23 septiembre 2010

REPITO, NO A LA HUELGA

Constitución española.

Art. 7

“Los sindicatos de trabajadores y las asociaciones empresariales contribuyen a la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios. Su creación y el ejercicio de su actividad son libres dentro del respeto a la Constitución y a la ley. Su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos”

Art. 28.2

“Se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses...”

Art. 35.1

“Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo...”

Art. 37. 2

“Se reconoce el derecho de los trabajadores y empresarios a adoptar medidas de conflicto colectivo. La ley que regule el ejercicio de este derecho, sin perjuicio de las limitaciones que pueda establecer, incluirá las garantías precisas para asegurar el funcionamiento de los servicios esenciales de la comunidad.”


Grandes palabras, todas ellas lo son y, sin embargo, ¿en qué han quedado a estas alturas? En papel mojado. Los españoles, en su gran mayoría, fuese cual fuese su ideología o simpatías políticas. Se han visto afectados, directa o indirectamente, por la dejación de sus obligaciones, tanto por parte empresarial como por los sindicatos. No llegando a un acuerdo en tiempo y forma para tratar de paliar, junto con el gobierno, los efectos de la crisis.

Y, en estos momentos, cuando ya son más de cinco millones los parados (porque hay que contar a los que están haciendo cursos que poco o nada les van a servir) Ahora, los sindicatos quieren obligar a todo el país a hacer una huelga que, ellos y sólo ellos han decidido.

Y, digo obligar, porque su petición de los mínimos a establecer, a eso va encaminada. Sin apenas transporte, muchos serán los que no podrán acudir a su puesto de trabajo aunque quieran. Pero no contentos con ello, amenazan con que los piquetes garantizarán el derecho a la huelga ¿Cómo? Ya lo sabemos todos, porque lo entienden sólo por ese lado, defender la huelga es impedir ir a trabajar a quien desee hacerlo.

Ya di mis razones para no hacer la huelga y nada ha variado para que cambie de opinión, más bien lo contrario. Viendo el afán con que ahora se mueven los sindicatos. ¿Por qué no lo han tenido en todo el tiempo?

Son responsables por su inactividad y conchabanza con el gobierno, de una parte de la crisis.

El negativo resultado de la huelga de funcionarios, les ha provocado a convocar una general. Miedo es la palabra, tienen miedo a perder esa hegemonía, que les ha permitido vivir a sus anchas mientras el país iba a pique. Y querrían, el día 29, poder cerrar a cal y canto el país, sin contar con los que en él vivimos, con todos aquellos que no queremos que lo cierren. Todo, ¿para qué? Para demostrar su fuerza, ese poder que les otorga la Constitución de ser representantes de los trabajadores. Y se olvidan del derecho de los trabajadores a poder elegir: Hacer o no la huelga, ir a al trabajo o quedarnos en casa. Manifestarnos o cantar por soleares.

Es nuestro derecho constitucional y ellos no quieren respetarlo.

No cuentan con los trabajadores, porque no les importamos, como no les hemos importado en todo este tiempo.

El papel de los sindicatos está muy mojado, tanto que tendríamos que revisar su función y su financiación. Porque al final, lamentablemente, de eso se trata. Por cuatro perras gordas (que han sido muchos miles en este caso) nos vendemos al pagador de turno y relegamos nuestras funciones a un último término. Los sindicatos tienen que trabajar por y para los trabajadores, si es otro el que les paga será difícil que así sea. Y ese es su miedo, que puedan ser pocos los que quieran pagarles por lo que hacen.

Porque cada golondrinero pueda hacer lo que quiera el día 29-S, en ejercicio de su libertad.

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