29 mayo 2009

COMO CON FRANCO

Como en los mejores tiempos de Franco, así es ahora en lo que respecta al juego que mueve, conmueve, provoca, irrita, enfrenta y une a las masas. Hablo del balón pie, o sea, de fútbol. El entusiasmo igual o mayor, los medios de comunicación mucho más volcados. Los seguidores infinitamente más numerosos. Y nadie habla de crisis, de campaña electoral ni de corrupción. Fútbol, fútbol, fútbol.

Aún me parece oír, (mandando el bien o mal llamado “Caudillo”) a muchas voces exasperadas en este país; voces de izquierda que luchaban por la libertad coartada, por derechos conculcados, por cultura sesgada. Esas voces, airadas muchas veces, decían entonces que el general utilizaba el fútbol para aplacar y acallar a las masas. Que así la gente no pensaba. Era pues entonces, para la izquierda, un deporte de incultura de soterramiento de ideas, de válvula de escape para la rabia contenida de miles de ignorantes, que por ignorar hasta el porqué de esa rabia oculta ignoraban y le daban rienda suelta discutiendo por lo acertado o no de un penalti. Así les calificaban entonces, la izquierda, a los que acudían cada domingo a los estadios o seguían por radio o televisión al multitudinario deporte. Y casi se avergonzaba uno de decir, delante de aquellos apasionados defensores de la libertad, que era del Barça o de la Real.

Me da risa, por no llorar, nada ha cambiado o bien poco. El gobierno, los gobiernos, siguen utilizando aquello que más fácil les es para ocupar la mente de las masas.

Las masas que no son ignorantes, aunque lo parezcan, son grupos de personas, (no siempre considerado así por los gobiernos) y necesitan sus momentos de expansión, recreo, diversión, apasionamiento. No por ignorar lo que ocurre, sino quizá por olvidar lo que les es difícil o imposible cambiar. Y el fútbol da todo eso que les permite alejarse un poco de la cruda realidad. Por supuesto que hay otras muchas cosas que pueden dar el mismo resultado y al tiempo aumentar el conocimiento o cultivar el espíritu. Pero ¿acaso tiene uno que pedir permiso a la autoridad, sea cuál sea, para elegir sus aficiones?

El tiempo todo lo cura, lo cambia o simplemente pone en su sitio las cosas. No hay más que decir visto lo visto: hasta ha conseguido que la izquierda gobernante forme parte de la masa “ignorante” aficionada al balón pie.

A mí personalmente me gusta el fútbol, relativamente, ¿será que mi ignorancia también es relativa?

No quiero terminar este momento de diversión (escribir es mi afición) sin felicitar al Barça y especialmente a Pep Guardiola que para variar es un español (Català) y formado en la cantera.

Hoy brindo con una cerveza, que también me gusta, porque le va más a un partido de fútbol. Buenas noches golondrineros, sed felices, y si sois del Barça mi enhorabuena.

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