29 septiembre 2010

DICTADURA SINDICAL

No importa si la huelga ha sido secundada por más o por menos. Las cifras, como siempre, son muy distintas según la fuente. Los sindicatos dicen que ha sido todo un éxito. Mienten, pero necesitan decirlo. Otros dirán que ha sido un total fracaso, tampoco dicen la verdad.

No necesitamos que nadie nos dé cifras, no somos sordos ni ciegos. Pero unos y otros creen que sí. Piensan que pueden seguir engañando a todo el mundo. Que este país está lleno de analfabetos y no somos capaces de ver y entender. Pues lo somos. Y está claro que, los sindicatos han hecho lo que saben hacer para que no fuese el fracaso que temían. Pero desde luego no han conseguido el éxito necesario para tocar campanas. Y eso que se han empleado a fondo en bastantes sitios.

Mucha gente ha sido privada de su derecho al trabajo por causa de algunos piquetes “informativos” que llevaban muy aprendida la lección de que “la letra con sangre entra”. Esa es la democracia de la que presumen algunos. A mí me resulta preocupante que alguien mencione “democracia” “derecho” “libertad” a dos por tres. Bien está que lo mencionemos alguna vez, yo lo hago. Pero no para ponerlo por encima del derecho de los demás. Y eso es lo que ha ocurrido en esta España nuestra, que hoy me olía a rancio y a podrido, viendo las imágenes por televisión del comportamiento de algunos. O escuchando estos días atrás a otros.

Es vergonzoso, además de ilegal e inmoral, la presión violenta que han llevado a cabo algunos. Nadie les impedía a los huelguistas hacer la huelga, pero ellos no satisfechos con poder ejercer ese derecho pacíficamente. Han querido, para demostrar su fuerza y poder, que los que no querían hacerla la hiciesen. Esa es la libertad que entienden.

No me gustan los dictadores, sean del color que sean. Y hoy, en este país, nos han mostrado, una vez más, su cara.

Tampoco me han sorprendido, porque ya llevo vividas varias huelgas, y sé lo que hacen algunos cuando van a “informar”. No son todos, qué duda cabe, pero sí demasiados los que emplean la violencia verbal o física. Amparados por ir en cuadrilla, alentados a veces por arengas tercermundistas.

Siento vergüenza de que tantos olviden que, España es una democracia en la que hay derecho a la huelga que, puedes ejercer en libertad. Y al tiempo, sin menoscabo de ese derecho, está el derecho al trabajo. Y ya es bastante con que la crisis disminuya ese derecho al trabajo, para que, los propios trabajadores impidan ejercerlo.

Los sindicatos necesitan una reforma tan profunda como nuestra economía. Una financiación no dependiente del gobierno de turno. Y una ley que regule el derecho a la huelga, que marque los mínimos en cada sector.

Si de algo sirve lo que hoy hemos vivido, es para saber que no podemos tener unos sindicatos anclados en el pasado.

Para decirle al gobierno, a la patronal o al sursuncorda que, las cosas están mal, “que así no podemos seguir”. Bastaba con hacer una manifestación pacífica y ordenada, después de la jornada laboral. Todo lo demás está de sobra, y además, no nos lo podemos permitir.

Así nos va.

Buenas noches, golondrineros. Hoy todos somos perdedores.

“Que los árboles no te impidan ver el bosque”

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