hago denuncia de ello y puede que para alguien no sea la manera adecuada, pero yo no soy historiadora ni periodista, solo soy aprendiz de escritora, y escribo tal cual me sale aun siendo el fondo el que ha sido. Al final es solo una novela, pero leamos despacio porque no todo es inventado y aun aquello que sí lo es, quizá debamos meditarlo y comentarlo.
Feliz mes del libro, golondrineros. Aunque mejor os digo: sed felices todos los días con todo lo que os guste y un libro.
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