09 octubre 2010

CUÉNTAMELO, CAPÍTULO 12

Estamos de puente, por lo menos yo, y supongo que algunos más. Y aprovecho, como siempre, para meterme de lleno en mis historias. Estoy en Siena, vía internet claro, los habituales ya sabéis que es mi manera de viajar. Mi próxima novela, la que estoy escribiendo, me ha llevado hasta allí. Sabía poco de esta ciudad, medieval por excelencia, Patrimonio de la Humanidad. Una maravilla, os la recomiendo, es ideal para visitar en un puente.
Y ahora a lo que interesa. En el capítulo anterior, Serafín ya ha presentado a Pepa a todo el pueblo, ha aprovechado las fiestas. Ha sido toda una experiencia para ella. Parece que la pareja, si no feliz, por lo menos va teniendo mejor convivencia.
CAPÍTULO 12

Cuando sale del baño, Serafín, sentado en la cama, desnudo.

¿Toca hoy?

No, es que te voy a poner un ungüento en los pies, dejarán de dolerte; los tienes algo hinchados.

Pepa quiere decir algo, abre la boca y no le sale nada, de una pieza se ha quedado. Durante un buen rato, Serafín le masajea los pies y las piernas hasta las rodillas. Pepa le contempla, concentrado en lo que hace.

No sé si llegaré a entender a este hombre algún día, y qué bien lo hace, da gusto. Ahora le daría un beso que le tumbaría de espaldas, pero cualquiera le dice nada. Igual piensa que es una tontería que le bese”

Poco a poco, Pepa, va relajándose y se queda dormida, antes de que Serafín termine el masaje. Al despertar, él ya se ha marchado, se levanta con alegría, se siente de maravilla. A media mañana llega un camión, es Antonio, al que ya conoce.

Buenos días, señora.

Hola, Antonio, ¿qué le trae por aquí? Mi marido no está.

Me manda él, traigo unos muebles de la casa grande. Me dice Ud dónde los quiere, voy a llamar al Anselmo para que me ayude.

Pepa, no sale de su asombro.

Este hombre es una caja de sorpresas”

Un sofá, con los sillones a juego, una mesa baja, una mecedora y dos butacas pequeñas. Las butacas pequeñas las hace subir a su habitación. Manda colocar el sofá y los complementos en una habitación contigua al comedor, que está vacía. Está que no se lo cree de contenta. Se sienta en el sofá y mira alrededor, una salita, tiene una salita.

Señora, me ha dicho el amo, que si quiere algo más que me lo diga, lo traigo de inmediato.

Pues mire, sí, tengo una cadena de música y algún libro. Si hay en la casa un mueble para eso, me vendría bien ponerlo aquí, así la salita estaría completa.

Venga Ud y elija lo que prefiera.

De acuerdo, vamos.

Antonio le ayuda a subir y bajar del camión. Anselmo va con ellos. Entran en la casa, encuentra lo que busca. Un mueble bajo, apenas tiene unas figuras, las recoloca en otro mueble. Vuelta a casa, una vez colocado, Pepa se dedica a ordenar en el mueble la cadena musical, los CD y los libros. Está henchida de gozo, se sienta y pone la música, coge una de sus novelas, mil veces leída, y pasa el resto de la mañana allí. Oye llegar a Serafín , y sale corriendo. Prácticamente se le echa encima, le llena de besos la cara.

Gracias, gracias, gracias; anda ven, verás cómo ha quedado, hemos ido a por un mueble para completar la salita, está de cine. He colocado mis cosas ahí ¿Qué te parece, te gusta?

Si te gusta a ti, está todo bien.

Serafín, no me jodas, dime si te gusta.

Bien, sí, me gusta.

Pepa se acerca, insinuante.

Ven aquí, desaborido, que eres un desaborido, pero yo te voy a dar la sal que te falta.

Lo besa, lo empuja hacia el sofá y le empieza a desabrochar el pantalón.

Pepa, no, no es... aquí... no toca, Pepa, para.

Cállate, aquí y ahora, cuando queramos; sin día, sin hora, cuando nos lo pida el cuerpo. Y ahora a mí me lo pide el cuerpo, y a ti hace rato que está que se sale. No es precisamente algo que puedas ocultar, maridito mío. Porque, no sé si tienes claro, que el ser tu mujer, lleva implícito que tú eres mi marido.

Serafín se está abrochando el pantalón, no la mira, como avergonzado. Ella, desvergonzada total, riendo despacio, le quita las manos y le abrocha. Él, mirando al techo, tieso como un palo.

¿Te das cuenta? Hay cosas que no son tan inútiles. Un sofá, puede ser un mundo, solo hay que tenerlo y saber aprovecharlo; y, tú, sin enterarte ¿Te ha gustado?

Sí, sí claro, es tarde, la comida estará en la mesa.

Y qué, no se irá de ahí, pero anda, vamos. Estoy que reviento de contenta ¿Por qué, no me dijiste anoche que pensabas traer los muebles?

No sé.

Ah, y otra cosa. Ya te daré las gracias, a la noche, por el masaje. Me he levantado como nueva. Después de colocarlo todo, me he sentado a leer con la música puesta, una delicia; de veras, Serafín, estoy muy contenta.

Ya.

Pepa va sintiéndose más a gusto con la casa, por lo menos. Serafín, poco ha cambiado en sus expresiones, le cuesta sacarle las palabras. Ahora se sientan los dos, de cuando en cuando, en la salita, los sábados y los domingos. Ella le dice de lo que lee y pone la música.

¿Te gusta la música Serafín? Llevas la radio siempre con noticias, nunca con música.

Con las noticias aprendes, con la música no. Cuando algo no importa dicen, eso es música.

Pero que burro eres, hijo. La música es para disfrutar, no todo tiene que ser aprender. Disfrutar de lo bonito, relajarse.

Yo no estoy nervioso.

No se trata de estar nervioso. Vamos a ver, y siempre tengo que volver a lo mismo, porque parece que es lo único que de verdad entiendes. Antes te lo hacías con las ovejas, te servía para descargarte. Ahora conmigo, también te descargas, pero es algo más ¿o no?

Sí, claro.

Si dices, sí claro, ya es mucho. Pues bien, disfrutas o algo parecido. Pues la música sirve para eso, para disfrutar. Tuve un cliente, un abuelo ¿sabes? Me hacía de fijo, más de quince al día, de abuelos. Uno era músico, bueno, había sido director de orquesta; a veces no tenía para pagarme y me daba un CD ¿qué te parece? Mi trabajo de puta me sirvió para escuchar la música que nunca hubiese comprado. No sé nada de los músicos, ni de las obras, pero me encanta oírla. No todo tiene que ser útil en la vida o, mejor, no todo tiene que tener una utilidad relacionada con el trabajo o el dinero. Hay cosas, infinidad, que son útiles de otra manera, para alegrarte la vida, para sentirte mejor ¿Lo entiendes?

Ya.

Ya, es ya, ¿no es eso?

Sí, eso mismo.

Perfecto, que me maten si sé si ha servido de algo lo que te he dicho. Eres la hostia, tío. De verdad, Serafín, lo tuyo es de libro de universidad. Un caso raro, muy raro, para gente de mucho nivel, yo no tengo tanto como para entenderte.

A pesar de todo, Pepa, consigue ir llenando sus días, está preparando una habitación para el niño. En la casa grande, no había nada que le gustara; han comprado muebles.

Está cercana la Navidad, ella estaba acostumbrada en el colegio a celebrarla; al salir y vivir con su madre, también lo hizo, lo poco que estuvieron juntas. Luego, durante los años que estuvo sola, a su manera, la celebraba. Le pregunta a Serafín.

¿Que hacéis aquí por Navidad?

Nada, es día de fiesta, no se trabaja.

Me refiero a, si lo celebráis.

Cuando vivían mis padres sí, luego nada. Como un domingo, igual que un domingo.

¿Por qué?

Es una fiesta de casa, de familia. Mis padres ya no están.

Y, yo, ¿qué soy, una vecina?

Serafín, la mira, no contesta.

Podemos celebrarlo los dos y éste, que viene aquí dentro, casi somos tres, una multitud.

Lo que quieras se hará.

No, Serafín, sino quieres, no se hace. Tampoco hay gran cosa que podamos hacer. Bueno, poner un árbol y un belén. En el colegio ayudaba siempre a ponerlo. Me dejé en la pensión un arbolito pequeño, de esos de plástico que lo llevan todo puesto; de la tienda de los chinos. Remigia y Anselmo, podían cenar o comer con nosotros, en una día así, ya que viven aquí.

Ellos trabajan en la casa, no son familia, y van por esas fechas al pueblo, con los suyos. Desde que faltan mis padres estoy solo.

Pues ya no lo estás, así que pondremos un belén, uno pequeñito aunque sea.

En la casa grande hay uno. Lo traeré, si es eso lo que quieres.

¡Y, vuelta! Oye, si no te apetece, nada; lo dejamos estar y punto, ya me estás cargando. Pásame ese libro, me he cansado de hablar contigo, para lo que saco, no sé ni cómo me molesto.

CONTINUARÁ...

La foto es del blog LA TOSCANA


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