11 octubre 2008

LA BOLSA SE HUNDE ¿DÓNDE ESTÁ EL DINERO?

Al parecer se hunde el mundo o por lo menos la economía, que viene a ser lo mismo. Y yo me pregunto ¿dónde ha ido el dinero? a sí, de pronto parece que nadie le ha visto, ha desaparecido. Seguro que de vacaciones a un lugar oculto y no lejos de sus amigos, entre esos no me encuentro. ¿Te puedes creer que de repente no hay ni un duro? Yo no me lo creo. El otro día alguien compró cuatro vigas de la mezquita de Córdoba (s.VIII) por millón y medio de euros ¡vaya ese sí tiene dinero!. Porque hay que tenerlo para gastarse eso sin esperar, de momento, ningún rédito. La vuelta al mundo en velero comienza hoy mismo, ahí también hay dinero. El jamón de pata negra se sigue vendiendo, a los mismos de toda la vida, los que últimamente eran adictos modernos, esos, ni olerlo. O sea que el dinero está donde siempre estuvo, lo tienen sus dueños. Que no somos todos ni mucho menos. Y ese es el problema; que últimamente, todos creíamos ser algo dueños.
¡Pero de qué vais! miserables jornaleros, asalariados del gobierno, aprendices de constructores y enchufados politiqueros. No nos toca a ninguno tener un euro. Nos engañaron las luces de candilejas de un teatro que no es nuestro, sólo somos marionetas de aquellos que los hilos mueven, de los que tienen el dinero. Ellos dirigen la orquesta y mandan parar cuando quieren.
Porque vamos a ser serios, no es de recibo que un empleadillo pase el verano en el Caribe o disfrute un crucero. Ni que calce "manolos" aunque se trate de un buen fontanero. ¡Hasta ahí podíamos llegar! Una cosa es la democracia y otra muy distinta hacer tabla rasa con esas historias de la igualdad. ¿De qué don fulano de tal, un señor de los de toda la vida, tiene que compartir barra en el club náutico con ese nuevo rico que lleva un mercedes comprado en Alemania.? Mucho humo y poca leña, eso es lo que hemos tenido en estos últimos años. Y claro era necesario poner las cosas en su sitio. Y por eso no hay "liquidez" el líquido está en la misma bodega donde siempre estuvo, en reserva, para salir al mercado cuando al dueño de la bodega le parezca oportuno. Mientras el resto del mundo beberemos agua clorada, porque ni para tintorro tendremos un puto duro. Y no os quepa duda, cuando esto pase, los que no tenemos dinero seguiremos sin tenerlo y ellos, los que siempre lo tuvieron tendrán más, mucho más de lo que antes escondieron, porque poco a poco habrán ido comprando lo que otros vendieron por no poder mantenerlo. Y esa es la historia del hundimiento de la economía. No echéis en saco roto lo que os digo, el mundo reflotará a base del esfuerzo de los que nunca hemos sido ni seremos ricos, y los que manosearon el tinglado hipotecario guardarán lo que ganaron en algún paraíso, dejarán de ganar algo de momento para triplicarlo luego y marcar las diferencias que se habían olvidado. Y los manolos los usará la señora de don fulano y él mismo ¡cómo tiene que ser! para que el orden se restablezca y el mundo salga a flote con nuestro sudor, porque a fin de cuentas se ha hundido por nuestra afán de querer vivir como don fulano y señora, unos señores de toda la vida ¡No se puede comparar!

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