04 octubre 2009

DESTRELLADO

Cae la noche y con ella la lluvia.

El cielo destrellado no ilumina la senda

mas no yerro en mis pasos

avanzo sin dudarlo en pos de la dicha

que guarda la cabaña trepada por la yedra

Miles de corazones abrazándola

entre ellos el mío aun en la distancia.

Recuerdos de la infancia no olvidados

El abuelo en la puerta bajo el manzano

ahumando las flores rosadas

con su pipa de caña hecha a mano

La abuela con el puchero haciendo buen caldo

riendo siempre las gracias de los enanos

Brotaba la música de la alegría a diario

corríamos hasta hartarnos

los juegos, a qué mencionarlos, por miles

tantos como los corazones de la yedra

Nosotros, cinco

cinco hermanos fuimos allí felices

durante nuestros primeros años

Hoy retorno viejo y cansado

en busca del recuerdo jamás olvidado

Ya no somos cinco, ni cuatro....

ni siquiera dos

uno solo caminando bajo un cielo

destrellado.


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