19 octubre 2008

A MÍ MANERA

Aire, necesito aire para poder respirar pensar, sentir, soñar, vivir en una palabra. Mil obstáculos es lo que encuentro cada día para poder hacerlo. Todas esas pequeñas cosas que hay en la vida cotidiana que te impiden desarrollarte. Que te obligan a ir en una dirección que no es la que tú quieres, pero debes de ir. Educada en esos principios, hacer lo que toca, lo debido, lo correcto. Ya pasado el ecuador de la vida qué difícil resulta desinhibirse, dejar atrás todos esos conceptos y lanzarte a vivir simplemente sin pensar en más. Porque el paso del tiempo ya cuenta, ya es una cuenta atrás que inexorablemente te va a llevar al final de tu existencia. Y realmente ¿qué existencia? La que te ha tocado, no la que quieres y crees que debes por ti, si no aquella que las pautas del comportamiento que tu educación han marcado te obligan a hacer. Y es triste, muy triste que conocedora de ese hecho sigas ahí sin atreverte a decir ¡basta! Ahora me toca vivir a mí, a mí manera, con mis pautas privadas y quizás equivocadas pero mías.
Y lo peor es que ni puedes hablar de ello, todos creen saber lo que te conviene, lo que debes hacer para estar bien. ¡Y una mierda! Nadie sabe nada porque nadie te escucha, absolutamente nadie, y eso que hablo con un montón de gente. Gente que por otro lado sé qué me quiere, qué me considera, qué me aprecian y seguro que desean lo mejor para mí. Pero lo mejor según ellos, siguiendo sus pautas, sus conceptos de vida; su manera de divertirse, de pasarlo bien o realizarse tiene que ser la suya, porque es lo normal. Porque todo el mundo lo hace y le sirve o parece le sirva.
Pero resulta que a mí no, y no quieren entenderlo. Y no es que no esté bien cuando actúo siguiendo el camino que hacen todos o casi todos, no se trata de eso. De lo que se trata es de optimizar mí tiempo, de sacar el máximo provecho a mí existir atendiendo a mí gusto por la vida, no al gusto de otros. Llevo demasiado tiempo viviendo de espaldas a mí, sólo atendiendo a mí entorno, procurando el bienestar ajeno. Cierto que ello me produce placer, me hace sentir bien que los que me rodean estén bien, pero con todo y con ello no me satisface plenamente porque sigo sin sentirme yo ni siquiera en esos momentos.
Cantidad de veces, después de estar a gusto, distraída, entretenida; al quedarme a solas, viene la pregunta ¿qué he conseguido? Nada, perder el tiempo. Lo que he hecho durante dos horas, con apenas diez minutos hubiese obtenido un resultado excelente, el resto sólo una absurda manera de quemar los minutos hablando de mil historias que para nada me interesan ni me enseñan ni me aportan nada para mí vida, para mí enriquecimiento interior o satisfacción de algún modo. A sí que después de todo me resulta un sabor agridulce, más agrio que dulce lo que debiese haber sido un auténtico placer.
Ahora en estos momentos de absoluta soledad frente a mí misma y mí amigo fiel, el ordenador, me siento mucho más realizada y satisfecha que durante toda la semana, con todos los que he podido estar y hablar, aun siéndome apreciados y deseados.
Sí desmenuzas las horas del día a lo largo de una semana te encuentras con una miseria de tiempo para ti o para compartir de verdad con alguien. Quiero decir sin rellenarlo de causas ajenas a tu sentir o al sentir de ese alguien capaz de tener un mínimo de química contigo. Y tienes que robar al sueño, al descanso, unas pizcas para hacerte creer a ti misma que haces algo por ti. Que no es cierto, puesto que agotas tu físico ya más que cansado de los quehaceres diarios. Y hay quien dice que nadie hace lo que quiere, que todos tenemos el mismo problema. ¡Mentira! A sí de contundente. Porque ellos deciden que su vida es estupenda haciendo deporte o compras, yendo al cine, de viaje o saliendo a cenar, y lo hacen. Y tú sólo quieres una cosa, escribir porque has descubierto que te sienta bien, y para hacerlo tienes que montarte unas pirulas de miedo y robarte las escasas horas de descanso. Y siempre con un cierto remordimiento por no atender como es debido, como toca y te han enseñado a tu entorno y a tu casa. Porque es así, yo no hago viajes, compras las obligadas, no voy al cine y apenas veo televisión. Tampoco salgo de cenas ni practico deporte. Duermo menos de lo imprescindible la mayor parte de los días y aun así, apenas tengo tiempo para mí.
Y no se trata de hacerme la víctima, sólo quiero que alguien entienda que el tiempo que pueda dedicar a lo que me gusta quiero que sea a lo que a mí me gusta y no a lo que crean los demás. Voy a trabajar a diario, lo cual supone algo más de ocho horas, entre unas cosas y otras. Hay que hacer la compra si no a diario casi, siempre falta algo. Tienes que atender a los que, afortunadamente vienen a verte. Hay que guisar, porque tenemos el vicio de comer. También la casa requiere su tiempo, aunque es de lo que menos me preocupo, necesitas dedicar a diario algo y de cuando en cuando hacer a fondo. Así hay días que son las once de la noche y es entonces cuando, agotada, enciendo el ordenador y ocurre que con frecuencia me despierto en la madrugada con la cabeza sobre el teclado, pues me he quedado dormida. ¿Qué pasa? pues que cuando tengo fiesta quiero hacer lo que no puedo cuando trabajo y me pongo como loca de buena mañana frente al teclado, como hoy que a las ocho ya estaba aquí sentada. Pero tampoco puedes dedicarte del todo, pues hay que poner lavadora y hacer comida, pasando de limpiar a fondo o si lo haces olvidándote ya de volver a sentarte.
Y esa es mi historia, el caso es que no hay manera de salir de este círculo. En fin me he desahogado, ya son las diez y no tengo más narices que hacer lo que me toca, que no me desagrada hacerlo ni me siento mal guisando, limpiando o recibiendo, lo que pasa es que el día sólo tiene veinticuatro horas y yo necesitaría algo más para poder vivir un poco, a mí manera claro, porque para vivir como vivo ya con las que tiene voy sobrada.
Baci golondrinero a todos. Feliz domingo, porque hoy es domingo. Voy a hacer paella ¿a ver que tal me sale? Me gusta cocinar, sí también me gusta, pero requiere su tiempo. Como veis todo requiere tiempo si quieres hacerlo medianamente bien.

No hay comentarios: