30 septiembre 2008

CUÉNTAMELO

¡Alucina vecina! Acabo de publicar otra novela, como lo lees, sí, así de fácil. ¡Adiós, editores! Os habéis perdido el gozar de mi presencia y disfrutar de mis ganancias. Bueno lo de las ganancias es por decir algo, porque a saber si vendo un libro. Pero bueno, ahí están ya dos, a elegir entre pasarte el rato pensando ¿qué pasará? con el de misterio (que no es tanto, no creas) o reír con ganas con el presente Cuéntamelo (aquí sí es verdad que te ríes, no me ha salido mal). Te cuento un poco de que va: es un tío que vive en un pueblo de Albacete, cuarentón y solterón, llama a la radio para que le busquen novia, porque es feo con avaricia y....No te digo más, te recomiendo que lo leas en el baño porque te mearás de la risa, durante un buen rato. No todo el libro es de risa, porque te quedarías seca.
El caso es que sí, ya ves, parecía imposible y ya puedo considerarme escritora. Lo que no significa que sea una buena escritora, pero todo se andará, yo pongo empeño en el asunto. Porque es lo que me gusta hacer, me distrae, me divierte, me enseña y hablo, hablo y hablo que es mi deporte favorito. Todo lo que me da la gana, de lo quiero y casi como quiero. Exagero, porque no es del todo cierto, en cuanto los personajes se ponen en marcha ¡oye! que me salen respondones y hablan por su cuenta. Me sorprenden, se hacen independientes, tienen personalidad; hasta el punto de que a veces no tengo palabras para contestarles y sólo son ellos los que hablan. ¿No te lo crees? pues es verdad. Y eso es lo que me mueve a seguir escribiendo, el sentir casi físicamente, que estoy con un montón de gente diferente que piensa, que actúa, que sufre, que ama, que nace y muere; sin apenas hacer yo otra cosa que mover los dedos en el teclado bajo su pauta. Sí son ellos los que marcan la pauta, por eso no puedo parar cuando están en marcha, me controlan, me dominan, me llevan y traen de aquí para allá; haciéndome sentir con frecuencia lo que ellos sienten. Pero no me desagrada, todo lo contrario, porque me resulta muy interesante ver como se desenvuelven esas vidas; que creo haber creado yo, y así es, pero no son mías, son suyas (como los hijos, que tampoco son de sus padres si no de ellos mismos).
Lo que te decía, yo les veo, sí, simplemente les observo, como llevo haciendo casi toda la vida, observando como viven los demás, así voy viviendo. Podría decirse que soy espectadora de vidas. Es lo que hay; y si es lo que hay, tengo que tratar de vivir con ello de la mejor manera posible. Parece triste ¿verdad? sí, para qué engañarnos, lo es. Pero ahora siendo su portavoz a través de la publicación de los libros, algo participo, algo diferente, algo mío; soy yo la que los firma no ellos, yo la que les hago nacer hacia el resto de la gente y con suerte (bueno, con mucha suerte) pasarán a la historia de la literatura. Habrán existido para el mundo, serán mi creación aun siendo ellos mismos, (como los hijos) Y eso me hace sentir que vivo y es muy especial sentirlo. Nunca me ha gustado meterme en la cama con un libro y sin embargo ahora, no puedo dormir si no escribo. Buenas noches, voy a ver si duermo, no me queda limoncello y lo echo de menos..........Por si te interesa verlos están en LuLu, en internet.

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