09 junio 2009

DIETA DISOCIADA

He engordado, una pena, nunca he tenido buen tipo pero ahora soy como esos jarrones abombados por el centro, estrechos por abajo y por arriba, ni flores puedes poner porque no tienen la altura debida y el ancho donde no toca. Eso parezco, un jarrón que no sirve para lo que le toca. Así que me he decidido, bueno me ha decidido la báscula pues rondo los setenta kg para una altura que fue de uno cincuenta. Digo fue porque me voy encogiendo, (con la primera edad creces, con la segunda te estableces y en la tercera desmereces, menguas) claro que lo compenso con lo que ensancho. En fin que me he decidido a ponerme algo a dieta, no es que coma en exceso, como lo que me peta y voy a poner freno a eso. He elegido la disociada porque por lo menos podré seguir comiendo. Veremos lo que aguanto, hoy no he trabajado y he hecho el desayuno adecuado a la norma, aún no eran las seis de la mañana, así que hacia las doce del mediodía ya ni veía. Solución, unas papas, sin cerveza que es como me gusta acompañarlas. Resulta muy triste comerte unas papas sin la cerveza así que me he consolado pensando en que recuperaré mis curvas. Ahora no son curvas, es una circunferencia. En la comida he alterado la dieta, ya el primer día, pues he comido fideuá, poca perooo fideuá, sin cerveza, otra tristeza. Porque la cerveza le va de cine a la fideuá. Una hora antes de cenar he comido sandía, correcto. Y la cena un puré, triste muy triste. Así que hace un rato he decidido que no podía rematar el día con tanta tristeza y me he bebido mi chupito de Limoncello, me ha sentado estupendamente y me ha hecho olvidar la tristeza del día. Y es que cuando llegas a determinada edad, el comer es un placer, y hay tan pocos placeres ya que puedas hacer que renunciar a alguno es un drama.
Veo gente que hace dieta y lo dicen contentas porque han logrado perder algunos kilos, pero las observas y sí están delgadas o van en camino, pero sus ojos no dicen lo mismo que sus palabras. Tristes, están tristes y siempre muy abiertos, (como espantados viendo la pobreza de los platos) y yo no quiero estarlo así que haré dieta lo más que pueda, menos con mi Limoncello que da energía, (lleva mogollón de azúcar) tiene fuerza, (noventa grados es su base), tiene vitaminas (supongo que la C) pues es producto de la maceración de la piel del limón. Y sabe de pecado, y cometer pecados le pone a una contenta aunque luego tenga remordimientos y necesite confesarlo.
Buenas noches, golondrineros, no estéis tristes por favor, ninguna buena silueta vale tanto. Aunque las/los que lo logran digan que sí. Nada de nada, tristes, o con sonrisas apagadas y sin brillo en la mirada. Y no os deseo que andéis así por la vida. Porque la vida hay que vivirla feliz.

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