17 mayo 2010

DE MINISTROS Y SINDICATOS: JOSÉ BLANCO SUPERMINISTRO

Nada más apropiado que una “noria” para tratar de explicar y convencer al personal de lo acertado de las medidas anticrisis del gobierno. Y mucho más procedente que sea el superministro Blanco, el que se ocupe de ello.

Digo que la noria es apropiada por la sencilla razón de la función que ese aparato realiza: saca agua de un pozo. En este caso euros y siempre del mismo sitio.

En cuanto al “superministro” es que lo es. Últimamente está en todas partes dando la cara por todo, le toque o no, ahí está él haciendo el quite. Sí señor, con un par. La historia sabrá recompensarle, seguro que le canonizan, le colocan un canotier por saberse la canción o algo por el estilo. Porque hay que tener valor para salir y decir lo que dice. Aunque él acude con el yelmo puesto y le digan lo que le digan contesta siempre con la misma canción, la que tiene aprendida. Todo lo que le preguntan choca con el yelmo y no le invade su bien adiestrado cerebro. Perfecto en su cometido, magnifico escudero, lástima de caballero.

Y mientras, la ministra de economía, Elena Salgado, a su vez vicepresidenta, ¿dónde está? Echando cuentas, supongo. Porque de eso se trata su ministerio: del ahorro del dinero, de la administración de los recursos. Y seguro que está con el ábaco, de diseño por supuesto, calculando los céntimos que le puedan faltar para hacer la compra en el Carrefour, tras restarle de su sueldo el porcentaje que le corresponda con el tijeretazo. Porque ya nos han dicho que por solidaridad y dando muestras extremas de su generosidad darán un tijeretazo a sus nóminas.

Con todo esto, sucede, que los sindicatos amenazan con armarla. Ya les vale, a buenas horas mangas verdes. Estos señores, no llevan yelmo porque no les hace falta, dada la mollera tan dura que lucen, gracias a la ración de cemento en forma de subvención que tienen. En un país con más de cinco millones de parados, porque las estadísticas hablan de menos, pero hay que sumar los que no están registrados: los autónomos y, aquellos que no se han apuntado porque para qué. Ellos, los “representantes” de los trabajadores se dedican a perder el cul... defendiendo a quien no les corresponde. Claro que se comprende, si están parados los trabajadores no pueden defenderles, nadie firma convenios ni nada por el estilo. Y por eso sacan la cara, dura, por la magistratura.

El tiempo pasa y con el tiempo, ya se sabe, todo se cura. Igual han decidido que sin reforma laboral ni fiscal. Sin recortar el despilfarro de todo tipo. Sin reducir organismos ineficaces. Sin controlar a tantos y tantos jefes y jefecillos que cobran por no hacer. Y aumentando impuestos que “no reducen el poder adquisitivo”... con el tiempo, seguro, ¡oye! pero seguro, que todo se cura. Así que para qué hacer. Si hay que ir, se va. Pero ir pa ná... pues eso, ná.

Si los sindicatos quieren hacer algo, que hagan lo que les toca y, que no es otra que luchar por crear empleo. Las manifestaciones que las dejen para las fiestas, ahora no estamos para eso. Tampoco para huelgas, que ellos cobran y los trabajadores pagan un alto precio por ellas. Que hagan una sentada los representantes sindicales, que cobran por esas cosas, frente a la Moncloa y no se levanten de allí hasta que se firme una reforma que dé trabajo. Ese es el primer derecho de un trabajador y ya lo han olvidado. Sin ese derecho, todos los demás se van a la p... calle, que es donde están cinco millones. Dejen a los funcionarios y estatutarios, yo soy una de ellos, defiendan a los que no tienen empleo y no sigan haciéndole el juego al desgobierno, porque llegará el día que se quedarán sin afiliados y puede que sin subvenciones. ¿No se les ha ocurrido pensarlo? Pues piensen, piensen algo que a todo cerdo le llega su San Martín.

Buenas noches golondrineros, sed felices y tomad una copa de limoncello, es antioxidante.

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