04 mayo 2009

DESMADRE PANDÉMICO

A mí me gusta el jamón y casi todo lo demás del cerdo, es un animal muy aprovechable. También me gusta el pollo, sobre todo asado a mi manera, y somos muchos los que comemos pollo ahora con lo de la crisis. Pero no me gusta la carne humana para comer; chupar, lamer, mordisquear... para esas cosas sí; pero masticar y engullir el bocado de carne humana, francamente, tendría que verme como aquellos de los Andes. Os hablo de estos tres animales (el tercero racional, aunque no siempre) porque al parecer el virus A(H1N1) ese que está de moda, es una mutación generada a partir de... no se sabe, pero que digamos su ADN está formado por el cerdo, el pollo (aviar) y el hombre (prefiero poner hombre y no mujer, ya hablan bastante de nosotras). El caso es que con lo difícil que al parecer resultan esas mutaciones ahí está el bichito viajando por todo el mundo. Y no me lo creo, no me lo creo que él solito tenga esa capacidad de transformación, porque no es natural. Y la naturaleza transforma dentro de su orden. La mano negra, del tercer elemento (el "racional") para mí que anda detrás de todo. Pensando bien, puede ser por lo que comen los animales, que ya va para muchos años que la piara no anda por el prado ni el pollo por el corral. Pensando... pensando, pues puede que algún "cerebrito" esté manipulando más de la cuenta y las cosas a veces se disparan hacia quién sabe dónde. En fin, sea como sea, resulta que tenemos un elemento más contra el que luchar. Y cómo luchan los que mandan en este tema: "a lo bestia" sí, no quito una coma porque es así como lo hacen, y eso que no necesariamente es mortal. Ni quiero pensar lo que serían capaces de hacernos si lo fuese, nos mataban ellos directamente con sus medidas. En Estados Unidos mueren por gripe (la vulgar y corriente) unas 36.000 personas al año. En Europa el número ronda los 40.000. Y la gente circula, tose, come y fornica, tan ricamente. ¿Por qué no hacen el seguimiento con la gripe "vulgaris"? seguro que la cifra de contagios sería tan espectacular o más que la actual. Bastaría con un pasajero con gripe puesto en un avión en Madrid hacia Nueva York, ya en el avión a alguien contagia; luego en el aeropuerto, metro, hotel.... para qué seguir, se multiplica como lo que es "pandémico" Y no ya por la virulencia del proceso gripal, sino, porque no paramos en casa un minuto, estemos como estemos. Y hay quien está hoy en París, mañana en Chicago y pasado en la luna. Cuando éramos pequeños la gripe se curaba en la cama, sí señor, en la cama de tu casa, nada de hospitales. Ahora estornuda el vecino y tú te vas a Urgencias del hospital más cercano para ver si te ha estallado a ti una membrana. Y con esta historia se han desmadrado las autoridades sanitarias mundiales, aquí no tanto; la verdad, tengo que reconocer que nuestra ministra de sanidad está aguantando el tirón mucho mejor que otros. Porque ya me diréis lo de Egipto, matando ni sé los miles de cerdos por las buenas. Claro que son de los coptos, pues aprovechamos y les metemos el dedo en el ojo con la excusa de que hemos visto una legaña. Así están las cosas y mientras yo, con un trancazo de aquí te espero, que ni a la calle me atrevo a salir no sea que me fumigen, me pongan en cuarentena o vete a saber. Estamos locos y ya no sabemos lo que hacemos.

Remedios de siempre para la gripe mutante o no: jarabe de cebolla. Infusión de orégano con tomillo, miel de romero y limón. Algún analgésico si se precisa, cama, sofá o sillón-bol. Si hay fiebre, hay que sudarla, con un vaso de leche y coñac al cincuenta por ciento con miel y bien abrigados en la cama. Cuando estés como un pollo, por lo sudado, te levantas y te das una ducha y la fiebre se va por la barranquilla. Por supuesto nada de morreos, ni de nada. Tampoco hay que ir saliendo y metiéndote en el metro o el autobús, en casita unos días dando la lata a quien tengas, a la parienta o pariente, o en mi caso dándole a la tecla del ordenata. Escucha, ya se andará, de momento los troyanos y gusanos informáticos no nos contagian pero como la ciencia avanza que es una barbaridad todo puede llegar.

Me olvidaba, mi particular remedio, además de los dichos: unas copas de Limoncello, bien fresquito. Sed felices, que no os quiten la sonrisa.

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