13 octubre 2010

MINEROS CHILENOS ¡BIENVENIDOS A LA VIDA! EL PRIMERO YA HA SALIDO

Y por fin se hizo la luz, comenzaron a salir los mineros chilenos enterrados.

La tecnología, junto con el esfuerzo humano y las muchas plegarias, han conseguido lo que parecía imposible, y además, en un tiempo que, aunque eterno para los soterrados y sus familiares, es realmente récord para una operación de esta magnitud.

Es impensable lo que esos hombres pueden haber sufrido. Primero por la desesperación mientras no estaban localizados, y más tarde, por la inmensa dificultad de la operación que ha supuesto el rescate. La esperanza es lo último que se pierde mientras hay un halo de vida. Pero, ¿cuánta desesperanza habrán tenido que superar?

Hay que tener mucho coraje para superar una situación así sin venirse abajo. Es de suponer que muchos habrán sido los momentos de desesperación, de angustia indescriptible ante lo que pudiese haber sido una muy lenta agonía hasta la muerte.

¿Qué piensa, qué siente una persona viviendo algo así? No puedo ni imaginarlo. Y en qué puede apoyarse para resistir sin desfallecer. Aparte de entre ellos mismos tratando de darse fuerza unos a otros, cuando a todos les debían faltar. Solo puedo pensar que, quienes creyesen en Dios lo habrán tenido algo menos duro. Porque se habrán agarrado a su fe esperando un milagro. Otros, el deseo por ver a sus seres queridos les habrá dado fuerzas.

En una palabra, amor, de una u otra forma. El amor a la vida, a uno mismo, a sus familias, a los compañeros. Les tiene que haber reforzado para aguantar todo el sufrimiento y la debilidad. No me cabe duda de eso. Porque nada hay que pueda dar más fuerza que la que da el amor.

El fondo de cada uno puesto a la vista del resto. Incluso aquella parte que uno mismo ignora. Miserias, quizá. Pero también, seguro, habrán reforzado todo lo positivo que cada cual pudiera tener, y lo habrán compartido porque era lo único que tenían.

Serán mañana, ya libres, más fuertes. Más solidarios, con más amor en sus corazones para repartir a todos aquellos que se les acerquen.

También habrá lo contrario. El que después de algo así, le importe nada el resto del mundo y solo quiera vivir lo mejor posible. El egoísmo puede anidar en alguno, y tiranice a los de su entorno porque considere que él ya ha sufrido demasiado. Esperemos que sean los menos, o mejor ninguno.

Porque sus familiares también han sufrido lo indecible. Cierto que han tenido el apoyo de todo el mundo, pero el sufrir, el dolor lo tiene uno dentro y por más compañía no desaparece mientras la causa permanece.

Mis felicitaciones al pueblo chileno por devolver la vida a sus mineros.

Y felicitar también a todos los que han trabajado para conseguirlo.

33 mineros chilenos vuelven a nacer. La edad de Cristo, ¿casualidad? Podemos pensar que es un mensaje: “Unidos podemos hacer milagros”

Pero puede que para algunos sólo les quede en la memoria ese número para pedirlo en el sorteo de Navidad. Somos así.

Buenos días golondrineros, hoy amanecemos con buenas noticias. Aprovechad el día, seguro que será bueno.


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